¿Un mal vecino? Las disputas de la comunidad de Lonquén por el relleno sanitario Santa Marta

Luego de años de conflictos ambientales con la comunidad de Talagante, actualmente se encuentra en proceso de evaluación ambiental el proyecto “Solución Definitiva Efluente Tratado” presentado por Consorcio Santa Marta, el que busca regularizar las descargas de “lixiviados” (como ha señalado la comunidad). A esto se le suma que la empresa pretende extender la vida útil de su relleno sanitario, a pesar del rechazo por parte del Servicio de Evaluación Ambiental en 2019.

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El relleno sanitario de Consorcio Santa Marta recibe más del 30% de los residuos de la Región Metropolitana. Este se ubica en el predio rústico Santa Elena de Lonquén, comuna de Talagante, y contempla 296 hectáreas, de las cuales 87,6 están destinadas a la gestión de residuos. Son más de 100 mil toneladas mensuales de residuos las que se reciben desde las comunas de Macul, Peñalolén, San Joaquín ,La Florida, La Granja, Pirque, San José de Maipo, San Ramón, La Pintana, El Bosque, San Bernardo, Lo Espejo, Buin, Paine, Estación Central y Calera de Tango.

En entrevista con Codexverde, en noviembre del año pasado, Consorcio Santa Marta señaló que a pesar de que el 2035 no recibirán más residuos en el relleno sanitario, las plantas de lixiviados y generación de energía eléctrica seguirán funcionando por más tiempo, a través de medidas más sostenibles. A esto también añadieron que para evitar la contaminación de los pozos de agua, hay un monitoreo constante en aquellos que se encuentran inscritos en la Dirección General de Aguas.

Sin embargo, pese a estos anuncios, el concejal de la comuna de Talagante y presidente de la Comisión de Medioambiente del Concejo Municipal, Fernando González, denunció que la empresa ha hecho y sigue haciendo un grave daño a la biodiversidad del Cerro Lonquén y a su comunidad. 

“El vertedero Santa Marta (SIC) ha sido un mal vecino, que ha hecho un daño enorme a la biodiversidad del Cerro Lonquén, lo que no es solo una opinión mía, sino de la comunidad en general. De hecho, en el marco de la elaboración del Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco), esta empresa ha sido mencionada como uno de los principales problemas de Lonquén. A esto se suma la contaminación que realizan en el estero El Gato, debido a una descarga ilegal de percolados y a un daño a todo al medio ambiente de Lonquén que está afectando sus aguas y suelos. Es una empresa que ni siquiera ha sido capaz de respetar un fallo en su contra de la Corte Suprema y del Segundo Tribunal Ambiental de Santiago”, denunció el concejal González.

Fotografía de Consorcio Santa Marta

Por su parte, Sebastián Olivares Maulen, geógrafo y vecino de Lonquén, declaró que existen denuncias de la ciudadanía en la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) y que incluso ya habrían emplazado a la empresa cuando hicieron la presentación del nuevo proyecto a ingresar en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). “Ellos se acercaron, expusieron el proyecto y una de las vecinas mostró que el agua que descargan llega de un color semejante a la de una bebida cola. Hace un tiempo atrás hubo un caso de animales que estaban siendo afectados por el riego, por el agua que pasa en este sector”, comentó.

Sobre estas observaciones, Pedro Rivas, gerente de Sustentabilidad y Medioambiente de Consorcio Santa Marta, detalló que ese color se explica por “la oxidación natural de los vegetales (residuos orgánicos) que ingresan al relleno sanitario y que no reviste ninguna toxicidad ni riesgo para la salud de la población, debido a que el efluente ha sido sometido a varios procesos de tratamiento previo antes de su descarga o uso”. A lo anterior, añadió que el efluente tratado, antes de su descarga, “se mide y se informa minuto a minuto a través de un enlace WiFi en forma directa a la autoridad de fiscalización que es la Superintendencia del Medio Ambiente”.

En este sentido, la empresa sostiene que Santa Marta nunca ha descargado lixiviados en el estero El Gato, sino que trata el 100% de los lixiviados generados en el relleno sanitario en su Planta de Tratamiento, convirtiéndolo en efluente tratado. “Es importante señalar que no se trata de lixiviado, porque ello no está permitido en la legislación actual. Prueba de lo anterior, es que el efluente tratado no genera olores molestos a diferencia del lixiviado, lo que sería insostenible para la comunidad”, informó el gerente de Sustentabilidad y Medioambiente de la empresa.

Fotografía por Superintendencia del Medio Ambiente

Aún así la Municipalidad de Talagante se ha sumado a las denuncias en su contra. De hecho, declararon que las descargas en el estero El Gato no se encuentran regularizadas y “han significado un menoscabo en la calidad de los componentes ambientales, afectando de manera directa la calidad de vida de los vecinos y vecinas que viven en el sector”, comentó la encargada del Departamento de Medio Ambiente, de la Dirección de Medio Ambiente, Aseo y Ornato de la entidad, Paula Molina.

Frente a esto, con fecha 1 de agosto de 2022 desde la entidad ingresaron la denuncia a la SMA por los motivos señalados anteriormente, la que contiene evidencias de las descargas no autorizadas por el relleno y se hace énfasis en la afectación de vegetación y fauna nativa. Actualmente, la denuncia se encuentra admisible en el organismo público y fue incorporada a la planificación de fiscalizaciones de este. Sin embargo, hasta la fecha, la SMA no se ha pronunciado sobre la denuncia.

