Eco-pornografía, concepto que revela una innegable realidad

Más de 50 años han pasado desde la creación de este concepto de Eco-pornografía y hoy, tal como antes, la publicidad y propaganda corporativa está infestada de mensajes que conducen a la creación de impresiones falsas sobre marcas, empresas, legisladores y gobiernos, que nos manipulan de forma deliberada.

Durante los años 60’, el movimiento ambientalista tomó mucha fuerza y comenzó a cuestionar las prácticas de negocios que atentaban contra el medio ambiente y las personas, erosionando la confianza entre ciudadanos y corporaciones.

Alberto Contardo, fundador Empaques Sustentables

La respuesta del establishment, de la mano de la industria de la publicidad de EE.UU., fue la creación de una contra narrativa corporativa inundada de imágenes y lenguaje asociado al cuidado de la naturaleza. Nació la Eco-pornografía.

Imágenes y mensajes ‘eco-lógicos’ bombardeaban a ciudadanos hace más de medio siglo, influenciando la forma en que percibimos a las corporaciones y a nuestros legisladores, y delimitando las fronteras de nuestra capacidad cognitiva sobre la temática.

En palabras de Jerry Mander, creador del concepto de Eco-pornografía: “Esto ha destruido el concepto de ecología y, probablemente, la comprensión de este mismo”.

Más de 50 años han pasado desde la creación de este concepto de Eco-pornografía y hoy, tal como antes, la publicidad y propaganda corporativa está infestada de mensajes que conducen a la creación de impresiones falsas sobre marcas, empresas, legisladores y gobiernos, que nos manipulan de forma deliberada.

El arte del manejo de la percepción a gran escala, o la famosa propaganda, tiene dos grandes objetivos: dirigir tu atención hacia donde es deseado que atiendas, y no dirigir tu atención hacia donde no es deseado que atiendas.

La Eco-pornografía busca precisamente eso, que nuestra atención esté enfocada en el color kraft, las etiquetas verdes, las palabras “biodegradables” o “ecológico”, en el símbolo del reciclaje y las imágenes de bosques, aguas corriendo, cielo celeste, y sonrisas. Es aquí donde es deseado que enfoquemos nuestra atención.

Tal cual, como la pornografía, le Eco-pornografía distorsiona la percepción del acto que retrata. Lo ‘cosifica’ y lo reduce a elementos aislados, breves y sintéticos.

Para empresas, organizaciones, legisladores y ciudadanos que estamos en sintonía con nuestro planeta y sus especies, y usamos una realidad integrativa como mapa de acción, este abuso Eco-pornográfico es un tremendo obstáculo.

La Eco-pornografía ha erosionado la confianza de las personas provocando apatía y duda.

Sin quererlo, nos terminan por ‘meter en el mismo saco’ a aquellos que nos jugamos la vida para dejar un planeta mejor que como lo hemos recibido.

¿El camino a la solución? La información, el diálogo y las demandas ciudadanas. Personas informadas y empoderados, demandando legislación sobre los mensajes publicitarios engañosos, imponiendo una ética ecológica y ciudadana, son algunas de las formas para cambiar esta distorsión.

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