Gonzalo Muñoz, Champion de la COP25: «El planeta Tierra no tiene un plan B»

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Por Gonzalo Muñoz, Cofundador de TriCiclos y Champion de la COP25.

Gonzalo Muñoz.

Desde el año 1972 se estableció el día 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente. Las Naciones Unidas designaron la importancia de este día conscientes de que la protección y el mejoramiento del medio humano son fundamentales, pues afectan el bienestar de los pueblos y el desarrollo económico del mundo entero.

Este motivo nos brinda la oportunidad de ampliar las bases de una opinión pública bien informada e influenciar conductas en los individuos, las empresas y las comunidades inspiradas en el sentido de su responsabilidad, en cuanto a la conservación y mejora del medio. Necesitamos informar y educar en la comprensión de que somos una especie más que necesita del equilibrio de los ecosistemas.

El ser humano y la aceleración de la ciencia y tecnología han adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y a una escala sin precedentes todo cuanto nos rodea. Por eso es que el reciente informe de la ONU cobra tremenda urgencia, toda vez que muestra como hemos facilitado la desaparición de millones de especies. Es urgente comunicar, pues el impacto de los humanos en la naturaleza es devastador, debido fundamentalmente a nuestra necesidad de más alimentos y energía.

La población mundial se ha duplicado desde 1970, la economía mundial se ha cuadriplicado, el comercio internacional y la contaminación plástica se han multiplicado por 10. Para alimentar, vestir y dar energía a este mundo en expansión, los bosques se han talado a una velocidad asombrosa. Las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado desde 1980 y ,por ende, las temperaturas han subido cerca de 1ºC en promedio sobre la pre era industrial. Una aceleración absolutamente anómala y sólo explicable por la forma como los seres humanos hemos alterado el ciclo natural del carbono.

Por eso la cita de este año en torno a la COP25 buscará acelerar la acción climática, fijar criterios y mejorar las metas de reducción de emisiones, resaltando el cuidado de los océanos, la importancia de la electromovilidad y energías renovables, potenciar la economía circular y la protección de ecosistemas, bosques y biodiversidad. Ahora, viene a ocurrir el paso necesario: una agenda climática de acción e implementación que incluso supere la ambición declarada en el acuerdo tomado en Paris. 

Esta misión es la que Chile ha querido poner en marcha. Siendo un país pequeño que representa aproximadamente el 0,25% de las emisiones globales, busca ser un punto de inflexión y llamar a la acción climática. Todo indica que el tiempo de las negociaciones se acabó, y ahora son las empresas las que están llamadas a moverse en conjunto por estas metas. Sabemos que los simples compromisos ya no sirven y hoy se requiere de acciones ambiciosas que sean medibles, registrables y que tengan un seguimiento en reducción de emisiones.

Sólo así llegaremos al 2030 con una transformación en la economía que permita la sostenibilidad. Cuando las empresas entiendan el impacto de su huella de carbono y tomen medidas de reducción de emisiones, tanto en cantidades netas, como de transformación a energías renovables y manejo de residuos, estaremos entrando al anhelado y urgente desarrollo sustentable. La ciencia y los hechos no sólo permiten marcarnos la pauta de hacia dónde debemos ir, además nos demuestran que con innovación, los compromisos puedan sean llevados a la acción.

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