En 2014, arrecifes de coral en todo el mundo perdieron su color y se tornaron blancos debido al estrés causado por el calor. El fenómeno, que comenzó en el Pacífico y se extendió rápidamente por los océanos Índico y Atlántico, se convirtió en el tercer evento mundial de blanqueamiento de corales. Duró 36 meses y es considerado como el más largo, extendido y destructivo que se haya registrado.
Aunque este incidente llegó a su fin, los arrecifes del mundo siguen amenazados por el aumento de la temperatura del océano.
De acuerdo con un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los eventos de blanqueamiento masivo en todo el mundo podrían convertirse en la normalidad en las próximas décadas.
Los modelos climáticos actualizados del reporte demuestran que el blanqueamiento de los corales se está produciendo más rápido de lo previsto y que la salud futura de los arrecifes está íntimamente ligada a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan los océanos. El tiempo es un factor esencial para las especies marinas, los medios de vida de las sociedades y los tesoros desconocidos de nuestros océanos, indica el informe.
“Esto implica que verdaderamente tenemos que intentar reducir nuestras emisiones de carbono para salvar los arrecifes. El informe muestra que debemos hacerlo incluso más urgentemente y tomar medidas adicionales, porque la situación es peor de la que pensábamos”, dice van Hooidonk, investigador de corales del Instituto Cooperativo de Estudios Marinos y Atmosféricos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
El nuevo informe, Proyecciones de futuras condiciones de blanqueamiento de corales utilizando modelos CMIP6 del IPCC, se publicó en noviembre y examina el blanqueamiento con base en dos posibles escenarios. El primero analiza una economía mundial fuertemente impulsada por combustibles fósiles y el segundo explora una opción “intermedia” mediante la cual los países exceden sus compromisos actuales de reducir las emisiones de carbono 50% (esto todavía conduciría a un calentamiento de más de 2°C a finales de siglo).
Bajo el primer escenario, el informe estima que todos los arrecifes del mundo se blanquearán para fines de siglo y que en promedio se producirá un blanqueamiento severo anual a partir de 2034, nueve años antes de las predicciones publicadas hace tres años. Si los países lograran el escenario intermedio, el blanqueamiento severo se retrasaría once años, hasta 2045.
“Si no tomamos medidas, los arrecifes de coral pronto desaparecerán”, dice Leticia Carvalho, jefa de la subdivisión de Agua dulce y Océanos del PNUMA.
«Antes de que sea demasiado tarde, la humanidad debe actuar con urgencia, ambición e innovación, con base en evidencias, para cambiar el futuro de este ecosistema que nos lanza señales de advertencia sobre el impacto del clima en los océanos», añade Carvalho.
Las altas temperaturas del océano son uno de los principales desencadenantes del blanqueamiento de los corales. Cuando las aguas se calientan demasiado, los corales liberan un alga para protegerse y se vuelven blancos. Si las condiciones mejoran, pueden recuperarse, pero los eventos de calentamiento progresivos pueden debilitarlos al punto de que la restauración sea imposible.
Ha habido tres eventos importantes de blanqueamiento en el mundo desde 1998, incluido el de 2014. Si estos se convierten en fenómenos anuales, sería un punto de no retorno para los arrecifes, y estaría comprometida su capacidad para suministrar una amplia gama de servicios ecosistémicos, incluyendo alimentos, protección costera, medicinas y oportunidades de recreación. Los arrecifes sustentan alrededor de 25% de todas las especies marinas de las que dependen al menos mil millones de personas.
os episodios de blanqueamiento severo ocurren de forma distinta en cada arrecife. Corales separados solo por unas decenas de kilómetros pueden mostrar «umbrales de blanqueamiento y tasas proyectadas de aumento de temperatura» muy diferentes, dice el informe.
Se espera que algunos arrecifes sean lo que el informe denomina «perdedores climáticos», debido a que experimentarán episodios de blanqueamiento graves antes de 2030. El blanqueamiento generalizado ya es familiar en muchos territorios, incluidos Fiyi, Nueva Caledonia, Arabia Saudita, Papúa Nueva Guinea y el este de Australia. Otros lugares, como Indonesia, Australia occidental, Bahamas, Madagascar, India y Malasia, contienen focos de corales que se espera se decoloren después de 2044. Los arrecifes que demuestren este tipo de vulnerabilidad climática más baja podrían servir como “refugios temporales”, dice el informe.
“Estos son los lugares donde los corales sobrevivirán por más tiempo y donde debemos enfocar los esfuerzos de conservación y restauración”, explica van Hooidonk.
A pesar de que el océano cubre gran parte de nuestro planeta, los humanos apenas estamos descubriendo lo que hay debajo del mar. En octubre, investigadores hallaron en Australia un arrecife de coral de la altura de la torre Empire State de Nueva York. Los científicos estiman que la capa más profunda del arrecife tiene 20 millones de años, según reportaron los medios.
Los corales son animales tenaces. Han existido durante cientos de millones de años y se han adaptado a las variaciones del clima. Si bien no sabemos exactamente cómo se aclimatan a los cambios de temperatura, el informe examina la posibilidad de que estas adaptaciones ocurran con un calentamiento de entre 0,25°C y 2°C.
El reporte también concluye que con la adaptación a cada cuarto de grado de aumento de temperatura, es posible que el blanqueamiento anual proyectado se retrase siete años. Eso significa que los corales podrían recibir un alivio de 30 años de blanqueamiento severo si pueden adaptarse a 1°C de calentamiento global. Sin embargo, si la humanidad mantiene sus emisiones actuales de gases de efecto invernadero, los corales no sobrevivirán incluso, con la adaptación al escenario de 2°C.
“Lo que esto muestra es que, incluso con la adaptación, necesitamos reducir nuestras emisiones para ganar tiempo para esos lugares donde podemos ejecutar esfuerzos de restauración y mantener vivos los corales”, dice van Hooidonk.