¿Reúso o desalación para enfrentar la escasez hídrica?

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Ante el problema de la escasez hídrica surgen dos propuestas, además de reducir el consumo para aprovechar mejor el recurso. En primer lugar, existe el reúso de aguas residuales tratadas y, por otra parte, la desalinización de agua de mar. Ambas soluciones tienen ventajas según las características del lugar que necesita ayuda en materia hídrica.

Existen numerosas instalaciones de acondicionamiento de aguas residuales, a nivel internacional, con diversos grados de tratamiento y para distintas aplicaciones, tales como riego agrícola, uso industrial, diseño urbano y usos recreativos. En países como Israel, Singapur, Estados Unidos y China este tipo de solución se gestiona en grandes magnitudes. La principal razón es el contexto de creciente escasez hídrica y la necesidad del agua como insumo crítico para el desarrollo de las principales actividades productivas.

Las aguas residuales tratadas, en la actualidad en Chile, son descargadas en cauces naturales, donde otros usuarios pueden ocupar el recurso para riego, o se depositan al mar directamente a través de emisarios submarinos. El volumen de agua que deja de estar disponible por ser descargado al océano, alcanza los 8 m3/s a nivel nacional (unos 249 millones de m3/año). Por esta razón, el reúso del recurso podría aumentar significativamente la oferta hídrica en zonas donde hay escasez. Los estudios indican que esta metodología en Chile podría llegar a cubrir entre un 10% y un 15% de la demanda.

Ulrike Broschek, subgerente de sustentabilidad en Fundación Chile, explicó la razón del atrasado avance que tiene el país en esta materia. “Chile tiene un reducido número de proyectos destinados al reúso, principalmente porque no había existido una escasez hídrica -como la que hay ahora- que lo relevara como una oportunidad de fuente de agua no aprovechada. Además, es una práctica que aún no cuenta con un reglamento que lo permita”, señaló.

La planta desalinizadora, por su parte, es capaz de convertirse en una alternativa que permite incrementar la disponibilidad del recurso debido a que quita la sal del agua de mar para que ésta sea potable o tenga usos industriales. Dado que el agua dulce del planeta constituye sólo el 3%, en este caso, el volumen del recurso disponible para el proceso de desalinización es muy alta.

“En la actualidad –agregó Broschek- existen plantas desaladoras en el norte del país en especial en el rubro de minería, dado que la falta del recurso en las cuencas los ha obligado a utilizar esta fuente de agua alternativa. Los estudios indican que esta modalidad alcanza a cubrir un 7% de la demanda, pero el gran problema que enfrenta esta tecnología es su alto costo por su consumo de energía, el elevado costo de operación y la mantención del sistema”.

Según la experta, la experiencia internacional en esta materia indica que todas las alternativas son necesarias, pero su forma de implementación debe ser estratégica. “A modo de ejemplo, se debiera partir por hacer un uso eficiente de los recursos existentes, esto incluye la reducción de su consumo y el reúso de las aguas residuales. También sería  relevante maximizar el almacenamiento de aguas en embalses o acuíferos para tener reservas en épocas de escasez. Luego de implementar estas medidas, se podrían fomentar los sistemas de desalación de agua de mar” apuntó Ulrike Broschek.

En este escenario, la gestión hídrica tiene un rol protagónico, dado que a través de estudios, proyectos y obras, es posible contrarrestar el incremento de la demanda de agua y a la reducción de su oferta natural debido al cambio climático.

Reúso en Rapa Nui

Fundación Chile ha desarrollado proyectos de reúso con aguas tratadas en distintos niveles y de desalinización de agua de mar.

Debido a la sequía que enfrenta la Región de Valparaíso, Fundación Chile, con el financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) de la región, está trabajando en el desarrollo de un modelo de reúso de aguas residuales tratadas replicable a nivel nacional. El estudio incorpora análisis de tecnologías, aspectos económicos, legales y la evaluación del impacto del proyecto para fomentar la distribución eficiente y equitativa del recurso en el territorio, es decir, abrir caminos para el reúso de aguas residuales en el país.

Con el fin de potenciar la agricultura de Isla de Pascua, Fundación Chile junto al apoyo de CONAF Isla de Pascua y otros actores locales, inauguró una planta con  tecnología que  desaliniza agua de mar, utilizando energía solar para filtrar y  generar agua de riego. De esta forma, la comunidad del lugar puede contar con cultivos propios, debido a que actualmente, el 60% de las frutas y verduras que consumen, proviene del continente.

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