Romper paradigmas para darle un respiro a la Tierra

La economía circular 2.0 considera cruzar fronteras entre las industrias, con lo cual, no hay límites. Lo que para una industria puede ser un desecho, para otra puede ser una materia prima de alto valor.

El Día de la Tierra nos encuentra en un momento crucial como humanidad respecto del manejo de los residuos, el cuidado del agua y la sustentabilidad de la vida en el planeta. Ya parece haberse instalado cierta consciencia acerca de la importancia de cambiar prácticas habituales por otras más amigables con el entorno, pero esto no es suficiente.

Michel Compagnon, cofundador de Atando Cabos

Con mucho gusto vemos cómo cada día hay más gente acercándose a los puntos limpios a dejar sus desechos separados y cómo más municipalidades van facilitando este servicio a sus vecinos, lo que sin duda es una buena noticia considerando que hace unos pocos años, reciclar en Chile era cosa de unos pocos. Sin embargo, el trabajo no termina en el punto limpio. De hecho, ahí empieza, pues son las industrias las que también deben hacer más eficientes sus procesos y pensar fuera de la caja a la hora de resolver qué hacer con sus residuos.

¿Qué ocurre después del punto limpio? Con un sinfín de materiales para reciclar, es necesario definir dónde introducirlos nuevamente. Es ahí donde enfrentamos uno de los principales paradigmas de la economía circular: la economía circular dogmática que, con una antigua visión, lleva a las industrias a buscar mecanismos para reutilizar sus desechos y darles nueva vida pero en la misma aplicación, esto es, reciclar envases de alimentos y transformarlos nuevamente en los mismos envases, por ejemplo. El problema de esta manera de abordar la reutilización de los materiales es que el horizonte es finito y las posibilidades también.

La economía circular 2.0, por el contrario, considera cruzar fronteras entre las industrias, con lo cual, no hay límites. Lo que para una industria puede ser un desecho, para otra puede ser una materia prima de alto valor. En Atando Cabos hemos logrado que desechos de la industria de la minería se transformen en productos para la construcción, así como cabos de la industria de la acuicultura para hacer pallets de logística en la industria de los bebestibles.

Este Día Mundial de la Tierra es una excelente oportunidad para reflexionar acerca de la necesidad de cruzar fronteras, de romper paradigmas, porque es claro que no podemos seguir haciendo más de lo mismo. Todo residuo se puede reutilizar y existe la tecnología para hacerlo. El desafío es descubrir qué nueva vida se le puede dar a cada material.

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