Las olas de calor se están volviendo un fenómeno cada vez más recurrente y preocupante en la Región Metropolitana y, para enfrentar esta realidad, el Gobierno Metropolitano ha implementado 20 proyectos que buscan combatir el cambio climático de manera efectiva.
En este contexto, Mauricio Fabry, jefe del Departamento de Medio Ambiente de la gobernación, conversó con Codexverde acerca de los avances y el impacto que se espera de estas iniciativas en la vida de los ciudadanos de la región.
“Hoy tenemos datos que antes no teníamos respecto de cómo se afecta la salud de las personas, producto de las olas de calor y particularmente del calor extremo. Hoy sabemos que cuando tenemos un día de 33°C o más, hay gente que se enferma. De hecho, las personas de más de 65 años, con enfermedades preexistentes, pueden tener un 30% posibilidades más de enfermarse e incluso morir por el calor extremo. Y, por lo tanto, ya no estamos hablando solamente de algo etéreo, de algo del cambio climático, sino que estamos hablando que concretamente afecta la salud de las personas más vulnerables”.
Para enfrentar estos desafíos, según Fabry, el Gobierno de Santiago ha lanzado el Código Rojo, una alerta para advertir a la población sobre los riesgos del calor extremo. Esta iniciativa aconseja a los ciudadanos evitar salir durante las horas de mayor calor, mantenerse hidratados, y tomar descansos si trabajan al aire libre, adaptando así sus rutinas para reducir los riesgos.
En 2023, experimentamos un aumento significativo en los días de temperaturas extremas, con más de nueve días adicionales en comparación con el verano anterior. Como explica el exdirector del Parque Metropolitano, un día con 33°C puede significar temperaturas de hasta 45°C en el pavimento oscuro, lo que provoca quemaduras en las patas de los animales.
“Enfriar Santiago”
Uno de los pilares de las acciones para combatir el calor extremo es el proyecto Brotar, enfocado en la reforestación urbana y la creación de áreas verdes. «Ya hemos plantado 29 mil árboles de bajo consumo hídrico en la Región Metropolitana, beneficiando a personas y organizaciones comunitarias. Además, hemos implementado 33 bosques urbanos con la técnica Miyawaki, que ayudan a capturar CO2, reducir la temperatura, y mejorar la calidad del aire», comentó Fabry.
La selección de las especies fue una etapa clave del proyecto considerando el bajo consumo de agua y la resistencia al clima local, en donde se eligieron 24 especies adaptadas a la condición de Santiago, incluyendo especies nativas y algunas exóticas de climas áridos. Esta selección permite que los árboles puedan soportar las condiciones de calor y la contaminación del entorno urbano.
Además, el proyecto incluye un enfoque de arboricultura, que busca educar a las comunidades sobre la importancia de los árboles. “Necesitamos que la gente entienda la importancia del arbolado, así que, de estos 25 mil árboles, más de 6 mil fueron a juntas de vecinos, a espacios verdes pequeñitos, con charlas, con tutores, con compost, para que entendamos cuánto dependemos del arbolado», enfatizó Fabry.
Infraestructura urbana
Además de la forestación, el Gobierno de Santiago está implementando diversas estrategias para adaptar la infraestructura urbana y mitigar los efectos de las olas de calor. Sobre ello, Fabry explicó cómo estos cambios en el diseño urbano buscan reducir las temperaturas y mejorar la calidad de vida en la región.
Una de las iniciativas destacadas es la creación de jardines de lluvia, los cuales posibilitan bajar la temperatura, pero además captar el agua de lluvia. “Acá, en avenida Sánchez Fontecilla, tenemos un jardín de lluvia, que es un jardín que permite bajar la temperatura, pero además captar el agua de lluvia. Este lugar siempre se inundaba en el periodo de invierno, y ahora esa agua entra al acuífero, que es nuestro embalse natural. Es parte de la infraestructura verde, y también la infraestructura azul”.
Una medida que el doctor en Conservación y Gestión de la Biodiversidad de la Universidad Santo Tomás menciona como necesaria es el cambio en el color del pavimento. «El pavimento de color negro absorbe más calor y empeora la crisis de calor extremo. Al utilizar colores claros en el pavimento, podemos reducir la absorción de calor y mitigar las altas temperaturas en las calles», explicó.
