Desafíos metodológicos y tecnológicos de la aplicación de la norma de emisión de olores

Al ser el olfato humano estimulado por agentes químicos, la cuantificación del olor requiere necesariamente del ser humano para su cuantificación. Es así como la determinación de la concentración de olor se realiza a través de un método, denominado olfatometría dinámica, en la cual participa un panel de personas seleccionadas por su habilidad para detectar un olor generado por una concentración conocida de un compuesto oloroso.

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Créditos: Odournet

La industria agropecuaria nacional ha tenido un importante desarrollo en las últimas décadas y hace un importante aporte a la economía del país, no solo con el ingreso de divisas, sino también por los servicios acoplados a esta actividad. En particular la crianza de cerdos muestra un importante desarrollo de los mercados a los cuales llega, y también por la implementación de tecnologías de última generación en sus cadenas productivas. Sistemas de tratamiento de purines para la producción de biogás, engorda en camas calientes, el uso de pit slat, túneles con aireación forzada para el manejo de compostaje, y el uso de biofiltros para gases son algunas de las tecnologías que algunas de las empresas ya están implementando o evaluando, adelantándose a la dictación de la norma.

A diferencia de los sentidos de la vista, el oído y el tacto, que responden a un estímulo físico, el olor y el gusto responden a estímulos químicos. En particular el olfato responde al estímulo de los receptores olfativos ubicados en la parte superior de la cavidad nasal, de diferentes moléculas de diversos compuestos, de los cuales ya han sido descritos más de 300 compuestos distintos en emisiones de planteles de cerdos en muy bajas concentraciones, en el orden de partes por millón (ppm) y partes por billón (ppb). Al estar en una cantidad mayor a un umbral de detección olfativo van a ser percibidos por el ser humano causando un efecto de molestia o desagrado, generando una disminución en la calidad de vida si estos se vuelven permanentes. La baja concentración en que algunos de ellos pueden ser percibidos hace que muchos de los sistemas convencionales de tratamiento de emisiones gaseosas queden fuera de rango de aplicación y sean aplicables solo algunos de ellos como la adsorción, principalmente en carbón activado, la absorción química, y los biofiltros en sus versiones de lecho orgánico y lecho escurrido, siendo esta última la que está mostrando mayor eficiencia en la eliminación de los gases molestos debido principalmente al mejor control sobre sus variables de operación. Todas estas tecnologías, aunque disponibles, deben ser cuidadosamente seleccionadas y diseñadas para los caudales, concentraciones y perfiles de compuestos odoríferos a tratar, para que resulten en sistemas eficientes de eliminación dadas las altas necesidades de eficiencia de eliminación de los compuestos causantes de olores más molestos, como los compuestos sulfurados reducidos, las aminas y los compuestos orgánicos volátiles (COV) como el p-cresol, indol y el escatol, causante del olor a heces, como lo indica el anteproyecto de norma en su artículo 9.

Al ser el olfato humano estimulado por agentes químicos, la cuantificación del olor requiere necesariamente del ser humano para su cuantificación. Es así como la determinación de la concentración de olor se realiza a través de un método, denominado olfatometría dinámica, en la cual participa un panel de personas seleccionadas por su habilidad para detectar un olor generado por una concentración conocida de un compuesto oloroso. Esta metodología, adoptada en gran parte de la normativa internacional, ya está establecida como norma en Chile N.Ch. 3190, y permite tener la seguridad de una determinación objetiva del olor.

El anteproyecto de norma de emisión de olores provenientes de planteles porcinos, recientemente publicada en el Diario Oficial, es el resultado de un largo y riguroso análisis de la tendencia internacional y la realidad nacional, liderado por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA). La siguiente etapa en la elaboración de la norma es una consulta pública que se realizará una vez que finalice el estado de excepción por la pandemia. Esta norma “obligará a los establecimientos a reducir sus emisiones, mejorando su estándar operacional y disminuyendo la frecuencia y concentración con la que se percibe el olor actualmente”.

Sin lugar a dudas que hay desafíos tecnológicos importante para la industria para el abatimiento, control y monitoreo de las emisiones odorantes.

Desde el año 2018 se considera la predicción y evaluación de olores en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), esto ha permitido que los proyectos que están siendo sometidos al sistema incorporen este impacto en la evaluación y por lo tanto las RCA consideran las medidas de mitigación. Sin embargo, existen muchos planteles que habiendo obtenido la RCA con anterioridad no contemplan este impacto ni las mediadas de mitigación correspondiente, lo cual deberá ser abordado de tal forma de no afectar la operación de este importante sector.

La estrategia para abordar la problemática de olores del MMA considera continuar con normas similares, particulares al sector pesquero, plantas de tratamiento de aguas servidas, plantas de celulosas y los sitios de disposición de residuos en orden de prioridad. Sin lugar a dudas un desafío, no solo para los agentes reguladores, sino que también para los respectivos sectores industriales, pero que redundará en la mejor calidad de vida de las comunidades cercana a sus instalaciones. Estos desafíos están siendo actualmente enfrentados por académicos e investigadores de la Escuela de Ingeniería Bioquímica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y del grupo GTech de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, quienes en conjunto gracias a la adjudicación de una serie de proyectos Fondecyt y Fondef de la ANID han desarrollado y perfeccionado la tecnología de tratamiento biológico de gases (biofiltros) para extender su aplicación a los problemas de olores industriales, así como a emisiones gaseosas en ambientes confinados, e incluso a nivel domiciliario. Además de utilizar y aprender de la metodología de olfatometría dinámica en la determinación de la eficiencia de estas tecnologías.

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