Con el aumento del teletrabajo y, por lo tanto, el aumento del tiempo en el que estamos en nuestros hogares ha surgido una serie de problemas relacionados con la acústica. Esto es relacionado principalmente con el bajo nivel de aislamiento al ruido proveniente de vecinos, vehículos e incluso de las mismas actividades desarrolladas dentro de una vivienda.
En este último caso, tenemos por ejemplo llevar a cabo una reunión mientras se realizan actividades de aseo, se tienen otras reuniones por videollamadas o se escuchan niños jugando dentro de un condominio.
Hace pocos días se actualizó la norma chilena N°352, la cual se había elaborado con la finalidad principal de definir requisitos mínimos y modos de ensayo del aislamiento acústico en las viviendas.
La segunda parte es un complemento de esto, estableciendo una metodología para poder evaluar el comportamiento acústico global de una vivienda nueva o existente, considerando los siguientes criterios:
- Aislamiento frente al ruido aéreo y de impacto entre unidades de viviendas contiguas.
- Aislamiento frente al ruido proveniente del exterior.
- Aislamiento frente al ruido aéreo y de impacto al interior de una misma unidad de vivienda.
- Protección frente a ruido provenientes de las instalaciones.
A partir de estos criterios se debe hacer una clasificación porcentual de acuerdo con el rendimiento que tenga en cada caso. Por ejemplo, cuando se clasifica el aislamiento acústico aéreo y de impacto de dos viviendas distintas se considera lo siguiente:
Tabla 1: Criterio de aislación acústica entre viviendas
Una vez clasificado los cuatro criterios indicados anteriormente se deberá hacer una clasificación acústica global de la vivienda. Para ello, primero se debe efectuar una suma ponderada de las clasificaciones mediante los valores indicados, redondeando a números enteros.
De esta manera, de aquí en adelante, se podrá conocer el nivel de aislamiento global y detallado de una propiedad antes de comprarla o arrendarla, siendo esto de gran utilidad para todos.
