Un mapa contra un contaminante invisible, el ruido

“Los mapas de ruido entregan información que permite orientar la gestión ambiental, aportan antecedentes para la elaboración de normativas y regulaciones para determinadas fuentes de ruido, apoya e identifica los esfuerzos en la planificación territorial y fiscalización en el control del contaminante”, señala Enrique Suárez Silva, ingeniero acústico de la Universidad Austral de Chile y miembro del Colegio de Ingenieros en Acústica.

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Créditos: Acústica UACH

El ruido ambiental es uno de los contaminantes más comunes en las grandes ciudades, que interfiere directamente en la calidad de vida e incluso puede afectar la salud de las personas. Debido a esto, Chile, como en otras partes del mundo, está implementando y desarrollando estrategias que permitan una regulación efectiva de este contaminante. Una de las herramientas de diagnóstico que representa un avance para el levantamiento de información sobre esta materia son los mapas de ruido.

Un mapa de ruido es una representación gráfica del comportamiento acústico de un área geográfica (barrio, pueblo, ciudad, región o país), en un momento determinado. La información que brinda el mapa es imprescindible para identificar dónde se generan los mayores y menores niveles de ruido ambiental en una zona y cómo varía de un sector a otro, evaluar la efectividad de las medidas de control de ruido, determinar el grado de exposición de las personas en un determinado lugar, realizar predicciones de ruido, entre otras funciones.

Por tanto, los datos obtenidos en el mapa impulsan la construcción de políticas públicas para la gestión del control del ruido ambiental, fortaleciendo el ordenamiento territorial al reconocer la distribución espacial y temporal de este contaminante invisible. En Chile los territorios que cuentan actualmente con un mapa de ruido son el Gran Santiago, Valdivia, Temuco- Padre Las Casas, Coquimbo- La Serena y la Ruta 5 Norte Sur.

Para ahondar sobre el funcionamiento de los mapas de ruido, su desarrollo en Chile y las diferentes metodologías utilizadas para elaborarlos, Codexverde conversó con Enrique Suárez Silva, ingeniero acústico de la Universidad Austral de Chile y miembro del Colegio de Ingenieros en Acústica.

Enrique Suárez, ingeniero acústico de la Universidad Austral de Chile y miembro del Colegio de Ingenieros en Acústica.

¿Cuáles son las principales ventajas de los mapas de ruido? ¿Cómo se complementa con las redes de monitoreo de ruido ambiental?

Los mapas de ruido son una cartografía que muestra la calidad ambiental acústica de una zona o ciudad. Permiten identificar los lugares y fuentes de ruido más importantes, la cantidad de personas potencialmente expuestas a estos niveles de ruido, y también aquellas zonas con baja exposición al ruido ambiental. Los mapas de ruido entregan información que permite orientar la gestión ambiental, aportan antecedentes para la elaboración de normativas y regulaciones para determinadas fuentes de ruido, apoya e identifica los esfuerzos en la planificación territorial y fiscalización en el control de ruido, y además permiten dimensionar los impactos de aquellos proyectos que se evalúan ambientalmente. Los mapas de ruido son un diagnóstico ambiental en un momento y periodo determinado, como si fuesen una fotografía de la situación acústica de un lugar. Habitualmente se representa la emisión de ruido del tránsito terrestre, que es la principal fuente de ruido en las ciudades.

Es necesario complementar esta información cartográfica con datos que muestren la evolución temporal acústica del lugar, es decir, la dinámica de los niveles de ruido durante el día, semana, meses e incluso años. Con este fin se diseñan e implementan las redes de monitoreo de ruido, cuyas estaciones se pueden definir en aquellos lugares de interés identificados en los mapas de ruido. Las estaciones de monitoreo de ruido, entonces, aportan información (con frecuencia a tiempo real), de lo que está sucediendo en determinado lugar.

Mapa de ruido del Gran Santiago, diurno. Créditos: Ministerio del Medio Ambiente.

Desde la implementación del mapa de ruido en el Gran Santiago, ¿qué conclusiones se han desarrollado sobre la contaminación acústica? ¿En qué tipo de trabajos, regulaciones/normas se ha utilizado la información extraída de esta herramienta?

La principal información generada con el mapa de ruido del Gran Santiago (2011 y actualizado el 2016), y que ha elaborado la Universidad Austral de Chile para el Ministerio del Medio Ambiente , se refiere a la cantidad de personas potencialmente expuestas a niveles de ruido recomendados internacionalmente (OCDE). Esta información hoy se encuentra incorporada como indicador al Sistema de Indicadores y Estándares del Desarrollo Urbano (SIEDU), y es reportado por el Instituto Nacional de Estadísticas. En concreto, estos datos de SIEDU muestran que en el Gran Santiago el 32,6% de la población está potencialmente expuesta a niveles de ruido inaceptables durante el día (equivalente a 2 millones de personas), y el 23,4% de la población (1.440.000 personas) está expuestos a niveles de ruido nocturnos inaceptables. Si bien esta situación es común en las grandes ciudades de otros países, en comparación con otras ciudades más pequeñas y con condiciones más saludables, como Valdivia, esta es una diferencia importante. En Valdivia, solo el 2,36% de la población está potencialmente expuesta a niveles inaceptables de ruido en noche.

Además, estos datos ya se han utilizado para la revisión de la Norma de Emisión de Ruidos para Buses de Locomoción Colectiva Urbana y Rural (D.S. N°129/2002 MINTRATEL), y en otras iniciativas en desarrollo, como aquellas relacionadas con la regulación de aislamiento acústico del MINVU, y para la elaboración de una futura norma de calidad de ruido ambiental.

