Tanto en el plano nacional como internacional, actores del sector público, privado y sociedad civil han reconocido la urgencia de avanzar en una transición energética justa que permita la superación de la pobreza energética. Así, tanto los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como la Estrategia Energética 2050 del Ministerio de Energía han relevado la importancia de garantizar un acceso equitativo y universal a servicios energéticos que sean modernos y confiables.
Es en ese contexto que desde el año 2017 se han comenzado a implementar en nuestro país iniciativas concretas que han buscado dar respuesta a esta problemática con enfoques participativos y multisectoriales. Es por esa razón que el Programa de Inclusión Energética e Hídrica, integrado por EBP Chile, EGEA ONG y la Red de Pobreza Energética llevaron a cabo el proyecto: “Evaluación de las iniciativas de inclusión energética en Chile”, monitoreando cuatro proyectos en las comunas de Renca, Recoleta, Llanquihue y Valdivia, a través del Fondo Compromiso de Todos del Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
El objetivo del proyecto fue evaluar los impactos sociales, económicos y ambientales de las soluciones de inclusión energética residencial, con el fin de analizar su efectividad para la superación de la Pobreza Energética y multidimensional. Este proceso, se llevó a cabo de la implementación de cuatro instrumentos con enfoque mixto que integraron metodologías de monitoreo con cuestionarios socio energéticos, talleres participativos, monitoreos técnicos con drones, sensores de calidad de aire y entrevistas con actores clave institucionales.
Los proyectos evaluados fueron los Programas de Inclusión Energética de Renca y Recoleta, un proyecto Innova Fosis ejecutado en Valdivia por INFOR Los Ríos y otro proyecto Innova Fosis ejecutado en Llanquihue por la Fundación Legado Chile. Entre otras cosas, estos proyectos consideraron la implementación de medidas domiciliarias de eficiencia energética, aislamiento y confort térmico, compras asociativas de leña, instalación de energías renovables, normalización de sistemas eléctricos, recambio de refrigeradores, entrega de estufas eficientes, y capacitaciones.
“Estos proyectos son beneficios porque en general las viviendas de nuestro sector, no tienen instalaciones eléctricas adecuadas, por lo que el riesgo de accidentes e incendios están latentes y con las intervenciones que se hicieron en las mejoras del cableado, ahora estamos más tranquilos. Además, he visto ahorros económicos con las medidas de eficiencia energética que se implementaron y las capacitaciones que nos hicieron”, indicó Jorge González, beneficiario de la Junta de Vecinos Nueva Guanaco, Recoleta
En cuanto a los resultados, se pudo apreciar que las intervenciones en las viviendas fueron efectivas para abordar las dimensiones de la pobreza energética y disminuir las brechas en cuanto a calidad, acceso y equidad, disminuyendo los costos para los beneficiarios en energía y aumentando la sensación de confort térmico dentro de las viviendas. Así, se destaca primero como una de las tecnologías más costo efectivas para combatir esta problemática a los paneles solares para agua caliente sanitaria, los cuales lograron generar un ahorro de hasta $36.100 mensuales durante los meses de mayor actividad solar al mismo tiempo que garantizar acceso a agua caliente a familias que no contaban con este servicio. En el caso de Renca, donde se instalaron estos equipos, los hogares beneficiados están contribuyendo con una reducción de cerca de 5.960 kg mensuales de emisión de CO2.
Por otra parte, los proyectos que se concentraron en el aislamiento térmico de las viviendas en la zona sur del país lograron valores de ahorro de hasta $13.083 mensuales en calefacción, reduciendo así la cantidad de leña consumida y mejorando el confort térmico de las viviendas. En instancias participativas, los vecinos destacaron los cambios experimentados en su confort dentro de las casas, información que pudo comprobarse a través de monitoreos con la cámara radiométrica de un drone que voló por sobre las viviendas para corroborar las temperaturas de sus muros y techumbres, comprobando una mayor calidad del aislamiento en comparación a la de las casas vecinas.
“Es importante trabajar mancomunadamente entre actores del sector público, privado y sociedad civil organizada para abordar los desafíos de la inclusión energética y avanzar a una transición energética justa e inclusiva con las comunidades. En este contexto, es crucial establecer indicadores concretos para medir el impacto de los proyectos y recoger aprendizajes», Rubén Méndez, líder de Sustentabilidad Local en EBP Chile.
Por último, desde el programa indican que cada una de las intervenciones contó con capacitaciones en temáticas de Eficiencia Energética, Energías Renovables y Cambio Climático, logrando que más del 75% de las personas que asistieron a las charlas y talleres se sientan más eficientes en el día a día, aplicando estrategias cotidianas para la reducción de sus gastos. Además, más del 83% de estas familias se sienten más tranquilas con sus gastos en energía a fin de mes, mejorando su salud mental y calidad de vida.
La implementación de medidas concretas para viviendas en condiciones de pobreza energética, ha implicado una mejora sustancial en sus habitantes, generando mejores condiciones de habitabilidad y disminuyendo las brechas y los efectos que se producen en estas situaciones.
Revisa aquí los resultados completos de la evaluación.
Si eres parte de una entidad interesada en desarrollar proyectos de inclusión energética, puedes escribir al siguiente correo: ruben.mendez@ebpchile.cl
