La Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) de Los Ríos junto al Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes de la Universidad de Chile (CEGA), llevaron a cabo la inauguración del primer invernadero en Chile calefaccionado con agua termal y el segundo en Sudamérica, ubicado en las Termas de Hipólito Muñoz. Con sus 70 m2, permitirá el cultivo de hortalizas durante todo el año y de esta forma romper la estacionalidad y generar autonomía alimentaria a la comunidad local. Asimismo, se implementó un secador de productos agrícolas y de maderas.
El dueño de casa y representante de las Termas Hipólito Muñoz, Daniel Riquelme, expresó que “tenemos el sueño de incorporar un restaurante por el plus que le daría entregar todo fresco, cultivado y cosechado aquí mismo, a través de un proceso natural que es pionero en Chile”.
Esta iniciativa pertenece al Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R), del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, y tiene una inversión total de $60 millones. Al respecto, el presidente del Consejo Regional, Juan Carlos Farías, comento que, “es muy satisfactorio ver en terreno cómo se materializa una inversión de $60 millones y que tiene mucho futuro. Con esta iniciativa podemos hablar, por ejemplo, de crear agricultura sustentable y de apoyar al desarrollo de la artesanía local, a través del secado de madera mediante la energía termal que aquí se genera y, que podría ser replicable para ir a mayor escala”.
La zona cordillerana de la Región de Los Ríos, específicamente Liquiñe en la comuna de Panguipulli, destaca por poseer un gran potencial geotérmico, debido a decenas de surgencias con temperaturas que van desde 20 °C hasta 82 º C, dando origen a las reconocidas termas, fuente turística y principal ingreso económico del lugar. Para el gerente de la CRDP Ángel Beroiza, la iniciativa permitirá “mostrar a la comunidad local otros usos y aplicaciones para la energía geotérmica, complementario al uso recreativo que se da a propósito de las termas, pero que identifica el potencial productivo que puede tener su uso racional en la agricultura y otros proyectos orientados a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de esta zona cordillerana, como podría ser un futuro proyecto de calefacción distrital”.
Por su lado, el geólogo e investigador del CEGA, Diego Aravena, explicó que el proyecto consiste en tomar el agua que brota naturalmente a una alta temperatura, y hacerla circular por el interior del invernadero y secador. “Usamos una bomba hidráulica para distribuir el agua caliente a través de tuberías en el interior del invernadero. Luego el agua pasará por un intercambiador de calor para calentar aire, el que será distribuido. Por último, el agua se descargará a una zona aledaña al río donde puede ser aprovechado para bañarse”. El investigador también destacó el hecho de que “de replicarse, podría ayudar a que en zonas aisladas puedan cultivar sus propios alimentos y tener un mínimo de autonomía e independencia local”.