Evolución tecnológica del sonómetro, una herramienta fundamental para el cuidado del medio ambiente sonoro

En la actualidad, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de sonómetros programables para múltiples funciones, incorporando análisis espectral en dominio de la frecuencia y memoria interna para el almacenamiento de los resultados, pudiendo determinar con muy alta precisión muchas características de las ondas sonoras, que la observación y percepción auditiva no son capaces de determinar y cuantificar, mejorando las evaluaciones y toma de decisiones para la gestión y control del ruido en el medioambiente y con ello, la calidad de vida de la comunidad.

“El hombre es la medida de todas las cosas”, Protágoras (Siglo V A.C.). Y, ¿porqué medimos?

Jorge Carrasco, consultor senior de Decibel.

En el caso del ruido en el medio ambiente, la respuesta está en la necesidad de cuantificar el sonido para regular los niveles de ruido y con ello limitar la percepción de molestia y evitar las nocividades de la exposición al ruido, sobre todo en las cada vez más grandes urbes metropolitanas.

¿Y cómo se ha hecho esto a lo largo de la corta historia de la ingeniería acústica? Mediante un micrófono que recibe ondas sonoras y las transduce a un impulso eléctrico, el que es procesado por el cerebro de un sistema y permite discriminar diferentes características de la onda sonora, en función de si son transitorias o permanentes, estacionarias o no estacionarias, aleatorias en instantaneidad y estadística, periódicas, etc. Dentro de estas características, los parámetros de una onda sonora que normalmente se obtienen, procesan y evalúan son la amplitud, frecuencia, niveles equivalentes, percentiles, evolución temporal o espectrograma, tiempo de reverberación, entre otros descriptores derivados de ellos y la posibilidad de aplicación de diferentes ponderaciones para dotarle a una determinada medición de ondas sonoras de un carácter fisiológico o, si se quiere, psicoacústico, acorde a la respuesta auditiva – la mayoría de las veces – del ser humano, como por ejemplo la ponderación “A”, que origina al más usado descriptor en cuanto a normativas de ruido en el medio ambiente de los diferentes países y regiones, el dB(A). Todo esto, tiene que ver con aspectos físicos del sonido y varían muy poco o nada con el tiempo, no son altamente sensibles a los avances tecnológicos, porque son aspectos propios de un fenómeno físico, como en este caso el sonido.

Pero, al mismo tiempo, todas estas características y parámetros, se pueden medir con un instrumento denominado “sonómetro”, que puede clasificarse según tolerancias admitidas y siendo normalmente validados por metrología legal en las normativas medioambientales los clase 1 y clase 2, los que además, como cualquier aparato, son altamente sensibles a los avances de la tecnología. Los primeros de ellos, diseñados hace varias décadas, eran 100% analógicos y sólo podían medir valores de nivel de presión sonora instantáneos, por lo tanto la capacidad de observación del operador del equipo, era fundamental para poder determinar la emisión, propagación e inmisión de una determinada situación fuente-receptor. Posteriormente, surgieron los sonómetros digitales, gracias a los cuales se pudo incorporar a 2 descriptores fundamentales, como el nivel de presión sonora equivalente y percentiles, los que permiten caracterizar una medida de mayor duración en el tiempo. En la actualidad, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de sonómetros programables para múltiples funciones, incorporando análisis espectral en dominio de la frecuencia y memoria interna para el almacenamiento de los resultados, pudiendo determinar con muy alta precisión muchas características de las ondas sonoras, que la observación y percepción auditiva no son capaces de determinar y cuantificar, mejorando las evaluaciones y toma de decisiones para la gestión y control del ruido en el medioambiente y con ello, la calidad de vida de la comunidad.

Es a partir de esto último, que la firma española, CESVA, se ha planteado la resolución de algunos desafíos para servir de ayuda al usuario, conservando como elementos fundamentales para la protección del medioambiente sonoro sus altos estándares de precisión de medida y capacidad de procesamiento de data, gracias a lo cual recientemente han sido lanzados al mercado los nuevos modelos SC250 (clase 1) y SC202 (clase 2), conjuntamente a sus respectivos dispositivos calibradores CB011 (clase 1) y CB012 (clase 2), los que incorporan interesantes mejoras tecnológicas, entre las cuales, podemos destacar las siguientes:

  1. Pantalla táctil a color.
  2. Posibilidad de uso enlazando el equipo con App & Cloud para almacenamiento de la data.
  3. Memoria interna directamente en archivos de data en formato CSV, compatibles con Excel.

Este pack de adaptaciones tecnológicas, ubica al instrumental de medición de ruido en un punto acorde a las necesidades modernas de usabilidad del usuario y facilitan su trabajo, dejando en manos de la experiencia del fabricante la confiabilidad de los datos recolectados y almacenados. Es por ello que la descripción de la marca para sus nuevos equipos, “Perfectamente simple. Simplemente perfecto”, no solo es un eslogan, sino una experiencia propia de la innovación como pioneros del meritorio ‘upgrade’ en este instrumental de alta importancia para la protección del medio ambiente.

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