Una amenaza mal gestionada, ¿estamos a tiempo?

La constante alza en los índices de contaminación es propiciada, en gran parte, por la excesiva liberación de monóxido de carbono, que ha sido una de las más significativas consecuencias que - ya desde el siglo XX - ha dejado la masiva construcción de medios de transportes y vehículos. Dando cuenta de que la nefasta gestión de la industria automovilística generó una tardía reacción para frenar la contaminación ambiental.

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“Los coches respetuosos con el medio ambiente pronto dejarán de ser una opción, se convertirán en una necesidad”. Así, como en una especie de premonición, Fujio Cho – presidente honorario de la multinacional empresa Toyota Motors – dictaminó en el 2002 lo que hoy, a más de 17 años, vemos volviéndose realidad. La electromovilidad ha avanzado significativamente en los últimos años consecuencia de lo que ya decía Cho: una necesidad de parar con la contaminación. La constante alza en los índices de contaminación es propiciada, en gran parte, por la excesiva liberación de monóxido de carbono, que ha sido una de las más significativas consecuencias que – ya desde el siglo XX – ha dejado la masiva construcción de medios de transportes y vehículos. Dando cuenta de que la nefasta gestión de la industria automovilística generó una tardía reacción para frenar la contaminación ambiental.

Manuel Aliaga, miembro equipo EMUAI.

Sin embargo, no todo es negativo. Con un aire optimista quiero creer que aún no es tarde, y que la organización humana puede ser el factor clave para apaciguar este problema de carácter mundial. Tal vez sobrevivir por cientos de años más puede ser la garantía que me gustaría creer, pero, el verdadero problema recae en la actualidad, en la sociedad contemporánea. La poca difusión e incentivación que se le ha dado – a nivel nacional y mundial – a la lucha contra la continua liberación de gases contaminantes, ha tratado de ser remediada con mayor preocupación en los últimos cinco años.

Así ha sido reflejado, por ejemplo, en el Acuerdo Público-Privado para impulsar la Electromovilidad iniciado en Chile, firmado en el año 2017. Desde ese entonces se ha avanzado considerablemente en los objetivos establecidos e inversiones en nuestro país, pero ¿estaremos a tiempo? Puede ser. La expectativa positiva que ha dado el Ministerio de Energía y el Ministerio del Medio Ambiente llegan a convencerme, en parte, de que los proyectos como el aumento significativo en los paneles solares, la impulsión de transportes públicos totalmente eléctricos (que tienen proyecciones para 2040), las iniciativas universitarias por implementar organizaciones que apoyen la electromovilidad (como el caso de EMUAI), la creación de la primera planta termosolar de Sudamérica y la constante motivación que presenta en sus declaraciones el ministro Juan Carlos Jobet, da la sensación de un avance prometedor para el cuidado del aire en materia automovilística.

No estamos tan lejos de lograr el verdadero hidrógeno verde para todos, la verdadera disminución de contaminación automovilística y la completa utilización de energía solar para movernos y energizarnos. Sin embargo, ¿estamos a tiempo? ¿O solo es una reacción tardía a la amenaza ambiental que nos acecha? Solo puedo esperar los resultados y creer que la lucha contra el cambio climático dejará de ser un problema solo de la inversión económica y de los gobiernos mundiales, y que se convertirá en un problema que debe ser tomado por todas y todos los habitantes del planeta.

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