Vertedero de ropa en el desierto de Atacama: vergüenza mundial

La responsabilidad de la formación de este vertedero es múltiple, pero principalmente proviene de una industria de la moda que generó su peor versión; la modalidad de moda rápida y de bajo costo

El 17 de mayo se celebra el Día Internacional del Reciclaje. Si bien en nuestro país existen avances en la materia, estos lamentablemente son superados por la realidad. Ejemplo de aquello se dio hace un par de años atrás en donde los medios internacionales se volcaron al desierto de Atacama, específicamente en la comuna de Alto Hospicio, para ser testigos de un silencioso vertedero de ropa que se venía generando desde varios años antes y del cual algunas denuncias vienen desde el 2008, las cuales fueron desoídas por largo tiempo, tanto por las autoridades locales y nacionales.

Pamela Poo, directora de Políticas Públicas e Incidencia en Fundación Ecosur

La responsabilidad de la formación de este vertedero es múltiple, pero principalmente proviene de una industria de la moda que generó su peor versión; la modalidad de moda rápida y de bajo costo. Esta industria es una de las más contaminantes a nivel mundial. La lógica del usar y botar se encuentra a la orden del día. Si bien esta modalidad viene desde la década de los 80, la masividad que ha alcanzado ha llegado a generar 52 micro temporadas, con el fin de despertar el deseo del consumo y recambio del clóset de forma continua, la cual es sostenible para la industria, pero no para los ecosistemas. 

La contaminación generada por esta industria pasa por todo su ciclo de fabricación, químicos en las plantaciones de las diversas fibras, aguas residuales con numerosos químicos, subcontratación de empresas que fabrican la ropa para marcas destacadas y que podemos encontrar en los centros comerciales del mundo, maltrato laboral y económico, que reciben principalmente mujeres en países mayoritariamente asiáticos que tienen baja legislación ambiental, emisiones de gases de efecto invernadero, entre muchos otros efectos más.

¿Cómo llegaron todas esas toneladas a acumularse en el desierto?

La ropa proviene principalmente de Europa y Estados Unidos. El norte global necesita deshacerse de sus residuos. Coincidentemente un país del sur como Chile está falto de una regulación nutrida en torno a la importación de ropa de segunda mano. Para que dicha ropa sea ingresada requiere tan solo certificar que está sanitizada y que demuestre debidamente de dónde proviene y que es de segunda mano. Lo anterior, deja claro que el proceso para su internación no es nada complejo, a diferencia de la legislación que poseen países de la región, como Perú, Bolivia y Argentina, que tienen prohibida la importación de ropa de segunda mano con algunas excepciones en casos puntuales.

El ingreso de la ropa se realiza por la Zona Franca de Iquique, en donde existen alrededor de 50 importadores de segunda mano y que, según numerosos reportajes enfocados en el vertedero, de la ropa que es ingresada se elimina entre el 50% a 70%, lo que equivale según el encargado de Medio Ambiente de Alto Hospicio a 20 toneladas diarias de ropa.

Si bien el problema estaba incipientemente identificado, los medios internacionales se encargaron de relevar una problemática que poco se ha mencionado a nivel nacional. Por otra parte, una demanda en contra del Estado por daño ambiental encendió las alarmas de las autoridades a nivel nacional. Recién para la autoridad le llegó la hora de preocuparse de la temática de forma reactiva, por lo que esperamos que dicho proceso llegue a buen puerto, tanto por el patrimonio natural que representa nuestro desierto, sus organismos y ecosistemas, como por la ciudadanía que tiene que convivir con los problemas que este pasivo ambiental genera, como, por ejemplo, vectores, incendios y gases contaminantes.

En este Día Internacional del Reciclaje cabe recordar que se pueden llevar a cabo numerosas acciones para que esta situación no se siga agravando. Una de ellas es prohibir la importación de ropa de segunda mano de mala calidad. Existe la categorización de los fardos, por ende, no es posible que se ingrese ropa que es inutilizable, además se debiera incluir la ropa como producto prioritario en la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, ya que podría significar un aporte en la solución, en donde tanto importadores como productores se hagan cargo de los residuos que ingresan.

En cuanto a lo que se puede hacer con el pasivo existente, la solución es bastante más compleja, pero hay iniciativas en las cuales se está reciclando la ropa para hacer lanas, ladrillos, creación de nuevas prendas entre otras. Es obvio que por ahora es marginal, pero se requiere de un abordaje desde la complejidad para dar con soluciones múltiples a un problema que es colosal.

Por último, hacer frente a esta situación requiere de educación y promoción del consumo responsable. Se necesita con urgencia mostrar la problemática que está generando dicha industria a la ciudadanía y las implicancias sociales y ambientales que esta teniendo en uno de nuestros ecosistemas destacado a nivel mundial tanto por su naturaleza, como por el turismo que atrae a dicha zona. Lamentablemente nuestro desierto es rostro de la vergüenza mundial que genera dicho vertedero, el cual no nació de la noche a la mañana, si no que se ha fraguado en una dinámica silenciosa de múltiples actores, que han sido testigos pasivos del desastre, la situación se puede remendar, para ello se requiere de voluntad, el desierto y los habitantes de dicho territorio lo requieren y lo merecen.

1 COMENTARIO

  1. excelente nota! e impresionante el documental que armó la DW, gracias por traer la atención a este flagelo.

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