Fundación Glaciares Chilenos: “Hoy en día los glaciares son considerados algo utilitario y no un ecosistema complejo y biodiverso”

En entrevista con Fundación Glaciares Chileno fueron enfáticos en alertar sobre el impacto devastador de proyectos mineros como Los Bronces y Andina en los glaciares chilenos, enfatizando que la destrucción de estos ecosistemas no puede ser compensada y requiere de una revisión urgente de las políticas públicas para garantizar su protección

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Los glaciares son esenciales para la regulación del agua dulce en el planeta, funcionando como enormes reservorios que alimentan ríos, lagos y humedales. Sin embargo, su existencia está amenazada debido al cambio climático, la actividad humana y la falta de políticas adecuadas para su protección. En 2025, la Organización de las Naciones Unidas ha declarado el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, con el objetivo de concientizar sobre la importancia de estos ecosistemas y su preservación.

En Chile la situación de amenaza a los glaciares no es distinta. Si bien mayoritariamente se concentran en regiones de Aysén y Magallanes, donde pueden estar protegidos por parques nacionales, la situación en el norte y centro del país es distinta, donde proyectos extractivos, como la minería, representan una amenaza directa. La falta de un sistema integral de protección que abarque tanto los glaciares como las cuencas hidrográficas completas sigue siendo uno de los mayores desafíos. 

La crisis climática ha acelerado el retroceso de los glaciares a nivel global, lo que afecta no solo el abastecimiento de agua dulce sino también la biodiversidad de las zonas montañosas. Estos ecosistemas son altamente vulnerables y desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico. Entonces, el Año Internacional de los Glaciares ofrece una oportunidad única para abordar la urgente necesidad de protegerlos y generar conciencia sobre su valor ecológico y social.

En este contexto, conversamos con Constanza Espinosa, arquitecta y directora de la Fundación Glaciares Chilenos, quien nos compartió su visión sobre las amenazas que enfrentan estos gigantes blancos, además de destacar la urgencia de establecer políticas públicas que protejan los glaciares y las cuencas hidrográficas de forma integral.

La ONU ha declarado el 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares ¿Qué significa esta designación para la protección de los glaciares en Chile y el mundo?

En primer lugar, a nivel global, como ya sabemos, los glaciares son fundamentales, la mayor reserva de agua dulce del planeta, y esta declaración, más que otra cosa, sienta las bases para darle el carácter de urgencia y la importancia de poner sobre la mesa el tema de los glaciares, la educación ambiental en torno a ellos, la visibilización y la concientización sobre su importancia. Asimismo, nuestro país también genera esta urgencia y pone estos temas en la discusión pública y para acercarlos a la ciudadanía.

Constanza Espinosa, directora Fundación Glaciares Chilenos

Más allá de la crisis climática, ¿Cuáles son las principales amenazas que enfrentan los glaciares en nuestro país hoy en día?

En nuestro país, además de enfrentar a los glaciares a un escenario climático extremo por las altas temperaturas, también nos encontramos frente a una falta de protección, que es algo que poco se ha hablado de manera concreta. Esto porque los glaciares que se encuentran protegidos en nuestro país, el 80% aproximadamente, se encuentran en áreas protegidas del Estado, que es el único mecanismo legal que entrega un grado de protección a los glaciares. Pero estos glaciares en su mayoría se ubican en Aysén y Magallanes, que si bien son las regiones donde se concentran la mayor cantidad de glaciares, no son los únicos.

En nuestro país también contamos con glaciares en el norte y en el centro del país que se encuentran completamente desprotegidos. Hay algunos casos excepcionales, como el reciente declarado Parque Nacional Glaciares de Santiago. Sin embargo, este parque en particular deja sin protección a todos los ecosistemas de montaña que están bajo la cota 3000, lo cual es sumamente grave, ya que nosotros cuando hablamos de protección de glaciares, necesitamos pensar en un sistema de cuencas y de proteger la biodiversidad de toda la cuenca hidrográfica, además de los glaciares en sí.

Frente a esto, los glaciares están amenazados por la expansión de proyectos mineros y otras actividades extractivas que buscan acceso a la montaña, incluso en zonas cercanas o dentro de los glaciares. Lamentablemente, este escenario ya ha ocurrido en nuestro país. Creemos que este es el principal problema, y hasta ahora se ha hablado poco de soluciones concretas.

Desde la Fundación Glaciares Chilenos, ¿Cómo evalúan las políticas actuales de conservación y qué medidas creen que deberían implementarse con mayor urgencia?

Las políticas actuales de conservación consideramos que en términos de glaciares son bien deficientes. Hoy en día los glaciares son considerados a nivel gubernamental como recursos, como algo utilitario, más que nada un recurso hídrico para el ser humano y no como un ecosistema complejo y biodiverso.

En ese contexto, cualquier política pública que se trate sobre los glaciares considerados como un objeto de consumo para el ser humano, obviamente va a ser una política deficiente. Entonces, ¿qué medidas deberían implementarse con mayor urgencia? Consideramos totalmente que debiera hablarse de un sistema de cuencas integrado, de una protección de la cuenca hidrográfica, donde se proteja el glaciar, los cursos de aguas superficiales, los humedales y la biodiversidad presente en estas cuencas hidrográficas. Porque los glaciares, si bien son fundamentales y vitales para el ser humano, también lo son para estos ecosistemas de montaña altamente complejos y vulnerables.

Existen iniciativas o proyectos, por ejemplo, mineros,  que han demostrado un impacto ambiental en los glaciares, ¿Cuáles serían algunos de ellos y qué se puede hacer para mitigar las afectaciones negativas que tienen? 

