Con actividades de recuperación del entorno natural, educación ambiental y creatividad con reciclaje, la Universidad Andrés Bello (UNAB) conmemoró el Día de la Tierra en una instancia marcada por la colaboración entre generaciones y el compromiso con el medio ambiente.
La jornada comenzó con estudiantes de la universidad participando en labores de restauración ecológica en el Jardín Botánico de Viña del Mar. Más tarde, las actividades se trasladaron a la localidad de Quintay, donde se desarrollaron dinámicas educativas y recreativas junto a niños y niñas de una escuela de la localidad.
Este tipo de actividades busca cumplir varios objetivos. Por un lado, la restauración en el Jardín Botánico, donde se plantaron especies nativas, permitió promover el cuidado y la conservación de nuestra biodiversidad. Como señaló Lesly Orellana, directora de Sostenibilidad de la UNAB, “esto es clave para mantener los múltiples beneficios que nos entrega la naturaleza, como la purificación del aire, la regulación de la temperatura, prevenir la erosión del suelo y conservar el ciclo del agua, entre otros”.
Además, resaltó como la participación de los estudiantes en actividades en terreno refuerza su educación ambiental al permitirles conectar directamente con la naturaleza, siendo experiencias clave para que aprendan a valorar y cuidar el entorno.
Reconectando con el entorno
La iniciativa principal que se desarrolló en el Jardín Botánico de Viña del Mar, estudiantes de las carreras de Administración en Ecoturismo, Ingeniería en Biotecnología y Medicina Veterinaria, participaron en labores de restauración del espacio, reforzando la importancia de cuidar y reconectar con la naturaleza.
Como explicó Claudia Orellana, jefa de Proyectos de Sostenibilidad de la UNAB, se trató de una actividad significativa para la academia, donde estudiantes, docentes y profesionales se unieron para recuperar este valioso pulmón verde.
Desde su rol en la universidad, comenta que “esta actividad se compromete directamente con la estrategia de sostenibilidad, donde nosotros tenemos cinco pilares con los que abordamos diferentes temáticas y donde tenemos el plan de cuidado de biodiversidad, y en el cual obviamente nos interesa no tan solo impactar dentro de los campus, sino también en los lugares que están emplazados. Por eso, para nosotros es importante que la comunidad sepa de cómo se deben cuidar las especies, cuáles son las especies y de qué manera podemos aportar desde la academia”.
María José Codina Cáceres, jefa de Educación Ambiental de la Fundación Jardín Botánico Nacional de Viña Del Mar, fue quien guió al grupo de estudiantes y académicos a través de los distintos sectores del Jardín Botánico, explicando el estado de la flora, sus beneficios, importancia, entre otros. Durante el recorrido, comentó también las consecuencias del incendio que afectó al jardín hace un año y cómo cada acción realizada contribuye a recuperar este ecosistema clave para la biodiversidad de la zona.
«Creo que es súper importante tener espacios como este pulmón verde, donde podemos encontrar flora, fauna, fungi, y que también es un lugar donde las personas pueden venir a recrearse, a estar en contacto con la naturaleza», señaló. Para Codina, la educación ambiental comienza precisamente en ese vínculo directo con el entorno: «Venir a disfrutar este lugar, sentarse en una banca, mirar los árboles, escuchar el sonido del agua y de las aves ya es educación ambiental. Eso permite formar un vínculo y poder proteger».
Asimismo, para Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico, la participación universitaria no es solo bienvenida, sino esencial. “La educación es una de las misiones más importantes, así que qué mejor que estos grupos vengan, y sobre todo liderados por la UNAB, a empaparse de lo que estamos haciendo en el Jardín Botánico. Esto no es solo ver lo bonito, sino que hay que trabajar detrás de esto, y estos jóvenes vienen hoy día a colaborar”.
Para los y las estudiantes de la UNAB, la jornada fue también una instancia de aprendizaje significativo. Claudia Saavedra, estudiante de cuarto año de Ingeniería en Biotecnología, valoró especialmente el vínculo entre teoría y práctica: “Súper nutritivo, porque a nosotros nos trajeron por el ramo de Biotecnología Ambiental, entonces me gusta poder ponerle una imagen a lo que estamos viendo. Ahora últimamente estamos viendo cómo resolver el problema de los contaminantes producidos por los incendios, y ver qué es lo que estamos pasando en clase realmente pasa y es una realidad, es una instancia súper nutritiva para nosotros”.
Este tipo de actividades permite a los estudiantes no solo adquirir conocimientos técnicos, sino también conectarse emocionalmente con los problemas ambientales actuales, comprendiendo el impacto real de su futura profesión.
