Ayer miércoles se conoció la determinación de la Comisión Nacional de Energía en torno al aplazamiento en el cierre de la central Bocamina 2 de la empresa Enel, ubicada en la comuna de Coronel, Región del Bío Bío.
El cierre definitivo de la planta estaba programado para el próximo 13 de mayo, sin embargo ahora se agendó para el 30 de septiembre de este 2022.
A través de un comunicado, Enel informó que la autoridad tomó esa decisión debido a la actual crisis hídrica y a las dificultades con la que opera el sistema eléctrico nacional.
Además, desde la empresa de detalló que se trata de la última unidad de generación a carbón que opera la empresa en Chile.
Finalmente, se añadió en el comunicado que la situación crítica de abastecimiento eléctrico en nuestro país, se mostró en un informe de seguridad en enero del 2022.
Esto, mediante una carta formal hacia el coordinador eléctrico nacional, quien solicitó a Enel de manera “extraordinaria y urgente” hacer la gestiones para postergar la fecha de cierre de Bocamina 2.
Reacción de las organizaciones socioambientales
Ante esta determinación, las organizaciones ciudadanas de la Coalición Nacional Ciudadana Chao Carbón mostraron su disconformidad.
«Cuestionamos que la autoridad energética siga avalando la deficiente gestión del Coordinador Eléctrico Nacional, órgano independiente del gobierno que continúa priorizando la presencia del carbón y los demás combustibles fósiles en la matriz eléctrica, al dar preferencia al respaldo mediante carbón y diésel. Mientras, con la excusa de que existe congestión en las líneas de transmisión, permite que dejen de ingresar al sistema energía proveniente de fuentes solares y eólicas. Solo en el primer trimestre de este año se ha derramado más de 500 GW/hora de energía limpia, señaló la coalición a través de un comunicado de prensa.
Asimismo, las organizaciones llamaron al gobierno a dar suma urgencia a la tramitación de la ley de Almacenamiento de Energía en el Senado, para resolver el vertimiento de energía limpia solar y eólica generada principalmente en la zona norte y a establecer una mesa de trabajo, para modificar la operación del sistema eléctrico, incrementando la tasa de ocupación diurna de las 2 líneas de transmisión existentes de Santiago al norte, con el objeto de aprovechar la generación solar y eólica que hoy se desperdicia, y reducir la quema de carbón y diésel.
Finalmente, indicaron que «el gobierno del Presidente Boric, como comprometió en su programa, debe mantener y acelerar el cronograma de descarbonización de la matriz eléctrica, para responder a la crisis climática y terminar con las zonas de sacrificio. Una transición justa debe incorporar medidas de protección social para los trabajadores de las carboneras y remediar los pasivos ambientales generados en los territorios».