Grandes extensiones de territorio y condiciones óptimas para el desarrollo de proyectos eólicos, son algunas de las claves por las cuales la Región de Magallanes se convertirá en un polo de desarrollo mundial de Hidrógeno Verde, aquel combustible obtenido mediante el uso de energías renovables en su producción.
Para tal objetivo, tanto el gobierno como las empresas y entidades internacionales están alineadas. “El gobierno, liderado por el Ministerio de Energía, los gobiernos regionales de Antofagasta y Magallanes, la ciudadanía, empresas y universidades están trazando un plan de acción para el desarrollo de esta industria, para la cual contamos con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial por hasta 750 millones de dólares”, indicó el Presidente Boric en la pasada Cuenta Pública.
Sin embargo, lo que podría ser positivo desde lo económico, por la inversión que sin duda llegará a la región, y de lo climático, por contribuir a la descarbonización de la matriz, no lo es tanto para la biodiversidad de la zona, específicamente, para las aves migratorias.
Así lo remarcó Diego Luna Quevedo, especialista en Política y Gobernanza de Manomet, entidad que alberga a la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, en un Instagram Live con Codexverde: «Entre seis u ocho proyectos eólicos que están en carpeta para la producción de Hidrógeno Verde en Magallanes están sobre o en el entono de áreas críticas para el Playero ártico, Canquén colorado y Chorlo de Magallanes«.
A ello, Luna agrega que «los principales impactos de los parques eólicos tendrán que ver con la locación de estas aves, lo que provocará barreras para desplazamientos de estas especies. Se afectarán los sistemas de alimentación, descanso e interacción entre las aves (…) Cabe recordar que estas aves ya tienen tamaños de población críticos».
Además de los parques eólicos, Luna resalta que para el desarrollo de Hidrógeno Verde también requerirá plantas desaladoras, megapuertos, plataformas, caminos, líneas de torres de alta tensión y barcos con amoníaco, navegando por el Estrecho de Magallanes con todo los peligros que ello implica. Por eso decimos que el desarrollo de Hidrógeno Verde provocará un cambio de fisionomía para Magallanes. Es una intervención a gran escala».
En ese contexto, un grupo de investigadores enviaron una carta a la revista Science para alertar sobre esta amenaza. Además, más de 80 organizaciones sociales y científicas le escribieron una carta al Presidente Gabriel Boric, de la cual, según Luna, aún no hay respuesta.
«Cuando uno analiza el modelo del Hidrógeno Verde se da cuenta que hay una falla estructural. El gobierno y los desarrolladores de este tipo de proyectos se han centrado en reducir las emisiones de carbón, que está bien, pero no se está atendiendo debidamente a los impactos ambientales en los territorios. No nos oponemos al Hidrógeno Verde, sino que a la forma en la que se piensa en desarrollar», opinó Luna.
En ese sentido, el experto planteó que la producción de Hidrógeno Verde debería hacerse de forma planificada, con evaluación ambiental y líneas de bases sobre los atributos del territorio. Esto, considerando que en el escenario actual los proyectos eólicos van a entrar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) de forma fragmentada y por fases, con lo que no se podrá evaluar la magnitud del impacto en el ecosistema y en las aves».
«Cabe recalcar que, en el corto plazo, el Chorlo de Magallanes y el Cánquen colorado, podrían quedar al borde de la extinción, pues ya hay menos de mil de estos individuos», complementa.
Finalmente, Luna reflexionó que lo que pasa con el desarrollo de Hidrógeno Verde se asemeja con la explotación del litio. «La Transición Energética Justa de la que tanto se habla en nuestro país le está traspasando externalidades negativas a los territorios y ecosistemas».
