El pasado 15 de octubre se publicó la investigación llevada a cabo por el Laboratorio de Ecología y Biología Molecular en Algas (LEBMA), en conjunto con el Centro de Investigación Marina Quintay (CIMARQ) y el Laboratorio de Análisis Elemental (LAE) de la Universidad Andrés Bello, la cual determinó que la concentración de metales pesados de cobre (Cu) y de arsénico (As) en “muestras de agua de mar y sedimentos estuvo por encima de la normativa internacional” en Cachagua, Ventanas y Horcón.
El estudio comparó los valores establecidos por las normas de la EPA de EE.UU. en los «Criterios nacionales recomendados de calidad del agua», ya que Chile “carece de pautas de calidad para el agua de mar y los sedimentos marinos”.
La localidad de Cachagua, ubicada en la comuna de Zapallar mostró la concentración más alta de cobre en el agua de mar y a su vez registró los niveles más altos de arsénico en los sedimentos. Según explican en la investigación, esto se debe a que las corrientes de agua a lo largo del Sistema de Corrientes de Humboldt (HCS) fluyen predominantemente hacia el norte, cuyo “foco industrial de la Bahía de Quintero “proporcionaría un flujo constante y frecuente de masas de agua contaminadas y / o biomasa contaminada, con altas concentraciones de Metales Pesados (HM)” hacia dicha zona.
Además, exponen que existe una relación negativa entre el tamaño de los individuos y la proximidad a la fuente de contaminación de Ventanas, indicando que ejemplares de la especie Lessonia spicata fueron considerablemente más bajos que los reportados previamente en la costa de Chile Central, ya que “exhibieron el área de sujeción promedio más pequeña (32 cm 2), las hojas más cortas (71 cm) y el diámetro ancho (8,7 cm), en comparación con los otros dos sitios».
Esto se debe a que individuos de algas de Ventanas “se habrían visto afectados de manera similar a las plantas terrestres, donde los factores de estrés físico-químicos resultan en inhibición del crecimiento, disminución de la biomasa y tamaños corporales más pequeños” producto a la exposición crónica de diversos contaminantes, lo cual genera un impacto negativo a largo plazo en la estructura comunitaria de estas zonas marinas.
El estudio que buscaba investigar los efectos sobre la abundancia, morfología y desarrollo de las algas marinas Lessonia spicata, concluyó que esto evidencia una expansión de la contaminación de la Bahía de Quintero a lo largo de la costa chilena, incluso hasta la localidad de Cachagua, pese a tener historial ambiental de baja contaminación y a estar lejano al foco de contaminación.
Según indicó Loretto Contreras Porcia, académica de la Facultad de Ciencias de la Vida, Universidad Andrés Bello, los fondos que permitieron la ejecución del trabajo investigativo, se deben a ANID FONDECYT 1170881 y ANID PIA/BASAL FB0002, Center of Applied Ecology and Sustainability (CAPES).