Mapa de ruido del Gran Santiago, nocturno. Créditos: Ministerio del Medio Ambiente.

¿Cuál es la diferencia entre las metodologías que pueden utilizarse para elaborar un mapa de ruido (de retícula, de viales, mixta, zonas específicas y de predicción)? ¿Cuál es la que más se utiliza en Chile y por qué?

Un mapa de ruido se elabora a partir de mediciones o modelaciones. Para generar un mapa de ruido sólo con mediciones, se necesitan gran cantidad de datos y costosas campañas. Los primeros mapas de ruido en Chile se hicieron con este proceso, y siguiendo una metodología de selección de puntos de medición por medio de uso de retículas (donde se mide en puntos equidistantes unos de otros), por metodología de viales (donde se seleccionan puntos representativos de tramos de calles), o por una integración de ambas metodologías (metodología mixta). En otras oportunidades se han elaborado mapas de ruido según una determinada normativa, por ejemplo, para fuentes fijas emisoras de ruido, pero son más escasos, y se aplican a situaciones muy puntuales.

Desde ya hace más de 20 años que se viene trabajando con métodos de predicción (modelamiento mediante software), para elaborar mapas de ruido. En un principio, con resultados menos interesantes que aquellos obtenidos por mediciones. Sin embargo, el perfeccionamiento y homologación de los modelos matemáticos de predicción, el aumento de la capacidad de análisis de los computadores, la mejor y mayor disponibilidad de información digital de cartografía, flujos vehiculares y otros datos de interés, han posicionado hace años a la modelación por software como el estándar internacional para la elaboración de mapas de ruido. Esta es la metodología que se utiliza actualmente en Chile, pues resulta más barata que aquella por mediciones, permite obtener mapas de situaciones pasadas, presentes e incluso futuras, como la evaluación de futuras modificaciones del flujo vehicular o ampliación de calles y caminos, futuros proyectos industriales, aeropuertos, parques eólicos, etc. La elaboración de mapas de ruido por modelación habitualmente se acompaña de algunas campañas de mediciones, pero tales campañas están orientadas a verificar los resultados obtenidos por los cálculos, y para colaborar y mejorar aquellas modelaciones que presenten alguna dificultad en su cálculo.

¿Están trabajando en el desarrollo de nuevos mapas de ruido en Chile? ¿Es necesario que cada ciudad cuente con uno?

El Ministerio del Medio Ambiente tiene una línea específica de trabajo desde el año 2008 para la realización de mapas de ruido. La Universidad Austral ha realizado para el ministerio mapas de ruido de varias ciudades de Chile como Antofagasta, las conurbaciones de La Serena – Coquimbo y Temuco-Padre Las Casas, Valdivia, los municipios de Providencia y Santiago, y el mapa de ruido del Gran Santiago. El último proyecto de una ciudad completa ha sido la actualización del mapa de ruido del Gran Santiago (2016). Posteriormente, el ministerio ha realizado otros mapas, como el de la Ruta 5 Norte Sur – tramo concesionado (2018-2019), que es la principal infraestructura de transporte del país. En todos ellos se han evaluado los niveles de ruido, cantidad de personas potencialmente expuestas, e impacto sobre establecimientos educaciones y sanitarios.

Actualmente, los esfuerzos se han focalizado en la red de monitoreo de ruido del Ministerio del Medio Ambiente, que justamente están complementado la información de los mapas de ruido. En este sentido, sería altamente conveniente que, al menos, las principales ciudades del país cuenten con un mapa de ruido y lo actualicen cada cinco años, para así estudiar sus problemas particulares, diseñar medidas de control, y evaluar cómo va evolucionando el ambiente acústico de la ciudad. Esta es una exigencia que ya existe en la Unión Europea desde 2002, y que obliga a las administraciones locales a elaborar mapas de ruido de ciudades, ejes viales y ferroviarios (carreteras y trenes), y aeropuertos, a diseñar planes de acción contra el ruido, y publicar y difundir sus resultados.

Mapa de ruido del Gran Santiago. Créditos: Universidad Austral de Chile (UACh)

¿Qué tan avanzado está Chile en control de ruido respecto a Latinoamérica? Desde su perspectiva, ¿cuál es el siguiente paso que Chile debería dar para avanzar en control de ruido?

Chile está muy bien evaluado a nivel latinoamericano en las acciones que se han llevado de control de ruido ambiental desde hace varias décadas. Un ejemplo es, justamente, la línea de trabajo de mapas de ruido del Ministerio del Medio Ambiente. En este sentido, nuestro país ha llevado la delantera con estos estudios diagnósticos, tanto por lo que ha significado este trabajo como estrategia de obtener importante información ambiental (aún sin normativa nacional que lo obligue), como por la calidad técnica detrás del trabajo de elaboración de los mismos mapas. Todos los informes de mapas de ruido de las ciudades se han publicado en Internet, y varios de ellos han servido de referencia para otros países que están trabajando en sus propios mapas de ruido.

El gran salto que corresponde dar en Chile en el control de ruido ambiental es en la implementación de una futura norma de calidad ambiental acústica, donde se logre una visión más integrada del problema de la contaminación acústica, se complementen las normas de emisión y las normas técnicas de construcción, se incorpore la planificación urbanística como medio de control de ruido, y se busque un entorno acústico más saludable para la población.

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