Crisis por el coronavirus varía proyección de demanda eléctrica para los próximos 10 años

Dado que las inversiones en este sector se proyectaron con cálculos más ambiciosos, la corrección podría generar una sobreoferta, lo que afectaría a las compañías. Pese a ello, en la industria se prevé que la inversión no disminuirá.

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Un complejo escenario, al igual que distintos sectores de la economía, vive la industria eléctrica. La pandemia por el coronavirus les afectó por el hecho de que diferentes actividades paralizarán o bajarán su ritmo, lo que a su vez trajo aparejada inmediatamente una caída en la demanda eléctrica.

A la fecha, el Coordinador Eléctrico estima que la baja en la demanda en comparación al año anterior acumula un 5% y, para lo que queda del año, el panorama sería más desfavorable aún. Estas cifras fueron recogidas por el Informe Técnico Preliminar de Fijación de Precios, que emitió la Comisión Nacional de Energía (CNE). Allí se anticipa una importante caída en la demanda, no solo para 2020, sino también para los próximos años.

A modo de ejemplo, en el informe del primer semestre -se realiza cada seis meses- se proyectaba que este año el consumo de los clientes regulados -quienes son abastecidos a través de una distribuidora, como Enel o CGE- sería de 31.741 GWh, mientras que en el caso de los libres, la cifra sería de 43.620 GWh. Sin embargo, el reporte más reciente reduce la estimación de demanda de los clientes regulados a 29.466 GWh, y en los libres a 41.056 GWh. Es decir, caídas de 7,2% y 5,9%, respectivamente.

Más aún, si se compara este informe con las estimaciones de la propia CNE en años anteriores respecto del consumo eléctrico en un horizonte de diez años, las diferencias son abismales. En 2016, por ejemplo, la propia CNE proyectaba que hacia fines de esta década el consumo eléctrico total del país superaría los 120 mil GWh/año, muy lejos de los menos de 89 mil GWh estimados en el informe más reciente.

Incluso más: en 2016 se proyectaba que hacia 2030, solo el antiguo SIC -que abastecía a la zona central- demandaría la energía que hoy se proyecta para todo el país. Las proyecciones, eso sí, no solo están influenciadas por la pandemia, sino también por la perspectiva de una economía creciendo más lento que lo esperado.

Esta situación podría generar dos consecuencias. Por un lado, una eventual sobreoferta de energía, debido a que las decisiones de inversión consideraron otro escenario, más optimista que el que se muestra hoy. Pero, a la vez, esto podría provocar que los precios de la energía bajen.

Visión del regulador

Así precisamente lo ve la CNE. “Debido a la emergencia sanitaria, se espera una leve caída en la demanda para el año 2020, que implicaría un menor costo de operación del sistema. De mantenerse la caída de demanda y la reducción de precios de combustibles, esto podría repercutir en que a futuro los oferentes en licitaciones oferten precios más bajos”, se explicó desde ese organismo.

El director de Estudios y Contenidos de Generadoras de Chile, Rodrigo Solis, explicó que se está internalizando el efecto que ha tenido en la demanda eléctrica la caída de la actividad económica del país producto del Covid-19 y las medidas sanitarias adoptadas. “Este efecto es real, pero creemos que la recuperación de la actividad económica, una vez terminada la pandemia y con una visión de largo plazo, estará asociada a su vez a un mayor y mejor uso de energía eléctrica”, aseguró el ejecutivo. Respecto a los efectos que tiene esto en el sistema en el corto plazo, señaló que es probable que se configure un escenario de sobreoferta u holguras y que, en ese caso, las afectadas son las empresas que han concretado una inversión, pues percibirán menores ingresos a los esperados.

El director ejecutivo de Acera, Carlos Finat, manifestó que las inversiones del sector son a largo plazo, por lo que tienden a ser poco sensibles a efectos de corto plazo. “La reducción de demanda podría tener algunos efectos puntuales, pero no pensamos que un informe en particular vaya a justificar una revisión mayor de las inversiones. Dicho lo anterior, un sector que sí podría verse afectado es el de las centrales de pequeño tamaño que, por su distribución geográfica, son un motor de la economía en muchas localidades”, dijo el ejecutivo.

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