Los suelos como recicladores, incluso después de incendios

Desafortunadamente, en Chile existe fomento a la corta del bosque después de los incendios forestales, interviniendo el proceso natural de regeneración del ecosistema. Con esta corta se remueve materia y estructuras que son fundamentales para la protección y formación del suelo y se disminuye la capacidad de los ecosistemas de albergar vida.

Los incendios forestales en Chile tienden a incrementar en número y superficie afectada con el paso del tiempo. El cambio climático ha sido un factor clave en el incremento en el riesgo y extensión de los incendios forestales. Pero después de los incendios forestales, la vida renace de manera espontánea. Los árboles o partes de árboles que quedan, muertos en pie o en el suelo, proveen hábitats y estructuras a animales y aportan nutrientes y materia orgánica al suelo a través de la descomposición, favoreciendo la regeneración de la comunidad biológica. Hongos, líquenes, bacterias, arqueas, protozoos, animales, macro y microinvertebrados encuentran su hábitat en estos restos leñosos. Además, estas estructuras disminuyen la superficie expuesta a la erosión por el impacto de las gotas de lluvia y generan sombra y micrositios que retienen más humedad, donde ocurre mayor germinación y sobrevivencia de plantas.

Desafortunadamente, en Chile existe fomento a la corta del bosque después de los incendios forestales, interviniendo el proceso natural de regeneración del ecosistema. Con esta corta se remueve materia y estructuras que son fundamentales para la protección y formación del suelo y se disminuye la capacidad de los ecosistemas de albergar vida. Este fomento, a través de la Corta de Recuperación, es una actividad bonificada por la Ley de Bosque Nativo a través de la Tabla de Valores (ej: CVE 1266365 y DTN°239, CONAF Minagri), o se prioriza la bonificación a bosques quemados (ej: CVE 1740271). Tal como ocurrió con el fomento a plantaciones forestales, que reemplazaron bosque nativo por plantaciones de pino, incentivos como este, pueden transformarse en un lamentable estímulo a la quema intencional de bosques nativos.

Asimismo, las quemas agrícolas y forestales, practicadas y permitidas a través del Decreto N°34/2015 del Ministerio de Agricultura, para eliminar los rastrojos, contribuyen con las emisiones de gases con efecto invernadero, con la contaminación atmosférica, incrementan el riesgo de incendios. Prácticas como estas no permiten que los suelos incorporen y acumulen materia orgánica, evitando que estos actúen como recicladores de materia orgánica y sumideros de carbono, y que incrementen gradualmente su capacidad de infiltrar y retener el agua y la vida, y que sean capaces de evitar procesos de erosión.

Las consecuencias de la remoción de material leñoso después de ocurrido un incendio forestal es ampliamente reconocida como una práctica que afecta negativamente la recuperación de las áreas incendiadas. Esta actividad, muchas veces se acompaña de la utilización del sitio incendiado para la ganadería, disminuyendo aún más la capacidad del ecosistema de recuperarse. Estas prácticas, usadas de manera independiente o conjunta, han permitido disminuir el grado de naturalidad de los usos de suelos, cambiando desde bosques nativos a monocultivos agrícolas o forestales, o a usos urbanos. Afortunadamente, un gran número de parlamentarios y parlamentarias presentaron varios proyectos de ley que fueron consolidados en el Boletín N°13.967-12, que busca evitar el cambio de uso de suelo después de ocurrido un incendio forestal. El suelo es el soporte de la vida en la Tierra. Los suelos permiten el desarrollo de las plantas, modifican la atmósfera emitiendo y absorbiendo gases y son hábitat para los animales y organismos que viven en el suelo. El suelo absorbe, retiene, filtra, libera, altera y purifica el agua en los sistemas terrestres. El suelo recicla y almacena nutrientes, incluyendo el carbono, haciéndolos nuevamente disponibles para los seres vivos. La mantención de la materia orgánica en los ecosistemas es fundamental para que pueda ocurrir el reciclaje de nutrientes y carbono, tanto después de incendios forestales, como en cultivos agrícolas y forestales. Después de incendios, es fundamental evitar la ganadería y la corta de recuperación, para permitir la regeneración natural y el reciclaje de nutrientes y materia orgánica

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