CodeXverde: El martes 3 de marzo fue publicado en el Diario Oficial el Protocolo para aplicar la norma de emisión para la regulación de la contaminación lumínica en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo (D.S N° 43 de 2012 del MMA), que busca preservar la calidad astronómica del norte de Chile.
En el artículo 15° de la norma, se establece que la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) será la encargada de definir los procedimientos de medición para verificar el cumplimiento de la normativa, mediante un protocolo técnico aplicable a las luminarias que se instalen en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, en las cuales tiene efecto la Norma de Emisión mencionada.
Los procedimientos definidos abordan las siguientes tecnologías de fuentes de luz:
- Lámparas de Filamento Incandescente
- Lámparas de Descarga de Alta Intensidad
- Lámparas de Estado Sólido (LED)
El documento publicado por la SMA se encuentra estructurado en dos partes. La primera define el protocolo de medición y certificación de luminarias que utilicen lámparas con tecnología de filamento incandescente y de descarga de alta intensidad, mientras que la segunda contiene el protocolo de medición y certificación de luminarias que utilicen la tecnología de estado sólido (LED). En ambas partes se señalan las recomendaciones y estándares internacionales que se deben seguir para la determinación de los parámetros regulados por la normativa, así como las condiciones de muestreo que se deben seguir para el uso de las distintas alternativas de sistemas de certificación y el marcado identificatorio de las luminarias certificadas mediante un laboratorio autorizado por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).
Dentro de este proceso, se inició la consulta pública por el protocolo de instalación asociado a la Norma Lumínica, el cual se encuentra disponible en el siguiente link.
Una vez aprobado el protocolo, éste será aplicable a todas las nuevas luminarias que se instalen en las regiones mencionadas, en tanto las antiguas tendrán un plazo de 5 años para cumplir con los nuevos estándares.