CodeXverde: Suni era hasta el pasado nueve de noviembre, uno de los siete ejemplares que quedaban en el mundo del rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni). El animal tenía 34 años y era el primero de su especie nacido en cautiverio en el zoológico Dvur Kralove, en República Checa. Desde 2009 vivía en el parque Ol Pejeta, en Kenia, junto a otro macho y dos hembras. Sin embargo, ese día el animal fue encontrado muerto, dejando sólo seis sobrevivientes de la especie. Entonces, los expertos anunciaron la inminente extinción del animal, dada los nulos éxitos que han habido por lograr una cruza en cautiverio.
Confirmando sus presagios, el domingo murió otro ejemplar en un zoológico de San Diego (EE.UU.) De esta forma sólo quedan cinco ejemplares de la especie en el mundo, cada vez más cerca de la extinción.
Se trata de Angalifu, un macho de 44 años, que falleció aparentemente por causas naturales. “La muerte de Angalifu es una pérdida enorme para todos nosotros”, dijo Randy Rieches, uno de los responsables del zoológico Safari Park de San Diego, quien subrayó que ahora el rinoceronte blanco del norte está “un paso más cerca de la extinción”.
Con la muerte de Angalifu quedan cinco ejemplares de su especie en todo el mundo: una hembra en el Safari Park de San Diego, otro en un zoo de la República Checa y tres en Ol Pejeta, en Kenia. De hecho, todas las esperanzas de mantener viva a la especie radica en estos tres individuos, un macho y dos hembras, pero hasta aquí los intentos han sido infructuosos. “Imagine que sólo queden tres personas en el planeta. Los animales tienen que gustarse también, no son máquinas y tiene que existir química, ellos de alguna manera se seleccionan al igual como lo hacen otras especies y las humanas”, explica Miguel Bueno, gerente de Zoología del Buin Zoo. El experto agrega que los rinocerontes en cautiverio no son sencillos de reproducir, porque “la falta de competencia entre machos inhibe la aparición del celo”.
Por eso es que existe la alternativa de la fertilización asistida, sin embargo, aclara que está técnica -como también la de la clonación- no evitará la desaparición de la especie, porque para que una población sea viable requiere de variabilidad genética. “Se requieren al menos 200 individuos para contar con una población genéticamente saludable”, dice Bueno.
La situación del animal se debió al tráfico ilícito de marfil y cuerno, con distintos usos en mercados asiáticos.
Fuente: La Tercera
