Expertos piden protección urgente para ruta de ballenas

Un nuevo informe de WWF y la comunidad científica dedicada a estos mamíferos marinos, pide una cooperación urgente para salvaguardar las poblaciones de ballenas migratorias, mitigar amenazas y tomar medidas en toda la región.

Créditos: Marcelo Flores.

Durante el siglo XX se capturó comercialmente a casi 3 millones de ballenas, lo que llevó a muchas especies al borde de la extinción. En la actualidad, hay significativamente menos caza comercial, pero han ido surgiendo nuevas amenazas que hacen que las rutas migratorias de las ballenas sean cada vez más peligrosas para navegar, entre estos factores se encuentran el cambio climático, el tráfico marítimo, el ruido submarino y la actividad pesquera.

Bajo esta problemática, WWF y sus aliados, entre ellos la Universidad Estatal de Oregón, la Universidad de California en Santa Cruz, la Universidad de Southampton y la Universidad de Valparaíso, el 6 de marzo lanzaron el informe donde recomiendan acciones para que los gobiernos, la industria y las personas protejan las rutas migratorias de las ballenas a lo largo del Océano Pacífico Oriental para 2030.

Estas rutas migratorias, o corredores azules, son como superautopistas para ballenas, que cubren distancias significativas desde el Estrecho de Bering, en Alaska, hasta la Península Antártica, en el extremo sur del Continente Americano, a veces abarcando miles de kilómetros. Doce de las catorce especies de grandes ballenas utilizan el Océano Pacífico Oriental como una zona central para sus migraciones, área oceánica que está siendo impactada por múltiples actividades humanas.

Compromiso de WWF

“Tenemos el conocimiento y las estrategias para conservar y proteger mejor estas áreas. Hacemos un llamado a la cooperación urgente para proteger a las ballenas en toda su área de distribución oceánica”, dijo Chris Johnson, líder mundial para la Conservación de Ballenas y Delfines en WWF.

WWF celebra y reafirma su compromiso para apoyar la implementación de acciones urgentes en el marco de la declaración conjunta de Protección de los Océanos de las Américas e implementar redes de AMP y Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OECM) en el Océano Pacífico Oriental, con el objetivo de proteger o conservar al menos el 30 por ciento del océano para 2030 con un enfoque inclusivo.

“La implementación y el diseño exitoso de AMP y OECM no es posible sin la participación equitativa de los pueblos indígenas, las comunidades locales y los gobiernos locales, regionales y nacionales”, dijo Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile.

“En cuanto a la situación específica de Chile, podemos destacar que nuestro país alberga las áreas de alimentación más importantes del extremo sur para ballenas azules y jorobadas, dentro de la ruta migratoria que dibujan en el Pacífico Sur Oriental”, agregó la profesional.

Otras acciones

El informe también describe otras acciones, incluido el trabajo para evitar que las ballenas se enreden en artes de pesca de las ballenas, reducir la contaminación por plástico y otros materiales y desviar las rutas de navegación lejos de sus hábitats críticos, como las áreas de migración estacional. Apoyar acciones como el Tratado Mundial de la ONU para frenar la contaminación por plásticos y la Iniciativa Global contra las Redes de Pesca Fantasma son sólo algunas formas de marcar la diferencia.

“Esta investigación pionera presenta enfoques innovadores para ayudar a proteger a las ballenas. Salvaguardar los corredores azules del Océano Pacífico Oriental requiere una estrategia holística, que involucre a múltiples actores responsables de formular políticas en una variedad de áreas e industrias, desde la pesca hasta el transporte marítimo, incluidas organizaciones clave como la Comisión Ballenera Internacional (IWC), la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS), por nombrar algunas”, dijo el Dr. Daniel M. Palacios del Instituto de Mamíferos Marinos de la Universidad Estatal de Oregon.

“Compilar los datos de rastreo satelital de las ballenas como punto de partida ha impulsado a los investigadores regionales, a WWF y a otros aliados a llevar las cosas al siguiente nivel, integrándolas con información sobre amenazas para proponer soluciones de políticas efectivas”, agregó.

La implementación de redes de AMP es una herramienta de conservación comprobada, diseñada para proteger la biodiversidad, promover ecosistemas marinos saludables y resilientes y proporcionar beneficios sociales. Sin embargo, actualmente, solo el 8,16% de los  océanos del mundo tienen AMP gestionadas activamente.

La evidencia creciente muestra que nuestros océanos necesitan poblaciones de ballenas prósperas para mejorar la productividad marina y desempeñar un papel en la captura de carbono. Respaldados por ciencia robusta, también nos están revelando cómo podemos conectar redes de áreas protegidas para lograr el objetivo 30 x 30”, agregó Chris Johnson. “Corredor Azul del Pacífico Oriental, Oportunidades y Acciones para Proteger a las Ballenas Migratorias” se lanzará en la Conferencia Nuestro Océano.

Para leer el informe completo, ingresa a este enlace.

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