“Sentencia sin cumplir”

Estas denuncias no son nuevas. Los reclamos por parte de la ciudadanía datan desde hace muchos años y de acuerdo con lo señalado por el concejal de Talagante, la empresa incluso tendría una sentencia de la Corte Suprema por daño ambiental sin cumplir, luego del incendio en el relleno sanitario en enero del 2016. Este habría iniciado luego del deslizamiento de una masa de residuos, que dejó al descubierto materiales inflamables que provocaron la ignición y que además, significó la contaminación en aguas superficiales y subterráneas.

Tras esta situación, vecinos de las comunas de San Bernardo y Talagante interpusieron una demanda contra la empresa por el daño ambiental ocasionado, la que fue acogida por el Segundo Tribunal Ambiental en mayo del 2018, declarando que efectivamente Consorcio Santa Marta había causado daño ambiental al componente agua, por lo que le ordenó realizar una serie de acciones de manejo residual y regularización del funcionamiento de sus sistemas. Además, esta demanda fue ratificada por la Corte Suprema en 2019, luego de los recursos de casación por parte de la firma.

Así el máximo tribunal confirmó “la existencia de un deslizamiento de la masa de residuos, que superó ampliamente el muro de contención destinado a evitarlo, provocando que éstos quedaran asentados por meses sobre suelo no impermeabilizado (hechos que) permiten concluir su inminencia al tenor del artículo 24 de la Ley N°20.600 y, además, su relación con el daño ambiental del componente agua, que afectó tanto aguas superficiales como subterráneas”

No obstante, en febrero del 2022, el vecino de la comuna de Talagante, Andrés Zollner, interpuso una nueva demanda ejecutiva contra la compañía, para que cumplieran las obligaciones que había establecido el Tribunal Ambiental de Santiago, ya que hasta la fecha no se han realizado los estudios de agua y suelos ni el retiro de escombros.

Sin embargo, el gerente de Sustentabilidad y Medioambiente de Consorcio Santa Marta solo manifestó que ya se habían entregado todos los estudios solicitados en la oportunidad en que fue requerido por el Tribunal Ambiental. “Además, aprovechamos de comentar el alcance de estos estudios durante una inspección personal de dicho tribunal en diciembre de 2022. Esta inspección fue muy positiva para Consorcio Santa Marta debido al grado de explicación que se pudo entregar durante la misma”, agregó el representante de la empresa. 

Extensión vida útil relleno sanitario

En 2019 el Consorcio Santa Marta presentó al SEA el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) “Extensión de Vida Útil Relleno Sanitario Santa Marta”, el que fue rechazado con término anticipado por parte del organismo. En este caso, la profesional de la Municipalidad de Talagante puntualizó que “significaba una amenaza a la biodiversidad presente en el lugar considerando que el Cerro Lonquén es uno de los cerros islas de la Región Metropolitana”. Además, se instalaría en una zona protegida por cordones montañosos según lo que indica el Plan Regulador Metropolitano de Santiago.

Fotografía por Rodrigo Garrido

Cabe destacar que este sector tiene un componente biótico y ecosistémico relevante para la comunidad. “Hablamos de una vegetación nativa que está deteriorada y precaria, debido a la antropización por distintas actividades de producción agrícola. Últimamente hemos tenido que en algunos sectores del cerro Lonquén, principalmente en la quebrada del Papagayo, hay una extracción de minerales”, detalló el geógrafo Sebastián Olivares Maulen. 

Lonquén posee una condición singular de cerros islas. De acuerdo con el informe “Valor Biológico, Servicios Ecosistémicos y Plan indicativo de los Sitios Prioritarios Cerros de Lonquén y Chena” de la Universidad de Chile, su importancia radica en ser “refugio natural para la sobrevivencia de especies de flora y fauna”, además de mantener “características de refugio de especies de fauna de poca movilidad, y constituye un punto de descanso para las aves que se movilizan a través del valle”. 

El documento también indica que el relleno sanitario, al emplazarse en parte del Cerro Lonquén, tiene un “impacto en la zona que puede ser nocivo debido a la propagación de enfermedades y el vertimiento de sustancias tóxicas para los seres vivos”. 

Fotografía por Ariel Cabrera Foix

No obstante, la empresa está pensando en reingresar un EIA respecto a la extensión de su vida útil, el que, recordemos, fue rechazado por el SEA. Por lo mismo, esta vez la compañía pretende responder adecuadamente a las observaciones. “Consorcio Santa Marta adjuntará los estudios necesarios, de modo que no falten antecedentes para que el proyecto sea evaluado adecuadamente en la oportunidad que sea reingresado, esta vez no como un relleno sanitario, sino que, como un Centro de Tratamiento Integral de Residuos con tecnología para reciclar y valorizar tal como se manejan actualmente los residuos en gran parte de Europa”, concluyó Rivas. 

Además, en la actualidad la firma presentó al SEA una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) llamada “Solución definitiva. Efluente tratado”. “Se propuso evaporar y regar caminos interiores y descargar una fracción del agua tratada en el estero El Gato, para lo cual se realizaron todos los estudios para resguardar la protección del ecosistema incluyendo peces, vegetación y plantas acuáticas, dentro de los más importantes, además de mediciones de calidad de las aguas en varios puntos del estero, para, precisamente demostrar que no se están contaminando las aguas”, confirmaron desde el Consorcio, acotando que esta declaración es para cambiar el punto de descarga de agua tratada o efluente tratado, pues no existe la descarga de lixiviados como señala la comunidad. 

Este nuevo proceso de evaluación ambiental concluyó en 2022 con las observaciones ciudadanas, pero la empresa aún tiene tiempo para desarrollar la evaluación de ellas y presentar una nueva propuesta que respondan a las consultas de la comunidad y así obtener la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), plazo que vencería en junio.  

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