Pedaleando por una vida mejor: la bicicleta como transporte ecológico y económico

Según explican expertos, el incremento del uso de bicicletas significaría ventajas a la salud de las personas, al cuidado del planeta, e incluso provechos económicos tanto a nivel individual como a nivel de la sociedad en general.

Gracias a avances tecnológicos, en la actualidad existe una gran variedad de medios de transportes disponibles para la comunidad y que cumplen un papel indispensable en el funcionamiento de las sociedades modernas, como los autos, motos, camiones o buses, pero que se han convertido en una amenaza para el planeta y sus habitantes.

Según el Ministerio del Medio Ambiente, los medios de transporte en la Región Metropolitana son la actividad principal responsable de la contaminación del aire, correspondiente a un 41,1%. Esto trae una serie de consecuencias, como, por ejemplo, la afectación a la salud de las personas, daños en los ecosistemas o la desaparición de la capa de ozono.

Además de la contaminación del aire, según el IS Global también corresponde a una causa importante de la contaminación acústica, afectando de manera indirecta a la actividad física de las personas y su escaso acceso a zonas verdes.

Como forma de disminuir estos efectos, está la implementación de algunas medidas restrictivas, como es el caso del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA), o el preferir otros métodos de transporte como la peatonalización, transportes públicos o bicicleta. Sobre la última es que los expertos consideran como una opción práctica, ecológica y económica, la que además aporta beneficios para la salud.

Algunos de sus beneficios

Marcelo Mena, exministro del Medio Ambiente y CEO de Global Methane Hub, fondo para ayudar a la mitigación del metano y prevenir el calentamiento global, estima que andar en bicicleta reduce la contaminación del transporte, incluyendo emisiones de material particulado, óxidos de nitrógeno y CO2.

“Si bien se ha podido bajar la emisión de material particulado, siguen presentes emisiones de compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno, los cuales afectan directamente a la salud de las personas. El sector transporte también es gran responsable de las emisiones del CO2, que contribuyen al cambio climático, por mayor consumo de combustibles fósiles”.

Además, según la Clínica de la Universidad de Los Andes, moverse en bicicleta tiene grandes beneficios para la salud. Entre estos están el control del peso, fortalecimiento de los músculos y el aumento de la resistencia física, además de contribuir positivamente en la autoestima, disminuir el estrés y a ayudar a dormir mejor.

Para Ricardo Hurtubia, académico del Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la bicicleta es un medio de transporte que, además de generar beneficios a la salud y el medio ambiente, disminuye la congestión y los altos costos sociales del uso del automóvil.

Son lejos el medio de transporte más rápido en distancias cortas de hasta cinco o siete kilómetros. Esto contrasta con el hecho de que, en Santiago, por ejemplo, la mitad de los viajes que se hacen en auto en un día laboral normal son de menos de cinco kilómetros de largo. Esto significa que tenemos muchos viajes en auto que se podrían hacer en bicicleta, que contribuirían a disminuir la congestión”.

Más bicicletas, mejor economía

Pero esos no son todos sus beneficios, el preferir trasladarse en bicicleta también trae consigo provechos económicos, tanto a nivel individual como a nivel de la sociedad en general.

Desde un punto de vista del ahorro de costos individuales, Hurtubia comparte su experiencia: Yo me muevo en bicicleta para todos lados, mis hijos van en bicicleta al colegio, mi señora en bicicleta al trabajo. Mi trabajo no está al lado de mi casa, me queda a 10 kilómetros, pero calculo que con lo que me ahorro al año en bencina, en mantención adicional del auto, en repuestos, es del orden de 3 millones de pesos al año más o menos”.

Asimismo, ya que el uso regular de la bicicleta contribuye a mejorar la salud, esto también puede reducir costos a nivel de atención médica.

Otro punto para destacar es el provecho que esta actividad tiene sobre el turismo. Para Hurtubia “el turismo tiene un gran potencial, es muy atractivo en muchos lugares del mundo recorrer las ciudades pedaleando, porque además es justo una velocidad intermedia entre caminar, que es muy lento, y moverse en auto, que es demasiado rápido”.

El cicloturismo interurbano es una fuente de negocios muy interesante, un turismo muy sostenible que deja mucha plata en los lugares donde es masivo. Y que, en Chile, de hecho tenemos un gran potencial porque el sur de Chile en particular es considerado por muchas personas como el mejor lugar para ir a hacer cicloturismo, pero no está bien explotado, no está bien aprovechado, y lo podríamos hacer si es que lo hiciéramos bien”, concluye el académico.

Barreras

En este escenario, existe una serie de barreras que impiden que la actividad se realice de forma autónoma, y para Ricardo Hurtubia, el principal problema es la falta de infraestructura para moverse en bicicleta de manera segura y tranquila, seguido por la falta de fiscalización a la velocidad de los automóviles, “porque es la principal fuente de peligro para quienes andan en bicicleta, la alta velocidad de los automóviles, el que se pasen luces rojas, el que doble sin mirar bien, todo eso es un problema”.

También destaca los problemas a la hora de hacer ciclovías, en donde el sistema de evaluación suele ignorar los beneficios que traería consigo la inclusión de estas infraestructuras.

“Además hay una barrera cultural, porque generalmente viene un alcalde, por ejemplo, y dice querer hacer una ciclovía, pero se encuentra con que uno o dos vecinos a lo largo de donde va a ir la ciclovía y dicen no, y esos tienen una voz más fuerte, porque están ahí mismo. Mientras que los usuarios potenciales de la ciclovía (que algunos todavía no existen porque en fondo andarían en bicicleta si es que existiera la ciclovía), no pueden reclamar. Es como una paradoja”.

Por su parte, para el exministro Mena, los desafíos tienen que ver con implementar ciclovías efectivas, crear una red completa y alejarse de fuentes de combustión, lo que implica sacrificar estacionamientos. Las ciclovías deben ser vistas como una alternativa de transporte y seguir la dirección del tráfico para evitar confusiones y aumentar la seguridad.

El uso de bicicleta tiene varias ventajas, (…) generalmente una persona que se mueve activamente va a tener un mayor alcance de vida, va a tener menores índices de estrés, va a estar expuesto quizás a áreas verdes de las cuales no estaría en automóvil”, concluye Mena.

Según un estudio que busca describir el valor generado por los carriles bici de Copenhague, la provisión de infraestructura para bicicletas puede inducir un mayor uso de las bicicletas. “Son beneficios directos para los ciclistas, en términos de tiempo y comodidad, para la salud pública, a través de la reducción los costos derivados de una población más sana, y para la seguridad, por la reducción del costo de los accidentes. El beneficio neto es grande y positivo”, explicó Mogens Fosgerau, economista, investigador de la Universidad de Copenhague y autor del estudio.

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