Un estudio recién publicado en el medio de difusión cientíifica PLOS, el cual fue realizado por investigadores del Instituto Federal Suizo de Tecnología, revela importantes alteraciones en el clima en las principales ciudades del mundo al año 2050, fecha en la cual, por ejemplo, Valparaíso se asemejará a Rabat ubicada en el norte de África, mientras que Santiago será parecido a Nicosia en Chipre, justo frente a Turquía.
En el caso de Santiago, el estudio advierte que habrá un alza de temperatura de 2.7 grados respecto del mes más caluroso y un asombroso 3.9 grados más en el mes más frío. Mientras tanto, en Valparaíso el alza será 1.4 grados respecto del mes más caluroso y de 2.8 grados más sobre el mes más frío.
“Hay que olvidarse del clima tal como lo conocemos. Este nuevo informe, que incluso se basa es un escenario ‘optimista’, confirma que las cosas serán muy distintas en el futuro. En este escenario es evidente que enfrentamos una emergencia climática de proporciones y que no queda más camino que ser ambiciosos y dar pasos claves y decisivos en la próxima COP25 que se realizará en Chile. Debemos actuar como si nuestra propia casa se estuviera quemando”, dice Matías Asun, director nacional de Greenpeace en Chile.
El informe, que tomó como base un aumento “optimista” del aumento de temperatura en el planeta de “solo” 1.4 grados, revela que 77% de las principales ciudades del mundo experimentarán importantes alzas en sus temperaturas, cambiando de manera importante su fisonomía y asemejándolas a otras urbes ubicadas a miles de kilómetros de distancia y mucho más cercanas al trópico.
Así, por ejemplo, el clima de Madrid en 2050 se parecerá al que ahora tiene Marrakech, Londres al de Barcelona, Buenos Aires al de Sídney, Berlín al de Canberra y Moscú al de Sofía.
Respecto del 23% de las ciudades restantes, el informe explica que éstas se ubican más próximas a los trópicos y que mantendrán, en general, temperaturas parecidas a las actuales, aunque enfrentarán períodos más extensos de lluvias y sequías.
El estudio, principalmente enfocado en las alteraciones climáticas que vivirá Europa, advierte que en apenas tres décadas el Viejo Continente será como si se hubiese movido 1.000 kilómetros al sur.
El estudio incluye un mapa interactivo en donde se visualizan los cambios climáticos que experimentarán diferentes ciudades del mundo.