En el Día Mundial del Delfín, que se celebró el 14 de abril, WWF Chile realizó un llamado a proteger al único cetáceo endémico de nuestro país: el delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia).
Conocida también como tonina negra, su tamaño oscila entre 1,67 a 1,70 metros de longitud, con un peso que va entre los 60 y los 80 kilos. En general, es considerada una especie tímida, de bajo tamaño poblacional y vulnerable a la interacción con actividades humanas, como la pesca artesanal.
El delfín chileno habita en aguas frías y cercanas a la costa, desde la Región de Valparaíso hasta Isla Navarino y Cabo de Hornos, en la Región de Magallanes. Sin embargo, su distribución real ha sido descrita como irregular o en parches, con áreas específicas que son habitadas por poblaciones locales, como en el sudeste de Chiloé.
Según explica Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Política Oceánicas de WWF Chile, justamente en las costas chilotas y sus alrededores el delfín chileno ha sido monitoreado en forma continua durante 20 años. Esto, gracias a investigaciones del Centro de Estudios para la Conservación de Ecosistemas Marinos CECEM – YaquPacha Chile, con el apoyo permanente de WWF Chile, las que han permitido estimar sus poblaciones y caracterizar sus principales amenazas, así como su estado de salud.
“Algunas de las principales amenazas que tiene actualmente el delfín chileno son el enmalle incidental en artes de pesca y la alteración de su hábitat producto de diferentes actividades humanas, tales como la acuicultura y mitilicultura intensiva, malas prácticas de turismo y el desarrollo costero. Existe incluso evidencia de mortalidad de individuos, particularmente como consecuencia de la interacción con actividades pesqueras, en áreas de distribución norte y sur, y de salmonicultura, en área de distribución sur”, señala la especialista.
En cuanto a su estado de conservación, este cetáceo se encuentra en la categoría Vulnerable (VU), principalmente a causa de la territorialidad y vulnerabilidad a los cambios ambientales que caracterizan a la especie, sumado al pequeño tamaño de su población conocida hasta la fecha para algunos territorios. A ello se agrega el bajo nivel de conocimiento de su tamaño poblacional dentro de toda su área de distribución.
“Estos factores hacen urgente que se establezcan medidas para proteger a esta especie, que resguarden las condiciones necesarias para su permanencia en nuestras costas y también que propicien el aumento de su tamaño poblacional”, indica Yacqueline Montecinos. En específico, se requiere diseñar herramientas de conservación a corto plazo con la información existente y también levantar información clave faltante, con lo cual se contribuirá al establecimiento de un objetivo de manejo para las poblaciones de delfín chileno.
En esta línea, durante 2022, diferentes organizaciones representantes del Estado, tales como el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), y el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), junto a miembros de la comunidad científica de la Universidad Andrés Bello, Universidad Mayor, Instituto Milenio Base, así también organizaciones no gubernamentales como CECEM-YaquPacha Chile, Eutropia y WWF-Chile, por parte de la sociedad civil, comenzaron a trabajar colaborativamente en un proceso que aportó las bases para un futuro Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies (RECOGE) para la única especie de cetáceo endémico de nuestro país, el delfín chileno. Estas organizaciones actualmente componen el equipo que trabaja para la conservación de esta especie, quienes además tienen la misión de construir el Plan que se someterá al Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.