Anaerobismo: alertan que impacto de la salmonicultura está dejando sin oxígeno al mar del sur de Chile

En Chile se desarrolla la segunda industria salmonera más grande del mundo, después de Noruega. Según datos del 2020, de la Subsecretaría de Pesca, son 1.357 las concesiones que existen en el país, distribuidas en las tres regiones más australes.

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Desde tiempos remotos, en Chile, las comunidades enteras han hecho su vida relacionada con el mar, costumbres en torno a la pesca, y también deportes asociados a las olas y brisa. Lamentablemente, a pesar de los extensos ecosistemas marinos existentes, algunos lugares del país se han visto amenazados por la industria salmonera. Esto se ha manifestado en el anaerobismo, problema del que hoy organizaciones como AIDA, Greenpeace y ONG Fima buscan visibilizar. 

Según Florencia Ortúzar, abogada de AIDA, “el anaerobismo se refiere a la falta de oxígeno en un cuerpo o sistema, en este caso, el mar. Los desechos que genera la industria de la salmonicultura, provenientes de las heces y alimentos no consumidos, se van depositando en el fondo marino y demandando más oxígeno, lo que resulta en una menor cantidad de este elemento disponible para que las especies bajo el mar puedan respirar y se mantenga la vida. De hecho, bajo las granjas de salmones se han originado verdaderas zonas muertas, incluso en zonas protegidas”.  

La visibilización de este problema ha sido levantada por AIDA, organización que ha trabajado para mejorar la cobertura y el alcance de la legislación ambiental en torno a regulación de la industria salmonera y el fortalecimiento del cuidado y mantenimiento de zonas protegidas. “Hemos contado con el apoyo de los grants de Patagonia para seguir avanzando en este trabajo que realizamos en alianza con Greenpeace y FIMA”, comentó Ortúzar.

Créditos Riddhiman Bhowmik

Según datos del 2020 de la Subsecretaría de Pesca, Chile es la segunda industria de salmón más grande del mundo después de Noruega. Existen 1.357 concesiones en el país, distribuidas en las tres regiones más australes. “Actualmente, organizaciones y activistas tenemos que concentrarnos en mejorar la legislación con respecto a la protección del mar. Los ecosistemas se están viendo fuertemente afectados, por lo que es urgente dar apoyo a iniciativas como las de AIDA”, sostuvo Jens Benöhr, coordinador ambiental de Patagonia.

A pesar de está problemática y el levantamiento de entidades ambientales, no existe una sanción por la generación del anaerobismo que produce la operación de los centros. “Según la reglamentación, cuando se detecta anaerobismo en una concesión, ésta debe suspender sus funciones hasta que se demuestra que superó dicha condición. Entonces lo que pasa es que las salmoneras se instalan, producen, sin importar la carga que puede soportar el espacio marino sin dañarse, y se genera anaerobismo.”, agregó la profesional de AIDA. 

Créditos Riddhiman Bhowmik

De acuerdo a cifras de AIDA, solo en la Región de Magallanes, el 53% de los centros de cultivos provocaron anaerobismo entre el 2013 y el 2015. Desde el 1990, la salmonicultura se ha expandido por el mar chileno, ocupando incluso territorio ancestral Mapuche, Kawésqar y Yagan. Sumado a esto, las zonas marítimas del sur de Chile corresponden, en muchas ocasiones, a aguas prístinas que están siendo altamente contaminadas.

“La voluntad del gobierno de sacar a las salmoneras de las áreas protegidas podría dar lugar a una compleja situación, que quizás termine afectando más nuestros mares australes. Y es que podría ocurrir que, para sacar concesiones de las áreas protegidas, el gobierno les permita la relocalización en lugares menos afectados por la industria”, detalla la especialista. “Darles licencia para cerrar centros ya afectados para ubicarse en lugares limpios sería contraproducente, puntualizó. En este sentido, enfatizó en la importancia de realizar una relocalización responsable, basada en un trabajo multisectorial, para evitar el avance de la salmonicultura a áreas protegidas libres de esta industria. 

“Estamos trabajando junto a Greenpeace y FIMA para interponer acciones legales que defiendan estos hermosos lugares de la actividad salmonera. Contamos con el respaldo de ambientalistas y de miembros del gobierno para sacar a estas industrias de las áreas protegidas. Hoy en día la existencia de granjas no solo está acabando con la vida, sino que afectan a los animales marinos en su propio hábitat”, manifestó la abogada.

Finalmente, una investigación reciente liderada por científicos chilenos, publicada en la revista Nature, evidenció que las ballenas que se alimentan al sur del país están siendo acosadas por las embarcaciones que por allí transitan. El 80% de estos barcos están relacionados con la industria.

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