“El plástico como un recurso, no un residuo”, es el lema de la propuesta de Fundación Revalora Chile y que hoy en medio del contexto global por pandemia, es una alternativa al problema de los plásticos post consumo, evidenciado en las cuarentenas donde se aprecia la gran cantidad de material que se genera a diario.
A través de las denominadas ecobotellas, Revalora Chile hace un llamado a quienes se quieran sumar al reciclaje domiciliario, recolectando los plásticos flexibles en cualquier botella plástica y que pueden dejar en sus contenedores ubicados en puntos limpios de Santiago.
Pero el trabajo no termina ahí, ¿qué pasa con el plástico que viene en la ecobotella? La ONG lo utiliza para crear las Ecotabla Revalora, con la que se pueden construir distinta infraestructura domiciliaria, urbana, industrial y social.
La fórmula para transformar
Una vez que llegan los plásticos a la planta de la fundación, ubicada en Casablanca, tanto de las ecobotellas como de industrias, pasan por un procedimiento de logística y revisión del material.
En el segundo paso se tiene un proceso de adecuación de materias primas, en el cual según su tipo y procedencia se les reduce el tamaño y/o aumenta la densidad hasta un punto en el cual puedan ser mezclado a través de un proceso físico y por acción de la temperatura transformar los plásticos en Ecotablas.
Finalmente, las Ecotablas se emplean como materia de construcción en un taller de carpintería, donde se elaboran distintos productos, adquiriendo características superiores como gran durabilidad, estabilidad química y resistencia a la corrosión y a la intemperie incluso en ambientes hostiles (cambios extremos de temperatura, humedad, aire y brisa salinos).
Fomentar la economía circular y el impacto social
Revalora Chile busca entregar un material de infraestructura sustentable, de calidad y con mayores ventajas comparativas a las actuales alternativas. Por lo mismo, se puso a disposición una tienda virtual en Revalovers, donde el público puede encontrar parte de los productos que se fabrican y así aportar al sustento de la Fundación en la logística, traslados, proyectos y transformación del plástico.
En otra línea, la ONG recibe el plástico de grandes empresas e industrias. De esta manera, se les permite el cumplimiento de la Ley REP 20.920, les facilita desarrollar la política de sustentabilidad corporativa, acercarse hacia la ruta de la economía circular de los plásticos y adquirir infraestructura industrial como pallets que vuelven a incorporar a su cadena productiva.
Finalmente, otra forma de fomentar a economía circular de los residuos es creando proyectos sociales que tengan como fin otorgarle mejores condiciones de vida a las comunidades, a través del mejoramiento de espacios públicos.
Para ello, desde la fundación sostienen que es sumamente importante involucrar a distintos actores de la sociedad, por ejemplo, que municipalidades o empresas financien los proyectos, se vinculen con la comunidad y eviten que los plásticos terminen en los océanos.
