El futuro de la industria sanitaria

Particularmente la industria sanitaria será un actor principal en los próximos años con todos los ojos de Chile mirando eventos de sequías en diferentes pueblos y ciudades, especialmente del norte y centro.

Probablemente ya entramos en la fase más exponencial del cambio climático. A esta altura del problema, no creo que exista nadie que pueda poner en juicio la necesidad de cambiar nuestra disposición respecto al agua.

Felipe Arévalo, subgerente de Negocios Agrícolas y Sanitarias de VIGAflow.

En VIGAflow hemos visto como diferentes rubros productivos han comenzado a explorar fuentes alternativas de agua y nuevas necesidades de tratamiento. Los diferentes sectores productivos han comenzado a tomar atención y la preocupación por entorno (stakeholders) se ha comenzado a notar. Algunos ejemplos, en la industria alimentaria los esfuerzos por reducir el uso de agua por unidad de producto; en minería se puede apreciar la necesidad por bajar la huella hídrica; y en sanitarias la aparición nuevas tecnologías en la búsqueda de nuevas fuentes para suplir la demanda.

Particularmente la industria sanitaria será un actor principal en los próximos años con todos los ojos de Chile mirando eventos de sequías en diferentes pueblos y ciudades, especialmente del norte y centro.

¿Cómo aumentar la oferta de agua potable? Tradicionalmente para las sanitarias, la alternativa más segura para suplir la demanda de agua es el pozo y entre más profundo más aumenta la probabilidad de encontrar una buena cantidad de agua, pero también aumenta la aparición de nuevos compuestos y dependiendo de la concentración son incompatibles con la normativa de agua potable (Nch 409). Los contaminantes como nitrito, fierro, turbiedad y manganeso presentes en sondajes poco profundos, comienzan a ser reemplazados por arsénico, salinidad y otros metales pesados cuando se perfora sobre los 150 metros. Por otro lado, las alternativas de suministro para el sector costero comienzan a presentar cloruros y sólidos totales disueltos sobre norma para lo cual es necesario utilizar tecnología de osmosis inversa para la eliminación de estas sales.

Otra dificultad se presenta por el lado normativo. La falta de un reglamento claro para algunas tecnologías y, especialmente, para la osmosis no permite un avance seguro de las inversiones necesarias para utilizar esta herramienta. Una dificultad del uso de membranas de osmosis es el rendimiento de recuperación de agua, ya que en algunos casos parte en 50%, hasta una planta más compleja con varias etapas que puede alcanzar 90%, dependiendo de las características fisicoquímica del agua a tratar. Avanzar del 90% al 99% mediante tecnologías altas en consumo de energía, requiere otro tipo de inversión.

El desafío para la industria sanitaria, por lo tanto, es lograr una sostenibilidad de operación mediante el reconocimiento en tarifa de las nuevas dificultades ocasionadas por el cambio climático. Según la red internacional de comparación de empresas de agua y saneamiento (IBNET) Santiago de Chile presenta un valor de 19,95 UDS/15m3 (1000 pesos cada metro cubico) uno de los más económico de las cuidades si lo comparamos con Cancún, México con 37,8 USD/15 m3 (1890 pesos cada metro cubico) o Medellín Colombia con 26,7 USD/15 m3 (1390 pesos cada metro cubico). El bajo valor del agua potable también hace sentido si lo comparamos con la prestación de otros servicios básicos como energía eléctrica y gas de combustión en donde la cuenta de agua es la de más fácil pago. Por lo tanto, existe posibilidad de subir tarifa con inversión enfocada en asegurar, primero, el consumo humano y luego el desarrollo industrial.

Es cierto que el problema de sequía plantea una incertidumbre de forma y fondo, pero también es real que hoy en día existe la tecnología para asegurar el suministro en un futuro donde el agua tenga la misma relevancia económica que, por ejemplo, la energía eléctrica.

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