Aguas Andinas inaugura nueva planta Padre Hurtado para robustecer suministro en zona oriente de la RM

La empresa de servicios ambientales duplicó la producción de una de las plantas más importantes de la ciudad, que permitirá reforzar el abastecimiento en seis comunas, tres de ellas las más golpeadas por la escasez hídrica en la capital.

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Aguas Andinas realizó la ampliación y modernización de la planta Padre Hurtado de La Reina, que robustecerá el suministro de agua potable para más de un millón de personas (250 mil clientes) de seis comunas del sector oriente: Ñuñoa, Providencia, Las Condes, La Reina, Lo Barnechea y Vitacura. Una de las zonas más afectadas por la grave sequía, donde el río Mapocho ya no provee el agua necesaria ni suficiente para cubrir la demanda. Ahora, gracias a estas obras, aumentó el caudal máximo de producción de la planta, pasando de 1.300 a 2.300 litros por segundo.

Esta renovada planta, que fue inaugurada en 1997, tiene cambios significativos respecto al diseño original, con tecnología de punta, para asegurar una producción cada vez más eficiente y segura en un escenario de profunda escasez hídrica. Su modernización generó más de 180 puestos de trabajo y significó una inversión de $17 mil millones.

La gerenta general de Aguas Andinas, Marta Colet, señaló que “en este lugar se encuentra una de las plantas más importantes de la Región Metropolitana y como nuestro compromiso es con la adaptación de la ciudad y hacer nuestro servicio cada vez más robusto, tenemos que estar constantemente modernizando nuestros procesos y haciendo nuestra producción más eficiente. La nueva planta Padre Hurtado nos aportará más resiliencia y reforzará el suministro de agua potable frente a eventos de turbiedad extrema u otra situación que altere la condición normal del río Mapocho”.

Este proyecto añadió tecnología de punta al diseño original, con una nueva línea de tratamiento que considera predecantadores, floculadores mecánicos, decantadores y nuevas baterías de filtros, un nuevo desarenador, telecontrol, automatización de procesos, gestión centralizada, lavado de filtros automático y producción de cloro a partir de sal.

El presidente del directorio de Aguas Andinas, Felipe Larraín, añadió que esta iniciativa “forma parte de un robusto plan de inversiones porque sabemos que Santiago necesita mayor infraestructura sanitaria para ser una ciudad más resiliente y preparada. Así como en agosto inauguramos los pozos de Cerro Negro-Lo Mena en el sector sur de la ciudad, hoy estamos en el sector oriente, porque estamos haciendo todos los esfuerzos para enfrentar los efectos del cambio climático de mejor manera. Llevamos 14 años de la sequía más grave de la que se tenga registro y no hemos suspendido el suministro. Nuestro principal compromiso es con un abastecimiento seguro y continuo de agua potable en la ciudad, por lo que estamos buscando todas las opciones y alternativas que nos permitan continuar velando por ese servicio”.

Asimismo, la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, dijo que “esto no solo beneficia a las comunas representadas por sus autoridades, también a la región, al país y al planeta. Estamos tremendamente contentos y contentas, en nombre del Presidente Gabriel Boric, de estar aquí con ustedes, son obras como estas las que hacen cumplir el verdadero propósito por el cual estamos donde estamos, que es, en primer lugar, mejorar la vida de las personas, pero también garantizar el acceso a un derecho humano: el agua. Obras como esta son fundamentales para ir resolviendo las emergencias que van emergiendo y cuya solución no radica solamente en la acción del Estado, sino que también de los privados y la sociedad civil. Solo de esa manera podemos avanzar en el trabajo mancomunado, colaborativos de todos los organismos”.

Mientras el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, destacó que “la crisis hídrica de Santiago es el principal desafío ambiental que tiene nuestra ciudad y obras como ésta sin duda alguna ayudan a preparar a Santiago y a robustecer su resiliencia frente a la sequía y las olas de calor por el cambio climático. Una obra por sí sola no elimina el fantasma del racionamiento, aquí se requieren muchas otras obras, cambios culturales, ordenanzas municipales y cambios de los consumos industriales, la agricultura y de las personas. Una planta sola no nos salvará del racionamiento, lo importante es acompañarla con un consumo responsable, en una tarea colectiva”.

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