La acuicultura y la actividad salmonicultora en Chile, se ha convertido en una de las ramas económicas más relevantes del país, siendo hoy el segundo mayor sector exportador a nivel nacional (el primero es la minería).
En esta importante Industria, el agua es un recurso clave, ya que es el medio en el cual la biomasa se cultiva y por lo tanto, la gestión de este recurso en los procesos de cultivo, donde se optimice la eficiencia en el consumo, se minimice la descarga de efluentes y se incentive la reutilización, serán un gran aporte para mantener la disponibilidad, que probablemente sea cada vez más limitada en el futuro. Es por este motivo, que es necesario tener tecnologías que equilibren el balance entre demanda y disponibilidad de agua y que permitan tener sistemas más sustentables.
En acuicultura en fase tierra, podemos encontrar dos grandes sistemas de cultivo: Flujo Abierto y de Recirculación. Un sistema de flujo abierto quiere decir que en el mismo estanque de cultivo, se toma el agua desde la fuente, ingresa donde están creciendo las especies, y el agua es devuelta nuevamente al medio ambiente. En este caso del 100% del agua que ingresa corresponde al 100% del agua que es devuelta.
En un sistema de recirculación (RAS, por sus siglas en inglés), el cultivo está en el mismo estanque igual que el caso anterior, pero el ingreso de agua desde la fuente es mucho menor. Esto ocurre porque el agua se vuelve a utilizar, pero para esto es limpiada por distintas unidades de tratamiento, se remueven los sólidos suspendidos, se incluye un biofiltro, se incorpora oxígeno, se remueve el CO2, se sanea y se controlan todos los parámetros de calidad de agua. De esta manera el agua se sigue usando y reingresando al sistema y solamente una fracción va al medio ambiente. En este caso del 100% del agua que ingresa, un 95-98% del agua es recirculada.
El RAS puede ser un sistema totalmente controlado, esto le otorga independencia de la ubicación, del entorno y del ecosistema ambiental necesario y en un futuro que se avecina con mayores regulaciones para el sector, este sistema gana cada vez más terreno y son varias las pisciculturas se han atrevido a apostar por esta nueva tecnología de recirculación a lo largo de todo Chile.
También, en un sistema de recirculación, la concentración a la que pueden estar los desechos es mayor que en un sistema abierto, lo que hace más fácil tratarlos y a su vez dejan un camino abierto para el desarrollo de la economía circular, la acuiponía es un claro ejemplo. Entonces, una acuicultura con agua sustentable si es posible y tenemos las herramientas para aportar a su desarrollo.
En términos del agua, no está todo dicho y existen varios desafíos. En estos sistemas es clave mantener la calidad de agua constante. Por ejemplo, la filtración de materia orgánica (contaminantes suspendidos y disueltos) debe ser eliminada de manera eficiente y en esta misión, hoy en día nos encontramos desarrollando diversas alternativas de tratamiento, las cuales cambian en cada caso dependiendo de la fuente y las singularidades de cada piscicultura o planta.
También es importante acondicionar el agua, esto permite aprovechar las fuentes de agua disponibles, cuando algunas no se pueden utilizar por su composición química o nunca se han pensado en utilizar. En el caso de los efluentes por ejemplo, se pueden aplicar sistemas de coagulación –floculación y decantación, sistemas DAF, tratamientos de oxidación que combinen ozono y UV entre otros, todo esto siempre teniendo en cuenta el bienestar del cultivo y medio ambiente.
Lo importante es que, con estas aplicaciones, no solamente damos valor agregado a esta industria, sino que también nos posicionamos como pioneros en recirculación y tratamiento de agua, donde VIGAflow sigue aportando al desarrollo sustentable de este sector.