Biociudad: la nueva estrategia de Aguas Andinas para hacer frente al cambio climático en la Región Metropolitana

La propuesta incluye proyectos de infraestructura que consideran un plan de inversiones que supera los US$1.000 millones, para hacer frente a los efectos de la emergencia climática, aumentando la seguridad, adaptación y la certeza hídrica de Santiago y sus habitantes.

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Aguas Andinas lanzó Biociudad, su nueva iniciativa con soluciones concretas para hacer frente a los efectos del cambio climático. La nueva hoja de ruta de la compañía incluye iniciativas que permitirán potenciar la seguridad hídrica para más de ocho millones de habitantes en la Región Metropolitana. 

Por medio de Biociudad, Aguas Andinas busca fortalecer su infraestructura mediante cinco pilares de trabajo: búsqueda de nuevas fuentes de agua, resiliencia para la ciudad, mayor aprovechamiento de aguas subterráneas, la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y el uso responsable. De este modo, se desarrollarán soluciones a través de un plan de inversión que supera los US $1.000 millones y que integra los ecosistemas hídricos y las comunidades, ayudando a proteger el equilibrio de la naturaleza y la sostenibilidad de la cuenca.

“Buscamos potenciar un cambio que iniciamos hace más de 25 años con el saneamiento del 100% de las aguas servidas de la ciudad, que continuamos con el desarrollo de nuestras biofactorías, el plan de resiliencia que elevó a 37 horas la autonomía de Santiago. El cambio climático es una exigencia constante y como compañía queremos ir siempre un paso adelante porque la ciudad y las personas lo merecen”, destacó el presidente del directorio de Aguas Andinas, Felipe Larraín.  

Por su parte, la ministra de Obras Públicas, Jessica López, valoró la iniciativa de Aguas Andinas en el marco de una serie de acciones que potencian el trabajo mancomunado entre el mundo público y privado, junto a la constante búsqueda de soluciones para enfrentar el cambio climático. “A pesar de que este fue un año más lluvioso, estamos en un contexto de cambio climático que nos obliga a trabajar con más fuerza. Asimismo, para enviar señales claras de eficiencia y reducción de consumos de agua en los grandes consumidores, estamos trabajando en una propuesta de tarificación que presentaremos al Congreso en los próximos meses. También, en la línea de promover la eficiencia hídrica, queremos resaltar la importancia de impulsar el reúso de aguas servidas, considerando que menos del 10% de las aguas servidas tratadas se reutilizan directamente”, detalló. 

Batería de proyectos 

Entre los proyectos de Biociudad destacan obras de ingeniería como el retorno de aguas en el río Maipo, que permitirá dar un doble uso al agua, mediante un ducto que transportará hasta 3.000 l/s de agua depurada desde la Biofactoría Mapocho Trebal al río Maipo para uso agrícola; la captación y conducción alternativa del río Maipo, que busca conectar el embalse El Yeso con las plantas de producción de agua potable, que permitirá superar eventos de extrema turbiedad en los ríos, llevando la autonomía de Santiago al menos a 48 horas, y una batería de pozos y estanques ubicados en distintos sectores de la Región Metropolitana que aumentan la producción de agua potable desde fuentes subterráneas.

El nuevo mix de proyectos también buscará mejorar el rendimiento hidráulico de los más de 13.000 kilómetros de red de distribución de agua potable y las más de 2 millones de conexiones domiciliarias con los clientes mediante sus medidores de consumo, reduciendo la pérdida física que se genera por filtraciones, fraudes o diversas condiciones operativas y mejorando la confiabilidad y calidad de la medición de la producción y del consumo de los clientes, trabajo que se viene desarrollando desde 2017.

En paralelo, Aguas Andinas se encuentra trabajando junto a la autoridad en impulsar una discusión amplia que considere el sistema tarifario, que permita que el despliegue de obras e infraestructura necesarias para enfrentar el cambio climático se cubran de forma gradual a partir de un cierto nivel de consumos, una vez las obras entren en operación. Así, se apunta a promover un uso responsable del recurso, diferenciando el precio del agua a partir de un cierto umbral de consumo que no afecte los usos básicos del recurso hídrico.

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