La implementación de techos verdes en edificios público es un sistema que permite reducir la temperatura superficial de las construcciones. “Ya pusimos uno grande en el Hospital Ezequiel Fernández Cortés, que nos ha permitido bajar en tres grados la temperatura de ese lugar. Lo más interesante es que el hospital bajó su consumo energético de aire acondicionado, producto de esta estabilización térmica que provocó este techo verde. Este programa lo queremos potenciar y extender a otros edificios públicos, para así ir enfriando la ciudad, y también de pasada, haciéndola más amable, teniendo más bienestar para las personas”.
30 estrategias hídricas locales
En la Región Metropolitana, uno de los desafíos más críticos del cambio climático es la escasez hídrica, un problema que, según Fabry, se hace evidente en la creciente brecha entre el consumo de agua y la cantidad que los ecosistemas pueden ofrecer.
“Sabemos que hay tres grandes efectos en esta región, tres grandes efectos del cambio climático. Uno, que estamos hablando ahora que es el calor extremo, asociado al calor extremo, los incendios forestales, y el tercero, y tal vez el más importante, es la escasez hídrica”.
Para abordar esta problemática, el Gobierno de Santiago trabaja en 30 estrategias hídricas locales, en donde “30 comunas quisieron participar, para crear una oficina de asuntos hídricos, hacer un diagnóstico del consumo del agua, hacer un plan de acción, y lo más importante, acuerdos público-privado para un uso sostenible del agua, para que todos podamos seguir usando el agua, para las personas, para el mundo productivo, y también para los ecosistemas”.
Trabajo en conjunto con la ciudadanía
Mauricio Fabry destacó el rol fundamental de la ciudadanía en la lucha contra el cambio climático, mencionando que los proyectos se conciben “como una mesa de cuatro patas».
“Una pata, evidentemente, es el Estado en sus partes, el gobierno nacional, el gobierno regional, y también el gobierno local, los municipios. Hay otra pata fundamental, que tiene que ver con el mundo productivo, con las empresas, con los emprendimientos. La academia es otra pata muy importante, porque nos entrega la evidencia y la sociedad civil”.
En este sentido, el Organismo de Cuenca, una alianza público-privada, busca involucrar a los ciudadanos en el uso sostenible del agua. Fabry señaló que, en este, “los usuarios son protagonistas para lograr un uso sostenible del agua en la Región Metropolitana. Y, por lo tanto, podríamos decir que ninguno de estos proyectos es 100% de una persona o de una institución. Podríamos decir, más bien, que estos proyectos son de la ciudadanía, son de esta región. Y, por lo tanto, siempre con esta mesa de cuatro patas que nos permite la validez, la confianza y el trabajo con la información y el compromiso de todos”.
Desafíos y expansión de las iniciativas climáticas
Al abordar los próximos desafíos en la lucha contra el cambio climático, Fabry destacó el compromiso del Gobierno Regional de Santiago como pionero en la implementación de políticas ambientales. Señaló que es “el primer gobierno regional que tiene un plan de acción climático no solamente que cumple con la ley, sino que además cumple con estándares internacionales,” esfuerzo que ha sido liderado por Claudio Orrego, actual gobernador de la Región Metropolitana.
Entre los objetivos a futuro, Fabry subrayó la importancia de la forestación. El gobierno está trabajando en proyectos como Brotar y Bosques de Bolsillo, que ya han contribuido con 180 mil nuevas especies vegetales en la Región Metropolitana. Sin embargo, el objetivo es aún más ambicioso: plantar más de 500,000 árboles en colaboración con la comunidad, con el fin de hacer de Santiago una ciudad “resiliente y amable para todas y todos”.
El futuro de la estrategia de resiliencia climática en Santiago
Ante la proximidad de la segunda vuelta de elecciones y la posibilidad de un cambio en la administración, Mauricio Fabry reflexionó sobre la permanencia de los proyectos de resiliencia climática en la Región metropolitana. Expresó su deseo de que estos proyectos se mantuvieran como políticas de Estado, de modo que, independientemente de quién ocupe el cargo de gobernador, los proyectos se continúen.
Sin embargo, advirtió que, en ocasiones anteriores, iniciativas importantes quedaron a medias o abandonadas. «Muchos proyectos, como, por ejemplo, el Mapocho Pedaleable, el mismo cambio de la Plaza Italia, el eje Alameda, quedaron botados.»