Transmisor del mal de Chagas podría ampliar su presencia hasta norte del Biobío debido al cambio climático

Estudios desarrollados descubrieron además que el protozoo causante de la enfermedad de Chagas no solo infectaría a mamíferos, sino también a reptiles, hallazgo al que se suma su reciente detección en aves.

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El conocimiento tradicional sobre el mal de Chagas está muy asociado a la pobreza, ya que apunta a la presencia de la vinchuca en viviendas antiguas y construidas con materiales rústicos, como el adobe y la madera, espacios donde este tipo de insecto nativo de América logra picar a sus residentes y luego transmitir el protozoo Trypanosoma cruzi al torrente sanguíneo a través de las deposiciones que este deja en la zona donde pica. En Chile, este ciclo de contagios ha logrado ser contenido a través de campañas de fumigación en los hogares donde el Chagas es endémico, sobre todo en la Región de Coquimbo. 

Sin embargo, la académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Carezza Botto, afirma que el patógeno sigue estando presente entre nosotros y que los contagios también se estarían dando en entornos silvestres. La investigadora, plantea que la presencia de este protozoo en el país se ha comprobado en una amplia variedad de mamíferos, como roedores, murciélagos, vacas, burros, caballos, cabras, ovejas, llamas, vicuñas, conejos, perros, gatos, zorros e incluso en un pequeño marsupial endémico de Chile conocido como yaca; hallazgos que se han publicado en la revista Pathogens

Los resultados de esta búsqueda, además, han entregado respuestas sobre la razón por la que en Chile las personas siguen contagiándose de Chagas. “Hay vinchucas que estuvieron históricamente dentro de las casas, y eran las que provocaban más enfermedad de Chagas en el humano, pero esa está controlada por las campañas de fumigación en las zonas endémicas. Chile se declaró libre de transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas, pero seguimos teniendo caso. Entonces, lo más probable es que estemos teniendo infecciones por las vinchucas silvestres, no solamente en humanos, sino que también en los animales que acompañan al humano”, explicó la académica. 

De hecho, una de las víctimas menos conocidas de este parásito son los perros. “Al igual que en los humanos, después de varios años en el organismo de los perros, empieza a generar daño en algunos órganos. En Estados Unidos, país que registra 11 especies de vinchucas, está muy bien documentado. En Texas tienen muchos problemas con esta enfermedad provocada por el Trypanosoma cruzi en perros. En Argentina también hay trabajos publicados”, afirmó la investigadora de la Universidad de Chile, quien agregó que la misma vinchuca se ve afectada al infectarse, ya que producen menos huevos, alcanzan un tamaño más pequeño, demoran más en llegar a la adultez y presentan mayor mortalidad.

No solo en mamíferos

Uno de los hallazgos más importantes del equipo de investigadores de la Universidad de Chile ocurrió luego de observar una coincidencia en sus trabajos de terreno. “La cantidad de lagartijas en los lugares de estudio para nosotros comenzó a ser una variable de interés, pues mientras más lagartijas había en un lugar, más vinchucas infectadas encontrábamos”, señaló Carezza Botto. Así, luego de realizar experimentos con cuatro especies de lagartijas en el laboratorio, comprobaron que estos reptiles tienen un rol importante en el ciclo de transmisión. El trabajo, publicado en la revista científica Emerging Infectious Diseases, “muestra que los reptiles son capaces de infectarse con el Trypanosoma cruzi, que se aloja en varios de sus órganos, y que al menos una de las especies de lagartija es capaz de infectar a las vinchucas que se alimentan de ellas”, precisa la bióloga.

El descubrimiento no solo rompe el paradigma de que este patógeno se transmite solo desde mamíferos a vinchucas y desde vinchucas a mamíferos, ya que otra investigación, publicada en la revista Microorganisms, identificó que la alimentación de este insecto provino en un 61,3% de reptiles, en un 35,5% de mamíferos (incluyendo humanos) y en un 3,2% de aves. 

Por otra parte, plantea entre sus conclusiones “la presencia de triatominos [vinchucas] y humanos infectados por T. cruzi como parte de la dieta de M. parapatrica en ambas áreas, representa una amenaza epidemiológica y un riesgo potencial para la población humana que visita o se establece en estas áreas”.

