Tribunal Ambiental anula permiso de centro producción de salmones en la Reserva Nacional Kawésqar

El tribunal dictaminó que se trata de un proyecto fraccionado, en cuya evaluación ambiental no se consideraron los impactos que los múltiples centros de cultivo ubicados al interior del área protegida podrían ocasionar.

Créditos: Greenpeace.

Los proyectos Clarence son 9 centros de cultivo que la empresa Nova Austral busca relocalizar dentro de la Reserva Nacional Kawésqar, cuya tramitación se realizó de forma simultánea y paralela en el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental, causando una serie de acusaciones por parte de diferentes organizaciones y personas relacionadas con el medio ambiente.

En ese contexto, el Tercer Tribunal Ambiental resolvió acoger la reclamación presentada por la comunidades Kawésqar Nómades del Mar, Indígena Atap, Indígena Río Primero, además de la ONG, Greenpeace, y personas naturales, representados por abogados de ONG FIMA, quienes solicitaron invalidar la resolución de calificación con la que buscaba operar la empresa, su centro denominado Clarence 4, y ubicado en la isla del mismo nombre.

Incompatibilidad del proyecto con la reserva

Tras la anulación del permiso ambiental de centro de producción que se pretendía instalar al interior del área protegida, el tribunal dictaminó que se trata de un proyecto fraccionado, en cuya evaluación ambiental no se consideraron los impactos sinérgicos que los múltiples centros de cultivo ubicados al interior de la Reserva Nacional Kawésqar podrían ocasionar.

Para Leticia Caro, parte de la Comunidad Kawésqar Nómades del Mar, se trata de una buena noticia: “este proyecto, al igual que todos los proyectos extractivistas que se quieren instalar al interior de nuestra reserva, es incompatible con el objeto de preservación de esta y con la cosmovisión que nuestro pueblo, tradicionalmente navegante, tiene respecto a la protección de los mares”.

Sofía Barrera, abogada de ONG FIMA, explica que el tribunal estimó que para la ejecución concreta de estas actividades, “es preciso evaluar cómo se ajustan las características de los proyectos a los objetivos de protección del área. Sobre este punto, se observa que no hubo información suficiente que permita descartar los impactos sobre el medio marino y el valor paisajístico y turístico, sobre todo si se tiene en cuenta que los elementos del medio ambiente afectados por tales impactos son precisamente aquellos se pretenden proteger con el establecimiento de la reserva”.

Reacciones

Desde las organizaciones se manifestaron conformes con el fallo, valorando el avance sobre los criterios para determinar la oportunidad de reuniones con Grupos Humanos pertenecientes a pueblos indígenas, en el marco de la evaluación ambiental, específicamente relacionado con las costumbres del pueblo Kawésqar y su relación con el maritorio.

Sin embargo, todas las organizaciones llamaron la atención respecto a la importancia de los efectos de la salmonicultura sobre el medio marino y cuyos antecedentes no fueron evaluados por los jueces.

“Es muy importante para esta causa y las futuras, que se considere también toda la información científica que existe respecto al daño que se produce en el mar producto de este tipo de industrias, aún más teniendo en cuenta el contexto de crisis climática que enfrentamos”, agregan desde ONG FIMA.

“Afortunadamente, hoy como Greenpeace estamos en la Región de Magallanes junto al Witness, una de nuestras embarcaciones, para poder mostrar la riqueza de la zona y visitaremos el lugar que hemos logrado mantener a salvo. Vamos a evidenciar los impactos que esta industria produce y no pararemos de trabajar para denunciarlo y decir fuerte y claro: No a la expansión de la salmonicultura en la Patagonia chilena”, finalizó Estefanía González, coordinadora de campañas de Greenpeace.

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