Casi 600 especies de insectos han sido introducidas a Chile en los últimos 500 años

Los investigadores analizaron diversos parámetros, concluyendo que un 40% de las especies de insectos introducidos pertenecen al orden Hemiptera, que agrupa a chinches, pulgones, cigarras, chanchitos blancos, entre otros.

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Un equipo de investigadores de la Universidad Austral, Universidad de Talca, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y CAPES, se enfocó en examinar 500 años de historia de la introducción de insectos en nuestro territorio en el trabajo “A bug’s tale: revealing the history, biogeography and ecological patterns of 500 years of insect invasions”, publicado en la revista NeoBiota.

Sergio Estay, académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral de Chile e investigador CAPES, quien es el autor principal del artículo, explica que la idea de realizar este estudio “surge porque creemos que es fundamental entender la historia de las introducciones de insectos para poder predecir los riesgos actuales y futuros, las potenciales vías de ingreso y cómo enfrentar este problema”.

Para lograr comprender los procesos involucrados en las invasiones biológicas de insectos, en una escala temporal de siglos, los investigadores analizaron las tendencias temporales, diversidad taxonómica, origen biogeográfico y los principales impactos de estas especies. De esta manera, encontrar los patrones de distribución permitirá mejorar las políticas públicas para minimizar los efectos de los insectos invasores en los ecosistemas.

Hallazgos

La información recolectada mostró que desde la llegada de los españoles a Chile se ha reportado el ingreso de 592 especies de insectos, con una fuerte aceleración a partir de la segunda mitad del siglo XX.

¿Por qué se da este auge en ese punto histórico? “Pueden existir múltiples explicaciones”, señala Estay, “lo primero, es el crecimiento de la producción agrícola posterior a la Segunda Guerra Mundial durante la “Revolución Verde”. Bonnamour et al. (2021), describen este momento como la segunda ola de globalización, donde el comercio internacional comenzó a incrementarse significativamente”, explica. 

El análisis de la biogeografía y los patrones ecológicos del ingreso de insectos indica que muchos de estos llegaron asociados a la introducción de cultivos foráneos, agrícolas y silvícolas, otros arribaron, de manera accidental o intencionada, en plantas ornamentales, en conjunto con el ganado o en el equipaje humano. Esta es una tendencia que se repite en muchos países de Latinoamérica y el mundo.

Un 40% de las especies de insectos introducidos pertenecen al orden Hemiptera, que agrupa a chinches, pulgones, cigarras, chanchitos blancos, entre otros. Los órdenes Coleoptera (escarabajos) e Hymenoptera (abejas, avispas y hormigas), contribuyen con un 20% de insectos exóticos cada uno. El restante 20% se distribuye en órdenes como lepidópteros (mariposas), dípteros (moscas, mosquitos) y otros.

Aumento de insectos introducidos

Por otra parte, la investigación sostiene que el aumento de las temperaturas, la sequía, la desertificación, la transformación de los ecosistemas, consecuencias del cambio climático, pueden promover la expansión del rango de distribución de algunos insectos. 

Al respecto, el académico comenta que “el cambio climático por supuesto genera y generará cambios en la distribución de plantas y animales. Sin embargo, existe una discusión sobre si insectos que llegan a un nuevo territorio producto de migración debido a la aparición de nuevos hábitats debido al cambio climático pueden considerarse como exóticos. Es un punto aún abierto en la discusión de los especialistas”.

El investigador también aclara que “la mayor parte de los insectos introducidos no causa casi ningún impacto significativo”. El Ministerio del Medio Ambiente, define a las especies invasoras como cualquier animal, vegetal, hongo o microorganismo que llega a un lugar donde no es nativo y expande su distribución, desplazando y/o dañando a las especies nativas y provocando un impacto negativo en los ecosistemas, lo que significa que los insectos introducidos son todos exóticos, pero no necesariamente invasores.

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