Expansión por el cambio climático

En Chile, existen cuatro especies de vinchucas. Una de ellas es una especie doméstica, que está asociada a las casas o al peridomicilio y está controlada, pero que de vez en cuando genera algunos focos de contagio del mal de Chagas. Las otras tres especies, todas del género Mepraia, son silvestres. No obstante, la académica sostuvo que en el 2006 se detectó que la vinchuca doméstica comenzó a invadir el ambiente silvestre, probablemente debido a las campañas para erradicarlas de las casas, lo que agrega una nueva variable al ciclo de transmisión en el ecosistema.

Pero es otra nueva variable la que genera mayor incertidumbre: el cambio climático. Actualmente, la vinchuca está distribuida en zonas áridas, semiáridas y mediterráneas de Chile, desde la Región de Arica y Parinacota, por el norte, hasta la Región de O’Higgins, en la zona central. El cambio climático, la disminución de precipitaciones y el avance de la desertificación hacia latitudes más australes ofrecen un escenario cada vez más propicio para la expansión de la vinchuca hacia el sur. Así lo comprobó otro estudio dirigido por la profesora Botto, publicado en la revista científica Parasites & Vectors.

Enfermedad subdiagnosticada

Actualmente, se estima que entre 100 mil a 150 mil personas en Chile están infectadas con el mal de Chagas, la gran mayoría sin saberlo, y unos 800 mil individuos viven en zona de riesgo. Estas cifras significan que la prevalencia de la enfermedad en la población chilena es en torno a 1,2%, lo que no es poco, afirma Carezza Botto. A nivel global, se estima que esta enfermedad afecta a entre 6 y 7 millones de personas, con un número atribuido de muertes de aproximadamente 10 mil por año.

La principal causa de su bajo diagnóstico es su condición de enfermedad silenciosa, con ausencia de síntomas evidentes hasta que el daño ya es mayor. «Una característica de este protozoo es que es muy bueno evadiendo el sistema inmune. Cuando entra al torrente sanguíneo, viaja y coloniza principalmente dos tipos de órganos, el corazón y el tracto digestivo, específicamente el esófago y también el colon. Ahí se empieza a multiplicar dentro de los órganos, y se provocan los megasíndromes», describió. .

«Cuando, por ejemplo, se empiezan a presentar arritmias, síntoma que indica que el corazón es el afectado, el daño es generalmente irreversible, solo se pueden tomar medidas paliativas. En el esófago produce problemas para tragar, porque te altera la musculatura y dificulta la capacidad de este de apretar. Y cuando es en el colon provoca hinchazón, dolor y problemas de estreñimiento, ya que se pierde la capacidad de mover lo que está dentro del tubo digestivo. En este caso, puede haber tratamiento quirúrgico”, añadió. Por esta razón, la profesora Botto enfatiza la importancia de hacerse la prueba de Chagas si uno cree haber sido picado alguna vez por este insecto.

Nuevas formas de transmisión

Pese a que cerca del 85% de los contagios del mal de Chagas ocurren de forma vectorial, a través de la picadura y posterior ingreso del protozoo al torrente sanguíneo al rascarnos y llevar las deposiciones del insecto a la herida y mucosas, se han registrado también casos de transmisión oral del patógeno, específicamente por el consumo de alimentos contaminados con heces del vector o con el vector mismo

Al respecto, hace el alcance de que esta forma de transmisión se ha comprobado en zonas tropicales, no aún en Chile. No obstante, comentó que en algunas partes se ha hecho popular el consumo de las hojas del chagual, también conocido como puya, una planta suculenta que es posible encontrar desde Coquimbo hasta la Región de O’Higgins. El gran problema es que este vegetal también es uno de los hogares predilectos de las vinchucas silvestres

“Entonces, si la gente no tiene el conocimiento de que las vinchucas viven ahí, que podrían estar infectadas, y si hay mala higiene en la manera que se lavan sus partes verdes para hacer ensalada, podría haber algún tipo de transmisión oral. No se puede descartar”, advirtió.

En este sentido, a propósito de la incidencia de casos de transmisión oral, la científica aconseja a los habitantes y visitantes de las zonas de mayor riesgo lavar bien frutas y verduras y cocinar bien la carne.

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