Identifican prácticas apícolas que más impactan en salud y productividad de abejas melíferas

Una investigación realizada en la provincia de Santa Fe, Argentina, y publicada esta semana en la revista Veterinary Sciences, detectó prácticas de manejo apícola que se asocian a la vulnerabilidad a enfermedades y el rendimiento productivo de las colmenas.

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En las últimas tres décadas la salud y productividad de las colonias de abejas melíferas han experimentado importantes amenazas, incluyendo consecuencias del cambio climático, la pérdida de biodiversidad asociada a la expansión de la agricultura intensiva y el consiguiente uso de fertilizantes y pesticidas químicos, cambios en los hábitat debido a la introducción de especies exóticas, contaminación de origen industrial, plagas y enfermedades que las afectan.

Sin embargo, un estudio publicado en la edición de mayo de la revista Veterinary Sciences, como parte del especial “Desafíos y Avances en Salud Apícola y Enfermedades”, detectó que a dichos factores se suman otros menos estudiados que están directamente relacionados con las prácticas apícolas.

La investigación, liderada por investigadores del Programa Salud Apícola Latinoamérica de Fraunhofer Chile Research, y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), involucró dos monitoreos a 53 apiarios del sur de la provincia argentina de Santa Fe en distintas épocas del año (2019) y encuestas a sus 53 apicultores.

“El estudio abarcó una gran cantidad de variables estrechamente relacionadas con aspectos claves de la apicultura, tales como prácticas de manejo, productividad, estado general de las colmenas y los apiarios, fortaleza de las colmenas e indicadores de su estado sanitario. Esto permite visualizar cuáles son los aspectos que mayor incidencia tienen sobre la salud de las abejas y qué acciones se pueden realizar para mejorar las prácticas apícolas sobre bases científicas”, destaca la Dra. Verónica Olate, investigadora principal del estudio.

Ausencia de políticas públicas

Según la información proporcionada por los apicultores, su producción de miel variaba entre 5 y 30 kilos por colonia de abejas. 

El estudio detectó que la mayor productividad de las colmenas se correlaciona  en forma significativa con factores como el cambio anual de la abeja reina —lo que ocurría solo en 13% de los apiarios— y con la desinfección de los materiales apícolas de madera (cuadros, tapas y pisos o fondos de las colmenas).

Además, colmenas Langstroth con dos cuerpos  y cámaras de cría de 10 panales se asociaron a una mayor productividad que aquellas que se mantienen con solo un cuerpo y hasta nueve panales, empleadas en el 70% de los casos observados.

Asimismo, presentaron una menor tasa de infestación aquellos apiarios en los cuales, durante los meses de menor disponibilidad floral, se suplementaban las colonias con una mezcla de alimentos proteicos y energéticos, en lugar de solo energéticos.

Se analizaron también las tasas de infestación por el ácaro Varroa destructor,  considerado como el principal problema sanitario de la apicultura mundial y causante de una reducción de entre 20 y 80% en la producción de miel.

Los investigadores determinaron que las tasas de infestación eran más bajas cuando la colonia tenía un número y composición adecuada de cuadros o panales por cuerpos o alzas, con balance entre las abejas adultas, las crías tapadas u operculadas y las crías abiertas, lo que propicia una mejor regulación de la temperatura y la humedad en el interior de la colmena.

Todo lo anterior coincide con resultados de otros autores que indican que la virulencia del ácaro depende del manejo humano de la colonia.

“Parte importante de estas deficiencias obedecen a la ausencia de políticas públicas orientadas al sector apícola”, indica la doctora Mayda Verde, investigadora del Programa Salud Apícola Latinoamérica y coautora del estudio.

Lo anterior, añade, deriva en otros problemas detectados, como la ausencia de diagnóstico sistemático de enfermedades por parte de personal especializado o sin utilizar en todos los casos la metodología o el apoyo de laboratorios que establece la Organización Mundial de Sanidad Animal; la ausencia de políticas para la formación sistemática de los apicultores sobre bases científicas y la deficiente conducción de programas para mejorar la calidad de las abejas reinas.

Incorporar una visión preventiva

“En la apicultura moderna e intensiva que hoy pretendemos practicar solo será posible prevenir las enfermedades o recuperar las poblaciones de abeja melífera sanitariamente deficientes cuando de manera holística y multidimensional se evalúen y resuelvan todos los factores que intervienen en su pérdida de salud”, asevera la doctora Verde.

Leonel Pérez Raymonda, académico de la UNR y coordinador del programa Salud Apícola Latinoamérica en Argentina destaca que “lo importante es comprender que la pérdida de salud de las abejas es multifactorial y su situación sanitaria, ambiental y productiva en el territorio se debe abordar con una visión preventiva”.

Para lograrlo en forma efectiva, agrega, “es necesario desarrollar un sector apícola profesionalizado y para ello cobra vital importancia la formación y capacitación de apicultores con base en las problemáticas de gestión productiva, sanitaria y ambiental. Sumado a esto, es necesario el acompañamiento a las y los productores apícolas por parte de técnicos especializados”.

Marnix Doorn, coordinador del programa Salud Apícola Latinoamérica, cuya implementación se ha llevado a cabo en Chile, Argentina. Colombia y Costa Rica, subraya que “si bien este estudio se hizo en un contexto geográfico particular, en todos los países donde hemos trabajado hemos detectado prácticas de manejo que si se mejoran beneficiarán la salud de las abejas, aumentando su productividad”.

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