La salud de las personas y la salud del planeta es una sola

Si dejamos de hacer lo que genera la degradación de los sistemas ecológicos, estos se van a regenerar. Si se dejan de liberar contaminantes, los sistemas ecológicos, en la gran mayoría de los casos, suelen recuperarse sin que alcancemos a intervenir. Pero hay supuestas soluciones a los problemas ambientales que son como la medicina moderna, que atacan el síntoma, pero no la causa del problema, y generan otros problemas, como las plantas desalinizadoras, los embalses de cemento, los agroquímicos, las compensaciones en biodiversidad, las compensaciones de emisiones y los monocultivos.

Si hay algo que solemos dar por descontado es la salud. No solemos tomar consciencia de que solo porque estamos sanos podemos hacer las cosas que hacemos. Solo tendemos a valorar nuestra salud cuando la perdemos. Cuando no podemos continuar con nuestras vidas como quisiéramos, porque la enfermedad nos lo impide. Y tenemos que hacer algo diferente de lo que hacemos regularmente para recuperar esa salud que perdimos.

Nuestra civilización suele recurrir a la medicina moderna, que tiende a tener una aproximación que busca palear los síntomas más que sanar las causas frente a la enfermedad. Y en ocasiones, los mismos medicamentos desencadenan otros síntomas que requieren a su vez, ser tratados con otros medicamentos para palear sus síntomas. Otras veces, son nuestros propios hábitos relacionados con nuestra alimentación, falta de descanso, o de actividad física, los que nos hacen enfermar. En otros casos, es el aire que respiramos, o el agua que tomamos, o la comida que comemos, que está contaminada y nos causa enfermedades.

Como somos seres vivos, nuestro organismo tiene la capacidad de regenerar sus tejidos dañados, tenemos un sistema inmunológico capaz de hacer frente a infecciones. Somos además un gran vehículo de una multitud de microorganismos que nos acompañan en nuestras actividades, y nos protegen de microorganismos infecciosos. En muchas ocasiones, si dejamos de hacer las cosas que nos hacen enfermar, nuestro cuerpo sana.

Lo mismo pasa con los sistemas ecológicos. Si dejamos de hacer lo que genera la degradación de los sistemas ecológicos, estos se van a regenerar. Si se dejan de liberar contaminantes, los sistemas ecológicos, en la gran mayoría de los casos, suelen recuperarse sin que alcancemos a intervenir. Pero hay supuestas soluciones a los problemas ambientales que son como la medicina moderna, que atacan el síntoma, pero no la causa del problema, y generan otros problemas, como las plantas desalinizadoras, los embalses de cemento, los agroquímicos, las compensaciones en biodiversidad, las compensaciones de emisiones y los monocultivos.

Y es que hay cosas que todos podemos hacer para recuperar la salud del planeta. Y tenemos que empezar cambiando cada uno de nosotros. Eligiendo movernos con formas bajas en emisiones y que nos mantienen activos, eligiendo formas de alimentarnos variadas, con alimentos producidos en condiciones bajas en emisiones, localmente, libres de envases de un solo uso, cuidando nuestro descanso, nuestros pensamientos, destinando tiempo al contacto con distintas manifestaciones de la vida, y consumiendo menos, ojalá solo solo lo que necesitamos para vivir.

Pero el cambio en nuestras vidas no es suficiente. Y no se debiera quedar en nuestras actividades atingentes a nuestra propia existencia. Es fundamental que nos involucremos en detener las formas de degradación del medio ambiente, como con el cierre de una empresa contaminante, o evitar que se instale un nuevo proyecto inmobiliario en un humedal, o una nueva minera, o una nueva central hidroeléctrica o un nuevo conjunto de centros de cultivo de salmones en las aguas prístinas de la Patagonia. Porque son los ecosistemas naturales que quedan nuestros reservorios de salud. También podemos participar en la transformación de nuestras realidades, evitando la generación de desperdicios en nuestro entorno, modificando nuestros sistemas productivos, convirtiendo residuos en bienes, volviendo suelos degradados en lugares llenos de vida. Porque es nuestra salud y la salud del planeta la que estamos cuidando. Y cuando perdemos la salud, nos damos cuenta de lo importante que es.      

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