Proyecto de investigación estudiará los terremotos generados por fallas geológicas en Chile

El estudio permitirá conocer en detalles la generación de terremotos en fallas corticales del país y así levantar información sobre medidas de mitigación y preparación para futuros eventos telúricos.

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Actualmente en Chile, los terremotos más comunes y estudiados son los de subducción, cuya profundidad y distancia a los centros urbanos supera los 100 km. Aparte de estos, también existen aquellos generados por una falla geológica, cuyo foco desde donde se irradia la energía (hipocentro) está a poca profundidad, así que su impacto en los poblados cercanos es más grande, siendo más intensos que los sismos generados entre las placas tectónicas de Sudamericana y Nazca.

Estos terremotos generados por fallas geológicas activas son poco investigados en el país, por lo que un grupo de expertos del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo Desastre (Cigiden) y geólogos de la Universidad Católica de Norte (UCN), a través de un proyecto Fondecyt decidió implementar un proyecto para su conocimiento.

“Si bien en los últimos 20 años hemos avanzado en el conocimiento de las fallas geológicas activas existentes en el país, aún existen interrogantes fundamentales. Por ejemplo, saber las tasas de movimiento, cuál sería el terremoto máximo esperado o las características mecánicas que las hacen susceptibles de moverse”, explica Gabriel González, académico UCN y subdirector de Cigiden.

A pesar de conocer, por medio de cartografías realizadas, el gran número de fallas en el norte, centro; el grupo de geólogos asegura que es una fase de caracterización muy general. “No conocemos el comportamiento sismogénico de todas esas fallas, por lo tanto, no se sabe si todas están activas, si son capaces de producir terremotos y de qué magnitud”, advierte González.

A lo anterior añade, que este tipo de fenómenos es de alto riesgo, ya que el foco de los terremotos generados en fallas geológicas, está ubicado por lo general a baja profundidad y, por lo tanto, la fuente de la aceleración sísmica está muy cerca de la superficie. Esto provoca daños importantes en la infraestructura crítica y pone en riesgo la vida de las personas.

Si bien existen protocolos internacionales que indican que una falla debe considerarse activa si ha tenido movimientos en los últimos once mil años, hay experiencia que demuestra que algunas fallas pasan por períodos de quietud más largo que ese tiempo y despiertan súbitamente. 

Para la investigación de terremotos de origen de fallas geológicas, es necesario combinar una serie de estudios interdisciplinarios que incluyen estudios paleosismológicos, monitoreo instrumental, incluyendo GPS, sismógrafos, estaciones láser, interferometría de radar, entre otros. El grupo de geólogos, indica que el potencial destructivo de los terremotos generados por fallas, ya es conocido debido a desastres ocurridos en otros países, como en la ciudad de Katmandú Nepal (2015), de magnitud 7.8 y el de Kobe en Japón (1995), de 6.9 Mw, con hipocentro a 12 km y 15 kilómetros de profundidad, respectivamente.

El investigador y líder del equipo de geólogos (compuesto también por Erik Jensen, Mahesh Shrivastava, Paulina Rivera y Yerko González), sostiene que el estudio permitirá “generar insumos y construir una estructura de información que sirva para generar medidas de mitigación y estar mejor preparados para futuros eventos”.

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