Sembrando conciencia
Un par de horas después ese mismo día, en Quintay se llevó a cabo una actividad dirigida a niñas y niños de la Escuela San Pedro de Quintay, quienes disfrutaron de talleres al aire libre para aprender sobre reciclaje y la importancia de cuidar el planeta a través de dinámicas de búsqueda de basura en el entorno y clasificación por tipo de residuo, pintaron figuras realizadas a base de materiales reciclados, se conversó sobre el cuidado del planeta, entre otras.
La instancia también sirvió para activar el punto verde que la Universidad Andrés Bello había donado a la comunidad en enero junto a Reco Boards. Desde la organización explicaron que la intención fue enseñar a los niños a segregar sus residuos de manera correcta, reconocer los distintos materiales y fomentar el cuidado del entorno. “Quisimos hacer una actividad con la escuela para que los niños aprendan a segregar sus residuos de manera correcta, y también dar a conocer este punto verde a la comunidad”, señaló Claudia Orellana.
Tomás Pumarino, cofundador y CEO de Reco Boards, explicó que el punto verde se desarrolló con materiales reciclados en su mayoría madera plástica y tetra pak: “En esta instancia hicimos dos puntos verdes, tanto en El Batro como en la plaza de Quintay. También hicimos unas bancas, unos tótems informativos y distintas cosas para poder reciclar en esta comunidad”.
Además, valoró la participación de los más pequeños en una actividad artística donde pintaron ballenas y otros animales hechos con los mismos materiales reciclados. “Los niños son el futuro, ellos son parte de este cambio, probablemente una parte muy importante”, añadió.
Por su parte, Macarena Aicon Asencio, directora de la Escuela San Pedro de Quintay, destacó el impacto positivo de la jornada: “Me pareció espectacular, súper interesante. De alguna forma hace concientizar a los estudiantes y a la comunidad completa sobre que debemos generar reciclaje y trabajar en conjunto. Va a ser un aprendizaje profundo y significativo que, de alguna manera, cuando ellos vengan para acá, se van a recordar que hicieron esta actividad”.
Además, resaltó que la actividad se alinea con el Sello Verde de la escuela, en el que trabajan constantemente con alianzas como Eco Quintay y Eco Schools para fortalecer la educación ambiental, “organizaciones y alianzas que ayudan y nos fortalecen para poder llevar a cabo todas estas actividades como por ejemplo, hoy día, conmemorando el Día de la Tierra”, explicó la directora de la escuela.
Compromiso con la sostenibilidad
Estas acciones se enmarcan en la estrategia de sostenibilidad de la universidad, que incluye campañas de reciclaje, educación ambiental y reforestación en sus distintos campus. La restauración del Jardín Botánico es un reflejo de ese compromiso, así como una invitación abierta a seguir construyendo una comunidad más consciente y responsable con el planeta.
“Nuestro compromiso con la sostenibilidad se refleja directamente en el trabajo que llevamos adelante a través de nuestra Estrategia de Sostenibilidad. Uno de sus pilares más importantes es el de cultura, que busca justamente diseñar, implementar y fortalecer iniciativas que promuevan la formación en estos temas. No sirve de nada implementar proyectos si esto no se complementa con campañas de educación y sensibilización”, indicó Lesly Orellana.
Es por lo anterior que la universidad ha incorporado cursos de sostenibilidad en la malla curricular de distintas carreras, asegurándose de que los futuros profesionales salgan con una mirada más consciente y comprometida con la sostenibilidad. Además, complementan este enfoque con actividades como las realizadas el Día de la Tierra, que permiten conectar lo aprendido en el aula con la experiencia directa en terreno.
Una invitación a seguir sumándose
La directora de Sostenibilidad expresó su agradecimiento a todos los involucrados en las actividades: “Quiero agradecer de corazón a todos los estudiantes que participaron en la restauración del Jardín Botánico, así como a la comunidad de Casablanca, al municipio y a la Escuela de la localidad, por sumarse con tanto entusiasmo a la activación del punto verde”.
Además, destacó el impacto positivo de estas dinámicas: “Instancias como éstas son una oportunidad para mirar con otros ojos nuestro entorno, para reconectarnos con la naturaleza y asumir un rol activo en su protección. Me encanta ver y escuchar cómo los alumnos, niños y comunidad estuvieron felices con este tipo de actividades, ya que sembramos pequeñas semillas para futuros agentes de cambio”.
Finalmente, Lesly extiende una invitación a toda la comunidad universitaria: “A quienes no pudieron asistir, los invito a sumarse a las próximas actividades, a través de nuestras redes sociales se pueden enterar de todas las actividades que realizamos desde la Dirección de Sostenibilidad. Cada espacio de aprendizaje, cada momento en terreno, nos ayuda a formar profesionales con sentido, con mirada crítica y con compromiso real para cuidar el medio ambiente y eso es justamente lo que queremos promover en la Universidad.
