Hoy es un nuevo Día de la Tierra. Este día, si bien supuestamente se celebra, en esta última semana las noticias ambientales indican que hay muy pocas razones para hacerlo. En primer lugar, en el orden internacional, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, indicó que las políticas que llevan adelante los países en contra del cambio climático no serán suficientes. Lo anterior nos indica que estaremos sometidos a un cambio climático peligroso, por lo que espero que la sociedad pueda prepararse ante los escenarios peligrosos que deberemos enfrentar: olas de calor, incendios, aluviones, entre otros riesgos y desastres.
En segundo lugar, las noticias nacionales tampoco ayudan a pensar que estamos en una lógica de mirar a la Tierra como nuestra casa, si no que estas develan que se sigue con soluciones de las viejas ideologías, en donde existe un utilitarismo ampliado de la naturaleza a la cual se le somete. Es desde esa lógica que se puede entender la aprobación de un proyecto minero de la envergadura de Los Bronces Integrado, el que afectará a los glaciares que proveen de agua a los ecosistemas y las personas, o que se pretenda querer explotar el 70% de los salares en el norte de nuestro país, ecosistemas frágiles y prístinos que serán sometidos al hambre extractivista que por más de un siglo ha sostenido el país.
Tanto el escenario internacional y el nacional son totalmente desfavorables a la biodiversidad y a la sostenibilidad de la vida de las personas. Cabe decir que si se sigue creyendo en una carbono neutralidad sin la disminución del consumo del Norte Global, el recambio tecnológico al que se apuesta no servirá, porque se continuarán traspasando los limites de la Tierra. De los nueve límites planetarios que debían mantenerse en equilibrio para asegurar una tierra sana y segura, la humanidad ya ha traspasado seis, entre ellos se encuentran: el cambio climático, la integridad de la biósfera, flujos bioquímicos, uso del agua dulce, cambio de uso de suelo y la incorporación de nuevas entidades contaminantes, como, por ejemplo, el plástico.
Seguir en la senda del extractivismo es seguir traspasando los limites planetarios y con ello continuar profundizando las crisis. Por ello, debemos hacer las paces con la Tierra, volver a reconectar como sociedad y entender que no podemos continuar en una senda de crecimiento infinito. Nadie propone que tengamos que volver a la caverna, pero como sociedad debemos pensar en disminuir nuestro consumo, quebrar la tendencia y apuntar a abrazar la tierra por la sostenibilidad de la vida.
