Nueva ley sobre plásticos en Chile y su relación con la Antártica

El jefe del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno (Inach), el doctor Marcelo González, destaca la iniciativa cuyo fin es limitar la generación y el uso de productos plásticos desechables, de tan solo un vida útil.

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Créditos: INACH

La iniciativa que busca regular aquellos plásticos de un solo uso tuvo sus inicios en mayo del 2019, la cual luego de dos años de tramitaciones logró llegar a un buen destino, dado que está todo listo para que definitivamente se convierta en ley de la República en Chile. La nueva regulación limita el uso del plástico desechable, y con esto prohibirá la entrega y distribución de estos materiales como bombillas, cubiertos y plumavit en todos los locales de venta o expendio de comida preparada en el país.

En este contexto, el doctor Marcelo González Aravena, jefe del Instituto Antártico Chileno (Inach), se refiere a los beneficios ecosistémicos de esta nueva ley. “Es un gran avance que se apruebe esta ley, ya que ayudará a reducir la generación de plásticos que son eliminados al medio ambiente. Lo importante aquí también es ver cómo los diferentes programas antárticos son capaces de reducir sus plásticos, pero no solo lo asociado a la alimentación, sino que también los plásticos que se están utilizando en pinturas, mecanismos de aislamiento en las bases científicas, etc. Esto se transforma en un gran desafío para los diferentes programas”.

Además, González afirma que lamentablemente han encontrado microplásticos dentro de animales en la Antártica, los cuales estarían asociados a las heces de poblaciones de pingüinos papúa. Lo preocupante en este caso tiene relación con que estos plásticos son parte de la trama trófica de varias especias del lugar, ante lo cual el científico asegura estar preparando publicaciones respecto a los efectos de los nanoplásticos en los organismos del lugar.

Créditos: Inach

“Este tipo de evidencia es súper preocupante porque el Continente Blanco no escapa a la presencia de estos elementos y estos lamentablemente ya están siendo incorporados a los organismos. Ya se han encontrado en el agua, en sedimentos. Nos hemos adelantado un poco al tiempo y hemos hecho experimentos de incubación de nanoplásticos en células de erizo antártico, y hemos visto el efecto que podrían tener en un futuro en que microplásticos se degraden y pasen a nanoplásticos con sus efectos y consecuencias complejas”, enfatiza el científico de Inach.

Al mismo tiempo, el doctor cree que estos contaminantes provienen de la basura plástica llegada por la corriente circumpolar, y a través de la producción en las bases polares, buses pesqueros, sus cuerdas, y por sus cajas plásticas de plumavit. Y no descarta que, en un futuro próximo, exista la posibilidad de que estos microplásticos los ingiera el humano a través de la alimentación. “Uno ve que algunas especies como el bacalao o el mismo kril tengan una degradación de micro a nano plásticos y eventualmente podrían ser ingeridos por humanos. Existen muchos estudios de que en las heces humanas existe lo que sucede con los pingüinos: se encuentran fibras de micro plásticos que vienen de los alimentos o incluso transportados en el aire”.

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