2020, año bisagra para la diversidad biológica

Torres del Paine.

A través de sostener el funcionamiento de ecosistemas y proporcionar servicios ecosistémicos esenciales para el bienestar humano, asegurando; seguridad alimentaria, salud humana, suministro de aire y agua potable, la diversidad biológica contribuye a la subsistencia a escala local, desarrollo económico y reducción de la pobreza del planeta.

Sin embargo, lo anterior y a pesar de los énfasis manifiestos, apoyados por la gran mayoría de los países del mundo contenidas en declaraciones de organismos internacionales relacionados al tema, la diversidad biológica se ve mermada año a año.

Tal como enfatiza el eslogan de este Día Internacional de la Diversidad Biológica, “nuestras soluciones están en la naturaleza”, las Naciones Unidas pretenden abordar las soluciones basadas en la naturaleza haciendo una mixtura entre salvaguardas de biodiversidad con aspectos referidos a naturaleza y biodiversidad.

Este año las Naciones Unidas llaman a la acción ante desafíos que abordan tanto; la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la degradación de la tierra, a partir de soluciones basadas en ecosistemas, como la incorporación de la biodiversidad en los sectores económicos.

Además, y en lo que respecta a los lineamientos globales relativos a diversidad biológica, el año 2020 es un año bisagra, pues es un año de términos de agendas y actualización de énfasis y foco.  El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, marco de acción que busca salvar la diversidad biológica y mejorar sus beneficios para las personas, concluye de forma conjunta con el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica.

El plan que concluye le da un marco a objetivos nacionales y regionales, promoviendo una visión compartida, una misión, 5 objetivos estratégicos y 20 metas -conocidas como Metas de Aichi para la Biodiversidad– y aborda la aplicación de los objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Los objetivo estratégicos Aichi, que permitirían monitorear y concretar los lineamos del Plan Estratégico, apuntaban a; mitigar las causas de pérdida de diversidad biológica, incorporando la diversidad biológica en ámbitos gubernamentales y de la sociedad, reducir presiones directas sobre diversidad biológica y promover su utilización sostenible, mejorar la situación de diversidad biológica, salvaguardando ecosistemas, especies y diversidad genética, aumentar beneficios de la diversidad biológica y servicios ecosistémicos para todos y mejorar su aplicación a través de planificación participativa, gestión de conocimientos y creación de capacidades.

El cumplimiento de las 20 metas relacionadas a los objetivos estratégicos antes mencionados, no están bien encaminados para cumplir, al término del horizonte de la estrategia, lo que plantea un desafío para las nuevas estrategias que entran en vigor a partir del año próximo. La Década de la Biodiversidad concluye este año, dando paso a dos estrategias en paralelo, las que podrán heredar sus pendientes; la Década de los Océanos y la Década de la Restauración de los Ecosistemas, teniendo más espacios de sostenibilidad de las medidas relativas a diversidad biológico el último.

La Década de los Océanos que busca desarrollar conocimiento científico, construir infraestructura y fomentar relaciones para un océano sostenible y saludable; fomentando enfoques más inclusivos y participativos en el diseño y la ejecución de la ciencia, construyendo diálogos ciencia-política con enfoques multidisciplinarios, promoviendo el conocimiento y la información que se comparten de manera más equitativa en todo el mundo; dando valor a los servicios y ciencias del océano; desarrollando formas innovadoras de comunicar ciencias oceánicas, buscando sistemas de financiamiento alternativos.

En tanto que, la Década de la Restauración de los Ecosistemas pretende incrementar a gran escala la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos, para luchar contra el cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad; alcanzando los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con cambio climático, erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria, conservación del agua y biodiversidad, siendo pilar de las convenciones ambientales internacionales, como la Convención de Ramsar sobre los humedales y las Convenciones de Río sobre diversidad biológica, desertificación y cambio climático, abordando desafíos ambientales emergentes como la preservación de las turberas en el permafrost, la conectividad de ecosistemas, la contaminación por nitrógeno y la mala adaptación al cambio climático.

A nivel nacional, Chile posee una Estrategia Nacional de Biodiversidad 2017-2030, que propicia, valore y respete e integre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como fuente de bienestar, deteniendo su pérdida y degradación, restaurándolos, protegiéndolos, usándolos de manera sustentable y distribuyendo los beneficios de la biodiversidad de manera justa y equitativa, manteniendo las posibilidades de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras.  Esta estrategia posee cinco objetivos estratégicos, con los cuales se espera, principalmente; promover el uso sustentable de la biodiversidad para el bienestar humano, desarrollar la conciencia, el conocimiento y la participación de la población en el resguardo de la biodiversidad como fuente bienestar y proteger y restaurar la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos.

A partir de esta estrategia país se incorporó; el Plan Estratégico de Diversidad Biológica 2011–2020 y sus Metas Aichi, los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de la Agenda Global de Sostenibilidad al 2030, impulsados por Naciones Unidas, las recomendaciones de la Evaluación de Desempeño Ambiental de Chile por parte de OCDE (2016) y la institucionalidad ambiental vigente y las prioridades gubernamentales de avanzar en la aprobación del Proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.

De eta forma y aun cuando ya no estará vigente la estrategia global de biodiversidad nuestro país enfrenta la próxima década en materia de biodiversidad con 37 lineamientos estratégicos y un Plan de Acción para su implementación, estructurado en 6 ámbitos temáticos; Conservación de la Biodiversidad Marina y de Islas Oceánicas, Especies Exóticas Invasoras, Especies Nativas, Áreas Protegidas, Conservación y Uso Racional de los Humedales en Chile, y un ámbito de “actividades transversales” (cambio climático, financiamiento, ecosistemas, restauración, entre otros).

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