A 7 años del derrumbe del megaproyecto HidroAysén

Este hecho se convirtió en uno de los más importantes en la historia de la institucionalidad ambiental chilena, principalmente por la connotación pública del proyecto debido al alto rechazo que provocó en los ciudadanos de Aysén.

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Un 10 de junio, pero de 2014, fue rechazado por el comité de ministros del segundo gobierno de Michelle Bachelet el megaproyecto hidroeléctrico Hydroaysén, con el cual se formalizó el término definitivo de la iniciativa de las empresas Endesa (hoy Enel) y Colbún S.A. que incluía la construcción de cinco centrales hidroeléctricas en la Patagonia chilena.

Este hecho se convirtió en uno de los más importantes en la historia de la institucionalidad ambiental chilena, principalmente por la connotación pública del proyecto debido al alto rechazo que provocó en los ciudadanos de Aysén y de gran parte del país, y también por el lobby realizado por las empresas impulsoras que quisieron concretar la construcción de las centrales desde 2006. CodexVerde, como medio comprometido con el debate ambiental y el desarrollo sustentable del país, estuvo al tanto siguiendo cada nueva información que surgió del megaproyecto.

La decisión de rechazar HidroAysén fue tomada en forma unánime por el comité de ministros de aquel entonces, liderado por Pablo Badenier (Medio Ambiente) y Máximo Pacheco (Energía), quienes acogieron los recursos de reclamación provenientes, principalmente, desde la ciudadanía.

Esta decisión generó inmediatas reacciones en el mundo político debido a la importancia del fallo. Uno de los primeros en referirse públicamente fue el ex ministro de Energía, Máximo Pacheco, quien afirmó que HidroAysén “adolece de faltas importantes en su ejecución al no tratar con el debido ciudado y atención los aspectos relacionados con las personas que ahí viven y por la gente que es impactada por este proyecto”. Por otro lado, el senador Iván Moreira, quien estuvo en contra de la decisión de anular la cosntrucción de la hidroeléctrica, sostuvo que “no nos debe extrañar que finalmente la calle haya superado a nuestra institucionalidad ambiental».

Por otro lado, múltiples reacciones generó la resolución sobre HidroAysén también en ciudadanas y ciudadanos que despertaron su interés por las temáticas alusivas al medio ambiente, tanto en redes sociales como en la misma calle.

El debate público que generó este megaproyecto dejó instaladas tres aristas en el país. Primero, mostró la ambigüedad en la institucionalidad chilena respecto al medio ambiente, con lo que se aceleró la puesta en marcha de los tribunales ambientales; se generó un interés generalizado en la situación socioambiental de los territorios, lo que que incluso sirvió de plataforma para otras luchas y demandas sociales; y finalmente, se abrió la puerta para el desarrollo de proyectos de energía renovables no convencionales (ERNC), que en la actualidad representan más del 20% de la matriz, y que día a día se consolidan como los abastecedores energéticos para el Chile del futuro.

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