Día Mundial de la Salud: arsénico en Quintero y Puchuncaví, los niños siguen esperando

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A pesar del escenario en que se encuentra el país en relación a la pandemia de coronavirus, no podemos olvidar el revuelo generado por las conclusiones y recomendaciones presentadas en un estudio realizado por ocho investigadores pertenecientes a las universidades Santa María y Pontificia Católica de Valparaíso, RUDN  de Moscú y The City University de Nueva York, quienes analizaron la presencia de metales y metaloides pesados en suelos de las comunas de Quintero y Puchuncaví y el riesgo al que están sometidos los niños menores a cinco años en estas comunas, producto de las altas concentraciones de arsénico en el suelo.

Hernán Ramírez, investigador de Fundación Terram.

El estudio señala textual que “el riesgo carcinogénico debido a la exposición al arsénico fue superior al valor umbral de 10−04 en la población de niños pequeños (1–5 años) en el 27% del área de estudio. Estos valores de riesgo se clasifican como inaceptables por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), los que requieren una intervención específica del gobierno chileno”.

Con esperanza y un poco de ingenuidad, podríamos creer que, tras estas recomendaciones, el Gobierno intervendrá en la zona con el fin de proteger la salud de los niños, haciendo gala a lo comprometido por el Presidente Sebastián Piñera en sus dos últimas participaciones en las Naciones Unidos respecto a terminar con las “Zonas de Sacrificio”, pero al realizar una revisión de lo comprometido y efectivamente cumplido por los diferentes gobiernos que han tenido la posibilidad de hacer algo, toda esperanza se difumina, llegando nuevamente a la decepcionante  conclusión de que a las autoridades de turno no les interesa lo que pasa en estos territorios.

Es más, ese estudio solo vino a confirmar lo ya saben los ministerios de Medio Ambiente y de Salud hace un tiempo y que está contenido en los cuatro estudios sobre riesgos encargados durante el primer Gobierno de Sebastian Piñera, con posterioridad a las intoxicaciones de los niños de la escuela de La Greda el año 2011 por causa de emisiones tóxicas de la  fundición de cobre de Codelco, al que se suma el estudio encomendado por el Gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet con el propósito de determinar el grado de contaminación por metales pesados en suelos y organismos marinos de la Bahía de Quintero.

Además, durante el 2019 se publicó una investigación que determinó la presencia de metales pesados en hortalizas cultivadas en la zona y otro similar -de autoría de Berasaluce y otros-, que previamente había concluido y recomendado medidas análogas a las del recientemente publicado, debido al riesgo en la salud de menores de edad de la zona por las altas concentraciones de arsénico.

La negligencia con que sigue actuando el Estado de Chile en las Zonas de Sacrificio y, particularmente, en Quintero y Puchuncaví, habla de una tremenda irresponsabilidad que viola los derechos fundamentales a la vida, la salud y al medio ambiente sano de la población más vulnerable y sensible como lo son los niños. Todas las investigaciones que han estudiado el origen de la presencia de arsénico en la zona, han coincidido en que este tipo de contaminación proviene de la fundición de cobre de Codelco Ventanas, la cual tiene autorización para emitir en forma anual 48 toneladas de este compuesto carcinogénico a la atmósfera, a pesar de los anuncios del año pasado que pronosticaron su clausura y sobre los cuales no se ha tenido avances. 

Para enfrentar el problema, se requieren varias medidas que deben ser adoptadas por la autoridad en forma urgente, entre las cuales se encuentran: el cierre de la Fundición Ventanas, la dictación de una ley especial de polimetales para las comunas de Quintero y Puchuncaví, la adopción de una norma de calidad para suelos y, sobre todo, la reposición con urgencia de la Norma Primaria de Calidad de Arsénico Respirable, la cual fue derogada por el Ministerio de Salud en 1994 y a la fecha no se ha cumplido con el compromiso de reponerla “a la brevedad”. 

Dicho lo anterior, sin duda, los habitantes de las comunas de Puchuncaví y Quintero deben ser considerados como población de riesgo en relación a la contingencia que afecta al planeta, cosa que no se ha hecho hasta el momento. En este Día de la Salud, desde Fundación Terram recordamos que un tema pendiente en Chile, el cual está estrechamente vinculado a las malas condiciones ambientales, es mejorar las condiciones de vida de esta Zona de Sacrificio.

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