Medidas de control de ruido para fauna nativa 

Conociéndose las características de nuestro país, es que se han tomado diversas medidas que permiten reducir el impacto tanto en el ambiente, como en la flora y fauna nativa existente, la cual, dados los diversos ambientes naturales presentes a lo largo y ancho de Chile, propicia una gran biodiversidad que, muchas veces, sufre las consecuencias de que nuestra especie esté en constante crecimiento.

Carpintero magallánico (Campephilus magellanicus): © Daniel Casado

La vida que llevamos los seres humanos hoy en día, ha producido un aumento global y acelerado en los niveles de ruido ambiental a consecuencia de los diversos proyectos y actividades que existen para mejorar la calidad de vida de las personas, así como la accesibilidad a diversos espacios ya sea de comercio, vivienda, atracciones, cultura, transporte, entre otras; centrando la vida en ciudades y habilitando la mejor movilización entre territorios. Este aumento, a su vez genera mayores necesidades como recursos energéticos, obras viales, agua, y estructura, debido a la ampliación de las ciudades y la búsqueda de conectividad, lo cual ha generado que cada vez nos traslademos más hacia sectores que, hasta hace unos años, no eran habitados por humanos.

Catalina Aldana, ingeniera proyectos Decibel.

De acuerdo con lo anterior, y conociéndose las características de nuestro país, es que se han tomado diversas medidas que permiten reducir el impacto tanto en el ambiente, como en la flora y fauna nativa existente, la cual, dados los diversos ambientes naturales presentes a lo largo y ancho de Chile, propicia una gran biodiversidad que, muchas veces, sufre las consecuencias de que nuestra especie esté en constante crecimiento.

A raíz de esto, en el 2022 el SEA publica el documento con criterios de evaluación de impactos por ruido sobre fauna nativa, en la cual se detalla una propuesta metodológica para evaluar a las distintas especies taxonómicas presentes en los territorios, definiendo sus áreas de relevancia, habitabilidad, y afectación de la fauna nativa, limitadas de acuerdo a las referencias extraídas de documentos correspondientes a estudios científicos, sobre los efectos fisiológicos y/o conductuales a consecuencia del ruido, en las diferentes especies, o su homologación de acuerdo al grupo taxonómico al que pertenecen (anfibios, aves, reptiles, mamíferos).

La mayor parte de los proyectos generan una elevación de los niveles de ruido de fondo, diferenciándose de lo que había antes de comenzar sus obras. Sin embargo, no en todas las actividades los niveles de ruido superan los umbrales referenciales descritos para las especies, por lo que no se puede categorizar inmediatamente como una afectación dentro del área de relevancia para estas. Para los casos en que sí se podrían presentar efectos, o netamente generar daño, son aquellos en que el radio de alcance del ruido proveniente de una fuente supera los umbrales y se superpone en las áreas de relevancia de fauna, tornándose necesario implementar medidas para controlar estos impactos, evitando la destrucción del hábitat y poner en riesgo la supervivencia de la fauna.

Las medidas que normalmente se utilizan para disminuir estos efectos adversos consisten en ejecutar planes de rescate y relocalización, así como también planes de perturbación controlada para grupos de vertebrados terrestres de baja movilidad, estableciéndolos en un hábitat receptor que posea similares características que los de origen.

Para la componente ruido, es importante reducir en la medida de lo posible los niveles emitidos por las fuentes presentes en las obras, con el fin de causar el menor impacto negativo en los alrededores. Es por eso que, cuando los niveles de ruido sobrepasan los umbrales de afectación en las áreas de relevancia para la fauna, se determina disminuir la distancia del radio de propagación de ruido, es decir, generar una medida de control que tenga como consecuencia que los umbrales se igualen a menor distancia desde la fuente de ruido, dejando mayor espacio para que las especies puedan subsistir en su hábitat.

Para lograr una evaluación favorable, se proponen medidas de control, tales como como: barreras acústicas, que actúan como obstáculo a la propagación del ruido proveniente de las fuentes, concentrando la energía sonora en un rango acotado, reduciendo su radio de propagación y superponiéndose en menor magnitud a las áreas de relevancia de fauna; otra medida consiste en la segregación de la maquinaria que se utiliza en las obras, restringiendo su uso de manera simultánea con equipos que presentan altos niveles de emisiones de ruido, esto permite que, al operar cada maquinaria por separado, la contribución energética ya no corresponde a la suma de todas las fuentes, lo cual significa un frente de trabajo de menor emisión que uno funcionando en simultaneidad.

De igual forma, se debe prestar atención a los periodos de trabajo de las obras (diurno/nocturno), y las épocas en que se realicen, considerando que muchas especies establecen sus temporadas de reproducción, incubación, búsqueda de alimento, entre otras, en ciertas estaciones del año, así como también hay animales que se movilizan, alimentan, y tienen en general una vida nocturna.

De este modo, se puede organizar administrativamente las actividades, estudiando e identificando las especies, así como también educando a los trabajadores sobre la fauna existente en un lugar, reduciendo los impactos y mejorando la calidad de vida, no solo de los humanos, sino que de todo ser vivo.

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