Según estudio los insectos silvestres serían los polinizadores más importantes para los paltos

El estudio busca apoyar la conservación de la biodiversidad e incentivar prácticas ecológicas que permitan el desarrollo de una agricultura más sostenible y con mayores aportes al bienestar humano.

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La palta, un fruto verde y carnoso originario de Mesoamérica, es un alimento de gran valor nutricional y altamente apetecido en todo el mundo. En ese contexto, y debido a su clima de tipo mediterráneo, la zona central de Chile se ha convertido en un territorio propicio para el cultivo de esta especie, llamada Persea americana. La producción de una palta no sólo depende de condiciones climáticas adecuadas, sino también de un proceso clave en la naturaleza: la polinización, que en la mayoría de estos cultivos se realiza utilizando colmenas de abejas melíferas. Pero, también es importante conocer el rol qué juega la enorme diversidad de insectos polinizadores nativos que habitan alrededor de estas plantaciones, entre ellos, abejas y moscas silvestre.

Para conocer este escenario, un grupo de investigadores chilenos y extranjeros realizó un estudio que fue publicado en la revista científica Agronomy. El trabajo exploró la importancia de insectos silvestres nativos versus la abeja de la miel, originaria de Europa, analizando la cantidad de visitas florales realizadas por estos grupos y su relación con la formación de frutos. 

Resultados obtenidos

El autor principal de este estudio, Juan Luis Celis, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, explica que “pese a que la abeja melífera es más abundante en los predios -representa un 51%- y posee mayores tasas de visita floral que insectos silvestres, estos últimos resultaron ser más eficientes polinizadores, ya que encontramos más frutos en las flores que eran visitadas por esta diversidad de insectos nativos, versus las flores que solo eran visitadas por abejas melíferas”.

Las y los científicos cuantificaron las contribuciones de los visitantes florales en plantaciones de paltos de la provincia de Quillota -Región de Valparaíso-, uno de los valles más fértiles para este tipo de cultivos. Dicho estudio se focalizó en 60 paltos de diferentes parcelas, los que fueron analizados durante dos temporadas, entre octubre y noviembre de 2015 y 2016. 

Fue así como junto a las abejas melíferas, se encontró a una gran diversidad de insectos silvestres participando de la polinización, tales como: abejas nativas, moscas, coleópteros y las llamadas “moscabejas”, según detalla Celis.

Bilyaxia concinna – escarabajo joya. Créditos: Juan Luis Celis

Aporte a la conservación y agricultura

El ingeniero agrónomo destaca la relevancia de este estudio, como una evidencia que puede sumarse a otros trabajos recientes que llaman a considerar la conservación y restauración de áreas naturales dentro y alrededor de los predios, y en zonas aledañas, con el fin de atraer a una mayor diversidad de insectos nativos, y con ello promover la biodiversidad y una polinización más eficiente.

Los autores del estudio también relevan el valor de este trabajo, considerando que un tercio de nuestros alimentos provenientes de cultivos agrícolas, dependen de la polinización. “Por lo tanto, salvaguardar a los polinizadores es clave para la transición hacia una agricultura sostenible”, se describe en la publicación.

“Lo que este trabajo y otros del hemisferio norte muestran, es que gran parte de la polinización la hacen los insectos silvestres del lugar. Por eso, para hacer más eficiente la demanda alimentaria, no tenemos que seguir extendiendo las áreas agrícolas, sino aumentar su eficiencia, y en el caso de la polinización, promoviendo la llegada de animales silvestres a los campos. Para ello se requiere conservar los hábitats donde viven los polinizadores y restaurar áreas degradadas para los insectos. Asimismo, se necesita reducir y eliminar las prácticas que atentan contra los polinizadores”, explica Juan Luis Celis. 

Conflictos globales y locales

La pérdida de biodiversidad en el planeta, es un problema de grandes proporciones que amenaza no sólo a los ecosistemas y especies que los componen, sino también al propio bienestar humano. En ese contexto, el declive de los insectos – animales que corresponden a dos tercios de todas las especies terrestres, y que participan en importantes procesos ecológicos, como la polinización y el ciclaje de nutrientes- es otra gran crisis global que advierten diversos informes y ecólogas y ecólogos de todo el mundo. 

La degradación de suelos y hábitats naturales, la agricultura extensiva, entre otras intervenciones humanas, son factores que han detonado esta pérdida en la diversidad de insectos. Por esta razón, ayudar a la conservación de la fauna nativa en los diversos territorios, es una manera de contribuir al equilibrio y salud de la naturaleza.

En ese marco, el trabajo destaca que el área de cultivos dependientes de polinizadores continúa creciendo, al tiempo que estas especies disminuyen en todo el mundo, incluyendo a la abeja melífera, la cual ya no permite satisfacer la demanda mundial del servicio de polinización. 

Sarconesiopsis magellanica – mosca. Créditos: Juan Luis Celis

Soluciones

Frente a esta crisis, ¿Qué recomendaciones se pueden dar al mundo agrícola y particularmente a los productores de palta, industria que también ha sido cuestionada por su impacto socio-ambiental ante la escasez de agua en los territorios?

“En la zona central de Chile se dan las condiciones ambientales para el cultivo de la palta, pero obviamente hay un conflicto con la megasequía y la demanda del agua, entre grandes propietarios y algunas comunidades. Sin duda, esto refleja un problema de ordenamiento territorial, pues el agua debería alcanzar para todos, pudiendo compatibilizar el consumo humano con los usos agrícola- industriales. Es por ello que necesitamos promover e incentivar las prácticas de intensificación ecológica y no expandir más los cultivos, sino que volverlos más eficientes”, destaca el científico.

Respecto a si se implementaran estas prácticas en la agricultura, Celis menciona podría minimizarse el uso de colmenas para la polinización, según lo observado en el estudio, y de acuerdo también a lo que ocurría con algunos propietarios antiguamente.

Por otro lado, el investigador destaca que, para ayudar a resguardar la biodiversidad y atraer a más polinizadores nativos, las prácticas deben considerar franjas de vegetación nativa o corredores biológicos en los mismos cultivos y sus alrededores, contar con bandas de flores nativas y evitar la sustitución de vegetación autóctona por huertos.

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