Con el objetivo de acelerar el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde en Chile, la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional GIZ anunció que pondrá a disposición de empresas y desarrolladores chilenos su apoyo técnico para aquellos que utilicen o produzcan este tipo de energía a partir de la electrólisis del agua utilizando electricidad proveniente de fuentes renovables.
GIZ implementará este soporte a través de su programa Energías Renovables y Eficiencia Energética, con el que mediante la realización de evaluaciones o asesorías técnicas especializadas buscará disminuir las brechas tecnológicas y de conocimiento en los proyectos para que éstos puedan continuar con su desarrollo y ejecución.
El programa está dirigido principalmente a empresas y desarrolladores, tanto de proyectos públicos como privados que pretendan utilizar o producir hidrógeno verde como iniciativa energética, ya sea como insumo o como alternativa a los combustibles fósiles. La recepción de los antecedentes se extenderá hasta el 7 de septiembre de 2020 en la página del programa.
«El uso hidrógeno verde se presenta como un elemento clave para la descarbonización de los procesos industriales, generación de energía eléctrica y térmica, y su conversión en otros productos de uso masivo como insumos en la industria química, en el transporte, agricultura, entre otros”, mencionaron desde GIZ.
El hidrógeno verde, también conocido como hidrógeno renovable es el producido por electrólisis del agua a partir de electricidad proveniente de fuentes renovables. Este proceso no emite dióxido de carbono (CO2) y transforma el agua en moléculas de gases de hidrógeno y oxígeno, usando electricidad producida por fuentes renovables.
La Corporación Alemana para la Cooperación Internacional ha promovido junto al Ministerio de Energía desde 2015 el uso del hidrógeno no sólo como insumo de las industrias, sino también su uso como energía, debido a que Chile cuenta con la ventaja de poseer un gran potencial de generación renovable y a precios competitivos, lo que se traduce en la posibilidad de producir hidrógeno verde a precios inferiores a los de otros lugares del mundo.
