Del encuentro emanó una declaración oficial, a la que suscribieron el centenar de asistentes y las organizaciones que representan, en un evento realizado entre el 11 y 13 de noviembre, en el Sindicato de Pescadores Las Ventanas, ubicado en la comuna de Puchuncaví, Región de Valparaíso.
“Es importante que se reúnan las y los que luchan, quienes han enfrentado un modelo de despojo en el territorio. En Chile existe un modelo de anti-desarrollo, basado en la explotación de enormes volúmenes de bienes naturales, sin valor agregado, dedicado a los mercados de exportación. La extracción, es decir, la apropiación desde el poder político y económico de bienes naturales comunes, indispensables para la vida de las personas, como el agua, la tierra, el contar con un aire limpio, por tanto, iniciativas como éstas nos parecen tremendamente relevantes”, destacó Rodrigo Mundaca, vocero nacional del Movimiento por la Defensa del Agua, Protección de la Tierra y Respeto al Medio Ambiente (Modatima).
En la misma línea, el saliente alcalde de Tocopilla, Fernando San Román, señaló que “siempre es importante juntarse y compartir experiencias como comunidades que vivimos conflictos similares, que tenemos instaladas termoeléctricas en medio de nuestras comunas”.
“Debemos comprender que las grandes empresas contaminantes y grupos económicos tienen todo el poder para cooptar a las comunidades, por lo que tenemos que organizarnos mejor. Hoy la sociedad está profundamente dividida, mientras las empresas están muy unidas para defender su poder económico; para instalar sus proyectos sin importar que nos destruyan o aplasten. Tenemos que sacar lecciones, unirnos y buscar estrategias comunes”, añadió San Román.
Por su parte, el director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Branislav Marelic, recalcó que para el INDH “estos eventos con la sociedad civil son muy importantes para ir conociendo las problemáticas y enfoques de la ciudadanía que vive en zonas de sacrificio, nos permite desarrollar estrategias para pensar cómo la institucionalidad de derechos humanos los puede apoyar en el ejercicio de sus derechos”.
La dirigenta Marta Aravena, de la agrupación Mujeres de Zonas de Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví, subrayó que “hay que tener esperanza que todos estamos por construir algo mejor, siendo empáticos con las personas que sufren este flagelo, tenemos a personas enfermas, otras que han muerto, una flora y fauna degradada. Si trabajamos unidos, esto va a tener un buen camino futuro”.
Al encuentro concurrieron dirigentes sociales de las Zonas de Sacrificio que se encuentran en el país, así como de localidades afectadas por proyectos de inversión privada y estatal, con múltiples impactos socio-ambientales, reuniendo a representantes de distintas latitudes, como es el caso de Tocopilla, Mejillones, Huasco, Quintero-Puchuncaví, Petorca, Putaendo, Quillota, Cajón del Maipo, Ritoque, Mantagua y Coronel.
Las llamadas Zonas de Sacrificio en Chile son definidas como hábitats de alta concentración industrial, compuestos principalmente por fundiciones o plantas termoeléctricas operadas en base a carbón. Complejos industriales que históricamente han contaminado los territorios y dañado la salud de las comunidades aledañas.
El cónclave fue organizado conjuntamente por Fundación Terram, la agrupación Mujeres de Zonas de Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví y Fundación Heinrich Boell.