Dada la compleja situación que estamos viviendo por el coronavirus (Covid-19), existen una serie de industrias consideradas básicas o esenciales. Esto significa que, a pesar de las condiciones de excepción, pueden mantener su actividad. Sin embargo, la gestión para el reciclaje, retiro, traslado, pretratamiento, compostaje y valorización de residuos domiciliarios, industriales y comerciales, son actividades que no han sido aún consideradas como esenciales.
Expertos consideran que es de suma importancia incluirlas, ya que son parte de la cadena que provee a la industria de materias primas como papel, cartón, plástico, vidrio y metales, entre otras; todas indispensables para continuar sus operaciones y no alterar la cadena de abastecimiento nacional.
Sin estos residuos convertidos en materias primas, gran parte de las empresas se verían obligadas a cesar sus operaciones con las siguientes complicaciones que conlleva para Chile. Por ejemplo, sin envases no se pueden contener ni trasladar los alimentos o remedios.
“Asimismo, las cadenas de supermercados son grandes generadores de plásticos, cartón y otros desechos que no pueden acumular indefinidamente y, que se verían en la obligación de disponer en rellenos sanitarios, saturando de paso a la red de recolección de basura y elevando asimismo el riesgo sanitario”, advierte Alejandro Navech, gerente general de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR A.G.), organismo que reúne a 29 empresas del rubro.
Países como Inglaterra, España y Estados Unidos donde el Covid-19 ha tenido un incremento importante de contagiados, han determinado incorporar la gestión de residuos como actividad esencial. Fue nada menos que la Federación Europea de Gestión de Residuos y Servicios Ambientales (FEAD) la que solicitó a los países de toda Europa que reconozcan claramente las actividades de gestión y reciclaje de residuos como tal.
La FEAD señaló en un documento publicado el 19 de marzo pasado que: “acciones como la recolección, transporte, eliminación de los desechos hospitalarios y sanitarios, de forma segura, y la gestión de residuos domésticos/municipales, así como desperdicios industriales y comerciales, ahora más que nunca, son vitales para la economía y la población europea en la lucha contra el coronavirus”.
El mismo organismo sostiene además que «la recogida y preparación de residuos industriales y comerciales sigue siendo crítica, incluido el reciclaje, para evitar el almacenamiento masivo y no interrumpir el suministro para industrias que usan reciclados como metal, papel, vidrio y plástico”.
Todo esto llevó a que en España el Consejo de Ministros aprobara el pasado domingo 29 de marzo el Real Decreto Ley, que entre otras cosas, considera el área de gestión de residuos y las actividades de descontaminación dentro de las actividades esenciales.
A su vez en el Reino Unido se han unificado pautas de trabajo entre compañías de reciclaje y gestión de residuos, las industrias y los organismos del gobierno local. En una declaración conjunta señalaron que: “Para garantizar que podamos continuar recolectando basura general, que debe ser priorizada por razones de higiene, puede ser necesario cambiar o suspender temporalmente algunos servicios de recolección no esenciales como el jardín y los desechos voluminosos”.
El acuerdo explica además que «cualquier interrupción en los servicios de reciclaje será un último recurso y si esto es inevitable, no debemos permitir que rompa nuestro hábito nacional de reciclaje a largo plazo”. Asimismo, es enfático al señalar la importancia de la continuidad de la cadena de retiro de residuos peligrosos y no peligrosos en generadores “con el fin de disponerlos adecuadamente a través del reciclaje y no provocar acopios excesivos en puntos de generación y evitar la aparición de vectores e infecciones”.
“Dado todo lo anterior, como ANIR estimamos que nuestra petición es totalmente razonable y debe ser considerada en forma urgente por las autoridades. Es indispensable otorgar permisos para todo Chile que autoricen, por un lado, la operación y administración de las plantas de reciclaje, pretratamiento o tratamiento/valorización y, por el otro, el libre traslado de los camiones encargados de la recolección a nivel nacional (entre comunas/ciudades), tal como ocurre con la basura”, concluye Navech.