En nuestro país, lamentablemente, tenemos ejemplos concretos de proyectos mineros que han afectado glaciares. El más icónico y, diría, mediático, fue el proyecto Pascua Lama, que, de acuerdo a la documentación científica, destruyó glaciares, provocó la desaparición de los glaciares Toro I y Toro II. Eso está altamente documentado y fue una de las causas que motivaron a las comunidades a movilizarse para frenar ese proyecto.

También está el caso del proyecto minero Los Bronces en la Región Metropolitana, cuya documentación evidencia un impacto devastador en los glaciares, tanto directo como -entre comillas- ‘indirecto’, ya que sigue siendo una afectación in situ. Las tronaduras, la contaminación y el material particulado generado por sus operaciones han deteriorado estos ecosistemas. Estos son solo algunos ejemplos del problema.

Hoy en día nosotros tenemos toda la data científica, las imágenes y los estudios que comprueban esta situación. ¿Y qué se puede hacer para mitigar estas afectaciones negativas? Nosotros consideramos que no debiese hablarse de mitigación en estos casos, porque la destrucción de un glaciar no se puede compensar con otra cosa. Ya se destruyó el glaciar. Entonces, más que mitigar estas afectaciones negativas, nosotros lo que consideramos urgente es que se hable de manera clara y concreta de cómo la minera genera estos daños en los glaciares para que no vuelvan a ocurrir.  De esta forma, dejar de pensar en estas medidas paliativas de mitigación o adaptación a estos proyectos que son tremendamente destructivos para la montaña y los glaciares.

En este contexto, el anuncio del acuerdo entre Codelco y Anglo American para explotar conjuntamente Andina y Los Bronces ha generado preocupación entre organizaciones ambientales. ¿Cuál es su visión sobre este tipo de proyectos y cómo ven este anuncio para la conservación de los glaciares?

Este anuncio, la verdad, nos tomó por sorpresa, por una parte, pero por otra, en consideración de, ya lo mencionaba anteriormente, creemos que nuestro sistema actual de gobernanza le da privilegios a los proyectos mineros, prioriza los proyectos de extracción y en general cualquier tipo de industria por sobre la protección de la naturaleza, de los glaciares, humedales, el océano, etc. Entonces, si bien nos sorprende y nos impacta a la vez, es algo que se veía venir, lamentablemente. ¿Y cuál es nuestra visión respecto a esto? Es que lamentablemente, a pesar de toda la evidencia científica y social, seguimos tomando decisiones como sociedad que van en contra de lo que es la crisis climática y lo que nuestro planeta necesita, nuestro territorio necesita.

Evidentemente, proyectos de esta magnitud son nocivos, y la documentación lo respalda. En lugar de seguir extrayendo recursos y destruyendo la montaña, deberíamos enfocarnos en desarrollar otras industrias y modelos de crecimiento, como el turismo sustentable. Chile tiene el potencial de convertirse en un referente en esta área, promoviendo el deporte de montaña y otras actividades que no solo fortalecen el conocimiento del territorio, sino que también fomentan la inversión, el comercio y las economías locales. Por eso, este anuncio resulta totalmente anacrónico y devastador.

Mirando hacia el futuro, ¿Qué rol debería jugar la sociedad civil en la defensa de los glaciares y qué acciones pueden tomar las personas para contribuir a su conservación?

El rol de la sociedad civil, como siempre, sigue siendo el de fiscalizar y visibilizar estos temas en la opinión pública. En el contexto del Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, creemos que es fundamental fortalecer la unidad y el trabajo conjunto para proteger estos ecosistemas. Como territorio, tenemos la responsabilidad de velar por la conservación de la naturaleza.

A pesar del amplio conocimiento científico y la creciente divulgación sobre los glaciares, aún queda mucho por hacer en materia de educación ambiental. No se trata de falta de interés o acceso a la información, sino de que la vida cotidiana y sus desafíos nos alejan del contacto con estos ecosistemas. Un ejemplo cercano es Santiago: desde la ciudad podemos ver la cordillera, pero no distinguimos las masas de hielo que solemos asociar con los glaciares. Esta desconexión no solo afecta nuestra relación con la montaña, sino también con el mar y otros elementos del territorio. Es clave comprender que los ríos que surcan nuestro paisaje tienen origen glaciar y que, como dice el dicho, conocer para proteger es fundamental.

Desde la fundación, creemos que visibilizar y concientizar sigue siendo una tarea primordial. Aún hay esperanza: muchas personas quieren aprender y constantemente recibimos preguntas sobre cómo aportar y participar. La invitación es a seguir comunicando la importancia de los glaciares y generando espacios de aprendizaje, compartiendo acciones que pueden tomar las personas para contribuir en su protección y conservación. También es clave adoptar hábitos responsables cuando visitamos la naturaleza. Por ejemplo, el 99% de los incendios son causados por humanos, y su contaminación llega a los glaciares, acelerando su derretimiento. Además, la contaminación urbana también impacta estos ecosistemas, por lo que optar por transportes sustentables, como la bicicleta, es un cambio significativo. En definitiva, necesitamos un cambio de paradigma: vivir de manera más consciente y responsable, entendiendo nuestra geografía y cómo nuestras acciones afectan el territorio.

Finalmente, la invitación es a seguir aprendiendo y maravillándose con los glaciares, no sólo como recursos naturales, sino como espacios de investigación y conocimiento. Y para quienes deseen involucrarse aún más, hay múltiples formas de participar: sumarse a organizaciones, voluntariados o simplemente conversar con otros sobre la importancia de estos ecosistemas. Pequeñas acciones cotidianas también pueden marcar la diferencia en su protección.

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